1. En cuanto notes falta de agarre, adherencia y avance al actuar sobre el acelerador, levanta el pie derecho. Hacer patinar las ruedas lo único que hace es cavar en la arena, con el riesgo de empanzar el chasis.
2. Para intentar aumentar la adherencia, reduce la presión de los neumáticos del eje motor en un bar -como harías en nieve-. La banda de rodadura más ancha evitará que la rueda se hunda más.
3. Con la ayuda de una pala o la mano, quita toda la arena posible de la zona de avance de las ruedas delanteras y trasera. Objetivo: encontrar una superficie plana para poder tomar algo de impulso en el arranque.
4. Actúa con suavidad sobre el embrague y acelerador en el arranque para volver a evitar que se clave y si detectas que el coche vuelve a detenerse intenta girar algo a izquierda o derecha el volante para ver si por aquí logras más tracción.
5. Si aún así no eres capaz de que el coche avance, puedes probar a poner ramas largas calzando la base del neumático delantero y en el sentido de marcha del vehículo.
6. Si dispones de una cincha, engánchala en un coche que te remolque y si no, que el apoyo humano tire de la correa en el sentido de la marcha -se notará y mucho esta tracción extra-, mucho mejor que empujar desde detrás donde además corres el riesgo de que la arena impacte en quienes te quieren ayudar.
7. Otra opción de emergencia es poner las alfombrillas del interior del coche bajo el neumático. Te permitirá salir de la rodera aunque eso sí, no dudes y no te pares, busca siempre el objetivo de la tierra firme.
8. Evita que un coche por detrás te empuje. Lo único que lograrás será que tus parachoques y los de tu coche auxiliar se dañen, además de que el coche trasero corre el riesgo de verse en tu situación al recepcionar toda la arena que tu expides.
9. Hay gente que cree que para aumentar la adherencia es bueno que alguna persona se suba en el capó. Error. En circunstancias de arena extrema, es mejor aligerar el vehículo. Además, corres el riesgo de abollar el capó o la aleta.
10. Otra tentación fruto de la desesperación: poner una toalla bajo las ruedas para que logren tracción. Ineficaz la mayoría de las veces, además de correr el riesgo de que la toalla se enrede en el eje delantero colapsando el movimiento.
11. En los coches provistos de control de tracción, si su funcionamiento es muy intrusivo, conviene desconectarlo. Si activado frena de inmediato al amago de patinar, no se avanza. Puede ser preferible patinar algo si conseguimos algo de avance.
12. No son fáciles de instalar en estas circunstancias, pero si podemos colocar las cadenas de nieve, sobre todo las de tela, nos pueden ser de gran ayuda para salir del atolladero.
13. Prudencia, siempre prudencia; aunque veas coches aparcados en la arena, no todas las zonas son iguales y un metro más allá o a la izquierda o derecha puede estar la trampa. También analiza la tipología de coches que han llegado donde tú pretendes llegar para ver si el tuyo está al nivel -si sólo ves todo-terreno y el tuyo no lo es, desiste- y piensa que a lo mejor el coche que está ahí ha llegado sin problemas pero luego puede tener dificultades para salir.
14. Si lo vas a intentar, hazlo sólo con coches que monten rueda de gran diámetro, de carrocería elevada, que tarden más en empanzarse. Evidentemente también los tracción total también tienen ventaja.
15. No te metas en líos, sobre todo cuando no haya gente cerca que te pueda ayudar. Si a pesar de todo decides pasar, hazlo con decisión para que el coche tenga inercia, y mantén la velocidad acelerando generosamente en marchas cortas, ya que circular por arena requiere mayor potencia que cualquier otra.
