Su nombre es Ray y en su tarjeta de visita luce orgulloso su oficio: robot aparcacoches. Esta tecnología está siendo probada actualmente en el aeropuerto de Dusseldorf y la comodidad para los usuarios es indudable: llegar al aeropuerto, dejar tu coche y olvidarte de todo lo demás. Se acabó buscar aparcamiento. Se acabó tener que llegar casi dos horas antes para evitar imprevistos. Se acabó esa horrible sensación de olvidar donde aparcaste el coche antes de coger el avión.
Este robot viene a revolucionar el concepto de aparcamientos automatizados. Mientras estos necesitan de una inversión notable ya que son parte de la infraestructura del propio párking, Ray puede operar en cualquier aparcamiento del mundo. De hecho, necesita únicamente un carril de tres metros para operar –siendo la medida habitual de seis metros- por lo que sus creadores afirman que, además, con esta tecnología se pueden aumentar hasta en un 60 por ciento las plazas de aparcamiento. Gracias a una serie de sensores, es completamente autónomo, es capaz de girar sobre sí mismo y aparca los coches tanto en línea como en batería.
¿Cómo funciona Ray?
Cuando llegas al aeropuerto, sitúas tu coche en la zona de recepción y ahí termina tu cometido. Ray aparecerá, medirá tu coche, buscará en su base de datos la plaza más adecuada y lo aparcará. Una vez regreses de tu viaje, Ray también se encargará de recoger tu coche y volverlo a dejar en la zona de recepción. Más cómodo imposible.
Además, en los momentos en los que no está aparcando coches, este robot, que cuenta con los datos y horarios de vuelo, se dedica a reorganizar el párking para ir colocando los coches según orden de llegada, para que, a la hora de recogerlo, el tiempo de espera sea el menor posible. ¿Y si resulta que tengo un problema con mis maletas o que me quiero quedar a cenar en el aeropuerto? No hay problema, mediante una aplicación de smartphone puedes avisar de a qué hora quieres que tenga listo tu coche.
¿Veremos este sistema en otros aparcamientos?
Por el momento, este robot aparcacoches opera únicamente en el aeropuerto de Dusseldorf, donde estará durante un año a modo de prueba. De los resultados obtenidos durante este periodo se valorará si interesa implantarlo en otros aeropuertos y, por qué no, en párkings de otros lugares como centros comerciales, estaciones de tren… etc.