Por fin demostró Latvala y se demostró a sí mismo que es capaz de ganar con otra cosa que no sea un Ford. Y es que el piloto finlandés, que había vivido a la sombra de Sébastien Ogier desde su llegada a Volkswagen, pudo por fin romper una larga sequía de victorias y firmó un triunfo vital para su confianza y para ver el futuro con algo más de optimismo.
En una carrera en la que la mayoría de los favoritos, desde Ogier, hasta Mads Ostberg, pasando por Evgeny Novikov o Mikko Hirvonen, cayeron nada más arrancar en alguna de las numerosas trampas que escondía el terreno, Dani Sordo obtuvo también un brillante resultado, terminando segundo y aportándole a Citroën un buen puñado de puntos en el apartado de Marcas.
El corto primer tramo de la mañana, Pissia-1 (11,47 km), aportaba poco al devenir del rallye, ya que todo el mundo se lo tomaba con la lógica calma que aconsejaba que era una especial donde había mucho más que perder que que ganar. Así, Andreas Mikkelsen exprimía su Volkswagen Polo WRC para intentar dar caza a Nasser Al-Attiyah (Ford) y marcaba el scratch en una especial donde el qatarí perdía 9.9 segundos con el noruego, que se ponía ahora a 15.8 segundos. Por lo que a los pilotos de delante respecta, ni Latvala (5º) ni Sordo (7º) ni Neuville (8º) tomaban riesgo alguno, con la meta ya a la vista.
Como era de esperar, Mikkelsen seguía apretando en el segundo tramo de la jornada y se anotaba un nuevo scratch, batiendo a Ogier por 7 décimas de segundo y, más importante, a Nasser Al-Attiyah por 17.7, lo que le llevaba a desbancar a éste de la cuarta plaza. Latvala firmaba el cuarto mejor tiempo y Sordo, marcando estrechamente los parciales de Neuville, se limitaba a ceder solamente 2.8 segundos con el belga, firmando el octavo mejor tiempo, con lo que mantenía a Neuville a 37.4 segundos, una ventaja aparentemente suficiente para que no hubiera sorpresas.
Tras una larga neutralización a mitad de la jornada, los pilotos acometían una segunda vuelta a los dos tramos del bucle, ciertamente deteriorados ya como para tomar riesgos. Eso sí, no era el planteamiento ni de Sébastien Ogier, ni de Mads Ostberg ni de Evgeny Novikov ni de Mikko Hirvonen, precisamente. Con el tiempo perdido en los diversos percances del arranque del rallye, todos ellos querían llevarse algún punto y el Power Stage, lógicamente, era una oportunidad estupenda para ello.
Como era de prever, el corto primer tramo del bucle no tenía ninguna relevancia en el devenir de la carrera, con Mikkelsen y Al-Attiyah copando las dos primeras plazas y el resto de los favoritos reservando sus recursos para pelear por el Power Stage. En éste, Ogier apretaba a muerte para sumar tres puntos, dejando el segundo puesto en la especial para Novikov y el tercero para un Andreas Mikkelsen cada vez más entonado y acoplado al Polo WRC.
Jari-Matti Latvala no tenía problemas para completar la especial y celebraba una ansiada primera victoria desde que es piloto de Volkswagen. También era el momento de celebrar para Dani Sordo, cuya segunda plaza le daba muy buenos puntos a Citroën y le permitía romper a él una pésima racha de resultados en las últimas carreras.
Robert Kubica lograba un excelente resultado, al imponerse con su Citroën DS3 RRC en WRC2, mientras que el asturiano José Antonio Suárez lograba una brillante victoria en el Mundial Junior, que catapulta sus opciones en el certamen antes de la llegada del asfalto, teóricamente su superficie predilecta.
Clasificación final
1º J-M. Latvala-M. Anttila (Volkswagen Polo WRC), 3:31:01.2. 2º D. Sordo-C. Del Barrio (Citroën DS3 WRC), a 1:50.0. 3º T. Neuville-N. Gilsoul (Ford Fiesta WRC), a 2:14.1. A. Mikkelsen-M. Markkula (Volkswagen Polo WRC), a 3:55.1. 5º N. Al-Attiyah-G. Bernacchini (Ford Fiesta WRC), a 4:12.6.