Los repostajes del futuro

Nuestras carreteras tienen y tendrán nuevos "inquilinos" de aquí a unos años. La pregunta que nos planteamos entonces es: ¿cómo repostaremos el vehículo en el futuro? Algunas marcas miran a un futuro en el que la electricidad, el hidrógeno o el gas metano convivirán con la gasolina.

Los repostajes del futuro
Los repostajes del futuro

De todos los sistemas es, probablemente el sistema de recarga más cómodo. Sin necesidad de cables, con la carga inductiva la energía se transfiere de forma inalámbrica a la batería del vehículo gracias a una placa de carga enterrada en la superficie de la calzada.

Volvo, BMW o Daimler trabajan en varias proyectos para hacer realidad este tipo de recargas. El primero, en colaboración con el especialista belga en tecnología y desarrollo Flanders´Drive. BMW, por su parte, recurre a la ayuda de Siemens para su desarrollo. Mercedes confía en su experiencia e investiga en solitario.

Este tipo de tecnología es válida para paradas largas o si el conductor sólo va a recargar el coche un periodo corto de tiempo. Además, las estaciones de carga se pueden instalar en casi cualquier lugar, siendo casi invisibles e inmunes a los ataques de vandalismo.     

Cómo funciona

La estación de carga está conectada a la red pública gracias a una bobina primaria completamente enterrada. Una segunda bobina se coloca en el coche, a una distancia aproximada entre las dos de entre 8 y 15 centímetros.  Cuando el conductor comienza el proceso de recarga, una corriente eléctrica empieza a fluir a través de la bobina principal. El campo magnético induce la corriente eléctrica en la bobina secundaria, que recarga la batería. La electricidad se transmite de la red a todos los componentes y a la batería con una eficiencia de más del 90 por ciento. Y lo que es más importante, el campo magnético se genera única y exclusivamente en un área predeterminada entre las dos bobinas.       

El sol como fuente principal para abastecer de energía a vehículos eléctricos y de pila de combustible. Ésta es la idea principal por la que marchan los derroteros de investigación de Honda y Mitsubishi. Hace apenas unos meses, Honda nos mostraba una completa gasolinera para recargar vehículos eléctricos y de pila de combustible en la cual la energía se obtiene gracias a grandes paneles solares. Este último proyecto del fabricante japonés, ya en pruebas en sus cuarteles generales en la ciudad nipona de Saitama, se apoyaría por avanzadas tecnologías de comunicación y telemáticas.

Mientras, en California, Mitsubishi acaba de estrenar una "gaolinera" en la que los surtidores para recargar las baterías de los vehículos eléctricos se alimentan gracias a la energía captada por varios módulos fotovoltaicos suministrados por Mitsubishi Electric. Capaz de cargar hasta cuatro vehículos al mismo tiempo, la estación incorpora tres tipos de cargadores con diferentes voltajes: 110v, capaz de "poner las pilas" en 22 horas al Mitsubishi i; 220v, que sólo necesitará seis horas para cargarlo; y carga rápida que en 25 minutos pondrá la batería del Mitsubishi eléctrico al 80 por ciento de su capacidad. 

No una, ni dos, sino tres. Electricidad, hidrógeno y gas metano, tres fuentes de energía que Audi suministrará en el marco del proyecto e-gas. Y lo hará, además, interviniendo directamente en su producción, sin necesidad de recurrir a otros actores. Para ello, Audi va a financiar la instalación de cuatro grandes plantas de energía situadas en un parque eólico en el mar del Norte. Cada una de ellas, con una potencia nominal de 3,6 MW, aportarán alrededor de 53 GWh de electricidad anualmente. Esto es el equivalente a las necesidades de energía eléctrica de una ciudad de tamaño medio.       

Cómo funciona

1. Las turbinas de aire generan energía limpia, parte de la cual Audi utilizará para producir sus vehículos e-tron y también para utilizar sus modelos de propulsión eléctrica en el futuro.

2. Una segunda planta utiliza el resto de la energía verde para producir hidrógeno. Un electrolizador divide el agua (H2O) en sus distintos componentes: hidrógeno (H2) y Oxígeno (O2) mediante la electrolisis. Este hidrógeno podrá alimentar los vehículos movidos por células de combustible.

3. En un tercer paso, en la unidad de metanización, el hidrógeno será combinado con dióxido de carbono (CO2) para crear metano (CH4), un sustituto sintético del gas natural. Éste será enviado a la red alemana de gas natural, así como a la red de estaciones de servicio CNG.  

Better Place y Renault han sido los primeros en apostar por este sistema, más rápido y limpio que un repostaje tradicional de combustible. Sólo se necesita un minuto aproximadamente, es automático y el conductor no tiene que salir de su coche.

Funciona de la siguiente manera. Un robot se encarga de sacar la batería gastada del vehículo, mientras que otro robot es el encargado de transportar e insertar la nueva batería. Al término del proceso, el sistema devuelve la batería a un almacén para recargarla y prepararla para su uso en otro coche. Este sistema está diseñado para trabajar con diferentes tamaños y formas de baterías para poder aplicarse a una amplia gama de vehículos eléctricos.