Alrededor de la mitad de ellos llegará a Europa, y para verlos por nuestras carreteras –y nuestros cielos- habrá que esperar hasta finales de 2018. El mayor logro del fabricante holandés PAV-Liberty con respecto a otros prototipos similares es que ha sido el primero en ganar la compleja batalla judicial para poder introducir su modelo en el tráfico rodado y aéreo, y cuenta con una homologación que lo permite circular en la mayoría de países del mundo. Esto representa ‘un momento crucial en la historia de la movilidad y la aviación’, según representantes de la compañía.
El coche volador se ha hecho público en la página web de PAL-V en su versión Pioneer Edition, con un precio que parte de los 499.000 euros, impuestos aparte. Este precio incluye, eso sí, clases de vuelo y varias opciones de personalización.
Solo se venderán 90 unidades a clientes que han sido seleccionados previamente. Tras la entrega de estas, el fabricante holandés lanzará el modelo PAL-V Liberty Sport. Esta versión será más ‘asequible’ (partirá de los 299.000 euros, impuestos aparte), aunque no tendrá el nivel de personalización que el Pioneer Edition. Seguirá incluyendo, eso sí, las clases de vuelo.
Por tierra, el coche circula sobre tres ruedas, propulsadas por uno de los motores que incorpora. Este tiene 99 CV, una velocidad máxima de 160 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 9 segundos. Promete un consumo de 7,6 litros/100 km y una autonomía de nada menos que 1.314 kilómetros. Para mayor confort a bordo, tiene una suspensión rebajada y una cabina reclinable.
Cuando se eleva sobre el asfalto para surcar el cielo toma la configuración de un giroplano con dos rotores. Un segundo motor de 197 CV se encarga del rotor trasero, que es el que empuja el vehículo. El rotor del techo, por su parte, se encarga de mantener el vehículo en el aire. El coche puede subir hasta un máximo de 3.500 metros, alcanza 180 km/h y tiene una autonomía de 500 kilómetros. En cuanto al ruido que genera, el fabricante explica que es similar al de una avioneta de ala fija y, en todo caso, ‘mucho menor’ que el de un helicóptero.
Para pasar del modo conducción al modo vuelo, o viceversa, se requieren entre 5 y 10 minutos, según PAV-Liberty. El mástil del rotor del techo se despliega automáticamente, pero el resto del proceso –extracción de la cola, despliegue de las aspas, etc.- es manual.
No se requiere mucho espacio para el despegue y el aterrizaje, basta con una superficie sin obstáculos de 90x200 metros. Es necesario mencionar que, al funcionar como un giroplano, no despega y aterriza en vertical. La compañía recomienda usar, en la medida de lo posible, pequeñas pistas de despegue y aterrizaje, aeródromos para vuelos sin motor, etc. Pero antes de volar hay que estar en posesión de una licencia de vuelo, recuerda el fabricante.
Aunque el grueso del vehículo se fabricará en Holanda, algunas partes específicas y sistemas se producirán en otros países. Y entre los que están colaborando con PAV-Liberty destaca Italia: varias agencias del país mediterráneo han colaborado en el proceso de diseño.
¿Aún no te fías del todo de la seguridad del PAL-V? Tranquilo, la compañía ya ha llevado a cabo programas de pruebas con prototipos en 2009 y 2012, todos ellos concluidos con éxito.
‘Después de años de duro trabajo y de superar incontables desafíos técnicos y de homologación, nuestro equipo logró crear con éxito un innovador coche volador que cumple con los estándares de seguridad fijados por los organismos de regulación de todo el mundo’, concluye Dingemanse, director ejecutivo de PAL-V.
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