Coches de conducción autónoma: todos sus retos e interrogantes

En 2025 será posible leer el periódico o consultar el correo electrónico mientras conducimos. La conducción autónoma será realidad, pero también plantea interrogantes.

Teresa de Haro. Twitter: @TeresaAutopista

Coches de conducción autónoma: todos sus retos e interrogantes
Coches de conducción autónoma: todos sus retos e interrogantes

Muchos prototipos de coches autónomos recorren ya las carreteras de medio mundo para poner a punto la tecnología necesaria para la conducción autónoma. En España, hace unos meses un Citroën C4 Picasso recorrió los 600 kilómetros que separan Vigo de Madrid en modo totalmente autónomo. También Volvo lleva a sus espaldas varias pruebas con tráfico real, al igual que Audi con su prototipo,un Audi A7 Sportback. Nissan ha anunciado hace unas semanas que su coche SUV, el Nissan Qashqai equipará el sistema Pilote Drive 1.0, que permite circular de manera autónoma, el año que viene. Tesla y su tecnología AutoPilot van un paso por delante. Aunque la última generación del Mercedes Clase E ya puede, al igual que el Tesla Model S, acelerar, frenar y adelantar de manera autónoma. Es lo que se conoce ahora como conducción semiautónoma.    

El coche de conducción autónoma es todavía un desafío, sin embargo muchas de las tecnologías de la conducción pilotada están ya entre nosotros en forma de sistemas de asistencia opcionales que incrementan la seguridad y el confort al volante. Pensemos por un momento en el asistente de conducción en atascos de Audi, disponible en modelos como el nuevo Audi Q7. Al llegar a un atasco, el sistema utiliza los sensores de radar y ultrasonido conectados a su vez con la cámara frontal para identificar los vehículos situados delante y en los carriles laterales. El coche frena y acelera de manera autónoma. Y no sólo eso, también corrige los movimientos del volante para asegurarse que no abandonamos nuestro carril. ¿Y los sistemas de asistencia al aparcamiento? El coche actúa solo sin la intervención del conductor. Conducción pilotada, al fin y al cabo. 

Aparcamiento automático

Conducción autónoma: infraestructuras

Es evidente que la tecnología existe, está ahí, pero como toda revolución tecnológica, implica también otros cambios a gran escala como la legislación, la confianza y, por qué no decirlo, la aceptación. Dejar todo en manos de una inteligencia artificial no es algo sencillo de asumir. Y no sólo eso, ¿hasta qué punto estamos dispuestos o deseamos delegar la tarea de conducción en manos de “otro”? Sin olvidar la cuestión ética sobre quién tendrá la culpa en caso de accidente. Google ya ha protagonizado algunos incidentes de este tipo y en Tesla su sistema AutoPilot les está dando más de un quebradero de cabeza últimamente. Algunos apuestan por responsabilizar a los propios fabricantes, se habla incluso de equipar a los coches autónomos de cajas negras, como en los aviones… Nadie se pone de acuerdo en este sentido. 

Las infraestructuras también van a jugar un papel importante en la conducción autónoma. Hay que desarrollar buenas infraestructuras, que se puedan comunicar con el vehículo. Tan importantes son los sensores del coche como las señales que proporciona el entorno para que el coche se pueda mover de forma precisa y segura. En Audi nos han contado que están trabajando en unas señales de tráfico especiales que permiten a los vehículos localizar su posición con una precisión muy elevada. La cartografía será otro elemento clave en la evolución futura de la conducción autónoma. Se necesitarán mapas digitales de alta precisión y resolución, actualizados en tiempo real, para servir de guía fiable a los coches autónomos.

Los 10 hitos de la conducción autónoma

1939: El mundo del mañana. Es el tema central de la Exposición Mundial de Nueva York de ese año. Se ofrecía una visión del mundo en el futuro y, como si fuera una exhibición premonitoria, General Motors patrocinó Futurama con autopistas automatizadas.

1957: Una imagen vale más… Aparece la primera fotografía icónica de la conducción autónoma. En un anuncio de las compañías eléctricas de América se podía ver a una familia circulando por una autopista en un coche autónomo mientras jugaban en la parte trasera.

Conducción autónoma

1968: La Convención de Viena. Este tratado internacional pone de relieve importantes regulaciones para la seguridad en la carretera. Una de ellos establecía que el conductor debía estar siempre en control y ser responsable del comportamiento del vehículo. 

1977: ¿Primer coche inteligente? Llega a las pantallas la famosa serie televisiva de la década de los ochenta: El coche fantástico. En ella, Kitt, como se conocía al coche, no sólo era inteligente e indestructible, también podía conducir solo.

1986: Prometheus. El programa europeo de conducción autónoma más importante hasta la fecha. Desarrolló una furgoneta (VaMP) en 1994 que circuló por la carretera A1 cerca de París en modo autónomo y con tráfico real, adelantando y realizando cambios de carril.

1993: Llega internet. Nace la World Wide Web (www), un medio de comunicación de texto, gráfico y otros objetos multimedia a través de internet. Un hito de la conectividad y uno de los prerrequisitos de la conducción autónoma.

2003: Aparcamiento automático. Toyota ofrece el primer sistema de asistencia al aparcamiento inteligente a base de sensores en su modelo híbrido, el Toyota Prius. Por primera vez se ve en Japón el aparcamiento sin manos.

2010: Proyecto Google. La compañía americana lanza su proyecto de coche autónomo. Desde entonces han cubierto más de un millón de millas y circulan por las calles de California y Texas, en Estados Unidos.

2012: Coche conectado. Continental y Bosch comienzan a integrar en los vehículos mapas digitales con sensores que permiten alertar al conductor de los límites de velocidad o peligros en la carretera. Con el tiempo los coches estarán conectados a una nube, lo que permitirá una cartografía dinámica y en tiempo real.

2015: Camiones autónomos. Los camiones se vuelven autónomos. Daimler comienza las pruebas del piloto automático en autopista en el camión del futuro 2025. Alcanza velocidades de 80 km/h mientras conduce solo en un tramo de una autopista alemana.

Conducción autónoma: lo que dice la ley

Aunque parece un contrasentido, los coches autónomos se han adelantado a la legislación, que se va adaptando poco a poco a la tecnología, la cual parece ir siempre un paso por delante. La Convención de Naciones Unidas sobre Circulación Vial de 1968 se ha actualizado recientemente y las tecnologías que permiten traspasar las funciones de conducción al vehículo ya están explícitamente permitidas, siempre y cuando puedan ser desconectados por el conductor. También a finales del año pasado la DGT en España estableció el marco para la realización de pruebas con vehículos autónomos en vías abiertas a la circulación. Pero, tanto coche como conductor deben recibir un permiso especial de circulación. Fuera de nuestras fronteras, en Estados Unidos, California ha desarrollado una normativa en la que exige la existencia de un volante y un conductor con licencia en todos los coches autónomos.

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