Neumáticos
Son los que más sufren debido al frío y, además, son el elemento más peligroso si no está en buen estado. El estado de los neumáticos cobra mayor importancia cuando vamos a llevar habitualmente más ocupantes o más carga de lo que solemos llevar.
Lo primero es comprobar la presión de las ruedas –sin olvidar la de repuesto, si es que cuenta con ella-. Recuerda que debes hacerlo con los neumáticos en frío, ya que si lo hacemos tras rodar con el coche, los datos obtenidos no serán correctos. Una pegatina, situada normalmente en la parte interior del marco de la puerta del conductor, indica la presión óptima que debemos conseguir, diferenciando según el número de ocupantes y carga que vamos a llevar. Otro aspecto muy a tener en cuenta es el surco de la ‘huella’ de la rueda, que debe tener un profundidad mínima de 1,6 mm en la parte que haya sufrido mayor desgaste. La mayoría de los neumáticos cuentan con un pequeño taco que hace la función de indicador. También debemos revisar que la rueda no tenga grietas, cortes o malformaciones, causas habituales de reventón en carretera.
Conviene recordar que cada cinco años o tras 40.000 kilómetros de uso, los neumáticos se deben sustituir por otros, a poder ser totalmente nuevos.
Es obligatorio llevar una rueda de repuesto con la presión adecuada o, en su defecto, un kit repara pinchazos.
Frenos
Otros elementos cruciales de nuestro coche, debiendo tenerlos en las mejores condiciones posibles siempre. No es difícil detectar unos frenos defectuosos, ya que cuando empieza a mermar su funcionamiento, podemos escuchar un chirrido al accionar el pedal del freno –placas en mal estado- o una vibración nada habitual –discos deformados-. En definitiva, cualquier anomalía que notemos en el sistema de frenado debe ser solucionada lo antes posible. Tampoco puedes olvidarte de revisar el líquido de frenos, situado debajo del capó del coche en un bote pequeño de formas cuadradas –normalmente junto al servofreno y con una tapa con letras amarillas-, el cual debe contener un líquido muy similar al aceite – de un tono algo más suave-. Si su color es demasiado oscuro o si su nivel está por debajo del marcado como óptimo, se debe sustituir lo antes posible.
Inspección general
Además de los dos elementos anteriores, que son de gran importancia y uno mismo puede cerciorarse de si presentan notables problemas, también conviene hacer un repaso general del coche.
Es difícil detectar problemas ligeros en la suspensión, pero una pérdida de aceite cercana a su ubicación puede darnos pistas de que algo va mal.
Además del nivel del líquido de frenos, el propio conductor puede comprobar los niveles del agua refrigerante del motor –bote con forma de boya- y de los líquidos del limpia parabrisas, de la dirección asistida y del aceite. Este último siempre en frío y en una superficie llana, para no obtener un nivel muy superior al real.
El alumbrado también debe verificarse, centrando la atención en su reglaje y su correcto funcionamiento. A mayor carga de peso, el reglaje óptimo será distinto. También debemos revisar la carga de la batería, así como el estado de sus bornes.
Siempre que vayamos a hacer un viaje más o menos largo, la cadena de talleres Aurgi recomienda llevar alguna manta de viaje –por si tuviéramos que pasar la noche en el coche-, disponer de cables de arranque de batería y tener a mano una linterna con pilas y un móvil. Por supuesto, todos papeles del vehículo deben estar al día –documentación, ITV, seguro…- y se debe tener tanto chaleco reflectante como triángulos homologados – no olvidar las cadenas en caso de ir a zonas que puedan tener la carretera nevada-.