Los viajes largos del verano y utilizar nuestro vehículo con más frecuencia pueden hacer relucir deficiencias técnicas escondidas. En ocasiones, casi siempre alegando falta de tiempo, descuidamos nuestro coche, sin hacer las oportunas revisiones para circular de manera segura y tranquila y, así, evitar posibles averías o accidentes que arruinen nuestras vacaciones de verano.
Repasar con regularidad los elementos de seguridad de nuestros vehículos es necesario, pero cuando llega el verano con sus temperaturas críticas y un aumento en el volumen de kilómetros, revisar todos los elementos de seguridad se vuelve esencial. Aquí te dejamos una serie de elementos a los que debemos prestar especial atención cuando estamos planificando nuestro viaje.
Sistemas de refrigeración
El aire acondicionado y el climatizador son algunos de los grandes olvidados de nuestro coche. Parece mentira, pero hay muchas zonas de España donde su uso no se convierte en necesidad hasta la llegada del verano, por ello, comprueba cada cierto tiempo que su funcionamiento es el correcto y evita malos olores por hongos instalados en los sistemas de refrigeración.
Además, hay que comprobar que el circuito de aire expulse la cantidad exigida y no menos, ya que esto puede suponer que tenemos los filtros obstruidos o que carecemos de gas refrigerante. También hay que tener en cuenta que puede estar estropeado el compresor del circuito, lo que puede provocar un importante desembolso. Existen estudios donde se demuestra que circular sin aire acondicionado es casi tan malo como conducir borracho.
Sustitución de filtros
Otro de los elementos que tienen mucha importancia en la refrigeración interior del vehículo y el confort de la marcha son los filtros antipolen y el filtro de aire. El primero es mejor sustituirlo antes de que llegue la primavera, pero, si no lo hiciste, aún estás a tiempo de evitar que los alérgicos no puedan montarse en tu coche. Por su parte, el filtro de aire evita que entren impurezas dentro del automóvil y del motor, evitando posibles averías por mala combustión o un exceso de consumo.
Además, otro de los clásicos en esto de los filtros es la sustitución del aceite. Que sea el más famoso hace que siempre lo tengamos en mente, pero, también, que a pesar de que sepamos que está ahí se nos olvide su sustitución. Cambia el aceite del motor y con él el filtro para un buen funcionamiento del mismo.
Niveles de líquidos
Otra de las operaciones sencillas que nosotros mismos podemos llevar a cabo y que solemos pasar por alto. Hay cuatro líquidos esenciales para evitar tener un buen disgusto en carretera: nivel de aceite, del líquido de frenos, del líquido de la dirección y del líquido refrigerante. Cualquiera de ellos puede evitarnos una avería de gran envergadura y, lo que sería peor, un accidente de importantes consecuencias.
Además, recuerda que en verano también llueve y, en ocasiones, lo hace en forma de barro, lo que dificulta mucho nuestra visión a través del parabrisas. Comprueba regularmente la cantidad de líquido de limpiaparabrisas del que dispones y tampoco está de más que compruebes el estado de las escobillas, ya que con el calor tienden a agrietarse y pierden eficacia.
Amortiguación y frenos
No existe una cantidad estándar para realizar un cambio de frenos y de suspensiones, pero siempre tenemos que jugar con el sentido común. Si tus amortiguadores ya han recorrido unos 80.000 kilómetros ve pensando en cambiarlos. Por el contrario, las pastillas de freno deben ser sustituidas con más regularidad, entre 25.000 y 45.000 kilómetros es un buen momento para su sustitución.
Además, hay que tener en cuenta que nuestra forma de conducir influye directamente en la vida útil de éstos elementos. No es lo mismo circular regularmente por carretera de forma tranquila y realizar un uso apropiado de los frenos, que moverse en ciudad circulando por encima de la velocidad permitida y frenando con fuerza en cada semáforo. Asimismo, no es lo mismo un coche urbano que un todoterreno que está todo el día circulando por el campo.
Neumáticos y luces
Otros de los elementos más importantes en lo que se refiere a nuestra seguridad. Los neumáticos son el único elemento que está en contacto con el suelo mientras nos movemos, por ello cuídalos y que no te duela el bolsillo cuando tengas que invertir en ellos. Comprueba que su desgaste es uniforme y que éste no es excesivo. Además, si has sufrido un frenazo fuerte, comprueba si este influye o no en la marcha. Por último, asegúrate de que la rueda de repuesto o el kit antipinchazos están en perfectas condiciones.
En cuanto a las luces, es tan evidente el peligro que entraña circular con ellas en mal estado que no creemos tener que recordar su importancia. Guarda un juego de luces en la guantera o el maletero de tu vehículo y aprende a sustituirlas por si no puedes acudir a un taller. Limpia su exterior y regula su altura en función del peso del vehículo.
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