¿Qué se siente circulando a más de 120 km/h por las calles de Madrid? Vivir las sensaciones de un circuito por las calles de una ciudad no es algo habitual. Pero Mercedes lo ha hecho posible, al menos de forma virtual, con una experiencia única la AMG Virtual Race y lo mejor es que lo probamos.
La cita, en el Circuito del Jarama, aunque realmente vamos a dar una vuelta por las principales calles de Madrid, ¿realmente? Bueno, aquí la línea entre el mundo virtual y el real es un tanto difusa. Nos ponemos las gafas especiales –tal y como nos comentan, las únicas que no se desconectan con las fuerzas G- e iniciamos nuestra carrera virtual a bordo de un coche especial, un Mercedes Clase A 45 AMG.
Y ante nuestros ojos comienzan a aparecer las calles conocidas de Madrid, Gran Vía, Plaza de España, Calle Alcalá… a la velocidad normal que circularíamos en el circuito. Espectacular. Sientes que realmente vas circulando por ellas. Es curioso porque si miras a los lados ves lo que verías si estuvieras realmente en la capital madrileña. En ningún momento vemos por dónde circulamos realmente, es muy difícil identificar la parte del circuito nos encontramos
Pero, ¿cómo consigue esta sensación tan real la AMG Virtual Race? Primero porque lo “ves” tal y como lo verías si fueras en un coche por esas calles. Las imágenes han sido rodadas por las calles de Madrid con seis avanzadas cámaras con tecnología 4K alrededor de un vehículo, cubriendo así los 360º. Horas y horas de grabación. Pero también porque las imágenes están perfectamente coordinadas con el recorrido del circuito. Con frenadas, aceleraciones y curvas en los mismos momentos.
Pero lograr esta coordinación no ha sido un trabajo sencillo. Tomando como base el recorrido del Circuito del Jarama se ha buscado una equivalencia con zonas de Madrid, básicamente se superpone sobre el plano de la capital buscando qué calles pueden corresponder con el trazado del circuito. Es cierto que a veces hay enlaces de calles que si conoces bien la ciudad no se corresponden, pero apenas es perceptible.
El grado de coordinación llega, por ejemplo, a jugar con las imágenes del tráfico real (se cruza una moto o un peatón en nuestra trayectoria) para así forzar una frenada antes de la curva del circuito de forma que todo parece completamente real. El piloto siempre tiene que marcar los mismos tiempos para que las piezas del rompecabezas encajen.
También te puede interesar
Mercedes desarrolla la tecnología de luz digital