Confianza. Esa es la palabra que la Dirección General de Tráfico subraya a la hora de comprar un vehículo de segunda mano. Es la clave en un negocio que vive una época de auge y donde la información y el conocimiento de las normas son un aspecto básico para que la compra sea satisfactoria. Por ello, nunca está de más contar con una serie de consejos para evitar sorpresas inesperadas a la hora de adquirir un coche que ha pasado por otras manos antes que por las nuestras. La OCU ayuda con estas directrices a tener en cuenta.
En los últimos años, el miedo a la compra de coches de segunda mano está cambiando y el concepto de adquirir un producto que ya ha tenido un uso ha dejado de estar mal visto socialmente. No en vano, las ventas han crecido motivadas por dos factores: internet y la crisis económica. Y es que de cada diez vehículos que se venden en España, seis son usados. Liderando este tipo de negocio se encuentran los vehículos de entre 0 y 3 años de matriculación, concentrando un 38% de operaciones entre enero y julio.
Eso sí, la preocupación por lo que pueda ocurrir tras la compra es uno de los aspectos que más se tiene en cuenta. Por ello, las comprobaciones son siempre necesarias y por muchos pasos que se den para llevarlas a cabo parece que siempre son pocos. El objetivo final es que la compraventa sea satisfactoria para todas las partes: permitir un ahorro para los compradores, una ventaja para los vendedores que se deshacen de los coches que ya no usan y bueno para el medio ambiente puesto que se están reutilizando vehículos.
¿Concesionario o particular?
Es la primera decisión que hay que tomar. El 59% de las ventas se lleva a cabo entre particulares. ¿Cómo? A través de los anuncios publicados en páginas web que conectan a los vendedores con los compradores. Elegir este camino puede suponer una ventaja en el precio por dos razones: hay posibilidad de negociar la cifra y ésta suele ser más baja que en un concesionario.
Garantía
La garantía de compra es de seis meses. Si en ese periodo de tiempo existe algún problema con el vehículo, será el comprador el que deberá demostrar que él no ha sido el causante.
Una revisión previa
Al hilo de esto, la OCU recomienda someter al vehículo a una revisión en profundidad para detectar cualquier tipo de inconveniente. Lo ideal es que este proceso lo realice un profesional -algo que se puede hacer por un precio medio de 80 euros- porque hay problemas que, incluso, pueden escaparse al ojo inexperto tanto del vendedor como del comprador.
Papeleo
El último paso es el más tedioso, pero el más importante. Existen cinco documentos que deben estar en regla y que aportan información sobre el estado del coche: el libro de mantenimiento (donde figuran las revisiones o el kilometraje, por ejemplo), el Permiso de Circulación (para demostrar quién es el dueño), la tarjeta de la ITV, el impuesto de Circulación y, finalmente, el informe del vehículo, que se puede pedir a la DGT para conocer las multas o embargos del automóvil.
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