La séptima generación del BMW Serie 5 acaba de llegar a los concesionarios de la marca. Ahora lo hace en sus versiones i y M Performance, ambas a la última en el plano técnico, pero con personalidades bien diferenciadas.
Hace algunas semanas informábamos de la recién llegada séptima generación de Serie 5 de BMW. Ahora hemos tenido ocasión de conducir dos de las versiones más sugerentes de la gama; el nuevo 530e iPerformance y el especialísimo M550i xDrive.
BMW 530e iPerformance, sus detalles
El BMW 530e se presenta como un nuevo miembro de la gama iPerformance integrada por los modelos híbridos enchufables y compuesta hasta la fecha por las Series 2, 3, 7 y X5. Parece seguro que en los próximos meses la familia seguirá creciendo.
El nuevo BMW 530e iPerformance homologa un consumo de tan sólo 1,9 litros/100 km y es capaz de recorrer hasta 50 km en modo eléctrico, también una velocidad máxima de 140 km/h. El motor eléctrico para el que se anuncia una potencia máxima de 113 CV y un par de 25,49 Nm va intercalado entre la caja de cambios Steptronic de ocho velocidades y el motor de gasolina, de ahí que las relaciones del cambio también funcionen en modo eléctrico. Como en el BMW 330e, el motor térmico es el cuatro cilindros 2 litros turboalimentado que desarrolla 184 CV y 29,57 mkg y para ambos motores trabajando de forma conjunta se declaran 252 CV y 42,82 mkg de par, lo que permite acelerar a esta berlina de 0 a 100 en 6,2 segundos y una velocidad máxima de 235 km/h. Prestaciones que le sitúan prácticamente al nivel del 530i de gasolina.
En el híbrido enchufable BMW 530e iPerformance las baterías se ubican bajo el asiento posterior y apenas roban espacio al maletero que ofrece un volumen de 410 litros. Las baterías se pueden cargar en un enchufe convencional y tan sólo precisan de cinco horas para estar a pleno rendimiento, dos horas en una red de ala tensión. Exteriormente esta versión se distingue por la tonalidad azul que lucen parte de las varillas de los «riñones» delanteros y los anagramas específicos.
El funcionamiento del BMW 530e iPerformance es de lo más satisfactorio. Se pueden escoger entre tres modos de conducción; AUTO eDRIVE que gestiona automáticamente el funcionamiento de los motores y es el programa que el vehículo escoge por defecto cada vez que se pone en marcha, MAX eDrive para rodar permanentemente en modo eléctrico y BATTERY CONTROL, programa con el cual se ajusta la carga de las baterías, para luego consumirla a nuestro antojo.
Esta versión inicia siempre la marcha en modo eléctrico, resultando casi inapreciable la entrada en acción del motor de combustión. Sorprende la capacidad de aceleración y la suavidad de funcionamiento, sin olvidar un excelente nivel de prestaciones. También ofrece un confort de primera clase y un comportamiento sumamente ágil que reporta grandes satisfacciones a los mandos. El mayor peso del conjunto en el eje trasero por el peso de las apenas se deja sentir y tanto en curva rápida, como en los virajes más cerrados, el Serie 5 híbrido va muy bien guiado resultando, por tanto, un coche fácil y muy seguro de conducir.
En unos tiempos en los que los automóviles con tecnología híbrida y especialmente los enchufables cobran dada día más adeptos, sobre todo entre los que viven en las grandes urbes, el BMW 530e iPerformance parece tener el éxito asegurado. En los concesionarios ya se admiten pedidos, con un precio de partida de 60.500 €, que le equipara en precio con su hermano el 530d, algo más rápido, pero menos austero en consumo de carburante.
BMW M550i xDrive: emoción en tracción total
De todas formas, si lo que se busca es emoción a los mandos, mucho más recomendable es la nueva versión M550i xDrive que, de momento y hasta la llegada del nuevo M5, se presenta como la versión más deportiva de la nueva Serie 5. El M550i monta el motor V8 de 4,4 litros alimentado por dos turbocompresores de doble entrada para el que se declaran 462 CV y un par máximo de 66,28 mkg. El ocho cilindros va asociado a un cambio Steptronic de ocho velocidades y para transmitir tan elevado rendimiento al asfalto, dispone de tracción total xDrive. El M550i xDrive anuncia unas prestaciones absolutamente espectaculares, que prácticamente nada tienen que envidiar al actual M5. Para acelerar de 0 a 100 km/h emplea tan sólo 4 segundos, mientras que la velocidad está limitada a 250 km/h, homologando un consumo de carburante de tan sólo 8,9 litros/100 km en ciclo combinado.
Pero lo mejor del M550i xDrive no es lo mucho que anda, es la facilidad con la que lo hace. Gracias a la tracción total, se sujeta al suelo como una auténtica lapa, permite una elevadísima velocidad de paso por curva y es prácticamente imposible que pierda la compostura si se abusa de la abundante caballería en apoyo. Se trata, por tanto, de un coche rapidísimo, también muy fácil y seguro de conducir, que combina a la perfección una eficacia fuera de lo común, con un confort de primera clase, entre otras cosas, gracias al sistema de amortiguación pilotada que incorpora. Muy interesante es también el sistema de ruedas traseras directrices que se ofrece en opción y con el cual la agilidad del coche gana muchos enteros.
El BMW M550 i tiene un precio de 100.600 €, lo que le sitúa en torno a 6.000 € por encima del Audi S6, hoy por hoy, su principal rival.
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