La sorpresa saltaba a las 19:10 horas, cuando los comisarios deportivos de la carrera (máxima autoridad en una competición automovilística), anunciaban que habían recibido una reclamación formal por parte del equipo Citroën Abu Dhabi contra los coches número 7 (Latvala), 8 (Ogier) y 9 (Mikkelsen), acompañada por la fianza correspondiente y que, tras leerla y analizarla, habían decidido desestimarla, por un defecto de forma. El hecho es que el artículo 176 del Código Deportivo Internacional establece que una reclamación no puede presentarse contra varios competidores a la vez, sino contra uno solo. De modo que Citroën incurría en un defecto de forma que hacía que su protesta no prosperara inicialmente.
Pero los franceses, aún en plazo para volver a reclamar y hacerlo también de la forma idónea, replanteaban su protesta y presentaban tres reclamaciones, con tres fianzas diferentes, una contra cada coche. Así se deducía de la segunda comunicación de los comisarios de la prueba, que veinte minutos después de la primera comunicación, emitían otra en la que se autorizaba a salir del parque cerrado de final del rallye (el sitio donde los coches participantes quedan aparcados sin que los equipos puedan acceder a ellos hasta que expire el plazo de reclamaciones) a todos los participantes menos a los números 2, 3, 7, 8 y 9, además de varios coches del Mundial Junior, aún pendientes de verificaciones de oficio rutinarias.
El hecho de que también los Citroën de Hirvonen y Sordo (números 2 y 3) fueran retenidos era algo lógico, ya que el reglamento establece que cuando un concursante presenta una reclamación contra otro, el coche del reclamante puede ser igualmente verificado, para ver si el suyo está conforme al reglamento.
Cuarenta y cinco minutos después de esta segunda comunicación, la delegada de comunicación de la FIA, Hayley Gallagher, emitía un comunicado en el que se decía que “Después de dos reclamaciones hacia los coches de los participantes números 7, 8 y 9, éstos quedaban bajo investigación de los comisarios deportivos”.
Los comisarios convocaban a las 20:30 a las partes implicadas y no tardaba en comenzar un trasiego de miembros del staff directivo de Volkswagen y Citroën en las inmediaciones de la oficina de los comisarios deportivos, en las dependencias del Casino de Loutraki (centro operativo del rallye).
Se comunicaba a los miembros de Volkswagen que sus coches habían sido reclamados por considerar Citroen que sus coches infringían el artículo 255A – 5.8b del Anexo J del Código Deportivo Internacional de la FIA 2013 (el que rige este deporte). En ese artículo se estipula que “El número de baterías con el que el fabricante equipa al coche de serie, debe mantenerse”. En Citroën admitían que había un error en los artículos a los que aludían en su reclamación, pero el texto que reprodujeron era el correcto.
Con las partes declarando y defendiendo sus posturas, comenzaba una reunión deliberatoria que se alargaba hasta las 00:10 de la madrugada, hora a la que se hacía público un documento en el que se anunciaba que los tres Volkswagen Polo WRC oficiales eran declarados conformes al reglamento.
Volkswagen defendió su postura argumentando que la batería suplementaria que montaba el coche era un recambio, algo que autoriza el artículo 252 – 7.3. Explicaron que aunque efectivamente hay una batería instalada en la parte trasera derecha de sus coches, no estaba conectada y que solo puede utilizarse después de desconectar la batería principal. También argumentaron que habían clarificado previamente el uso de una batería de recambio con el Delegado Técnico de la FIA.
Los comisarios deportivos llamaron a declarar también al Delegado Técnico de la FIA, que Citroën le había pedido que verificara la instalación de baterías de los coches número 7, 8 y 9 en el parque cerrado. Tgambién confirmó que había aclarado con Volkswagen que esa batería suplementaria era conforme con el artículo 255ª y que consideraba que era una batería de recambio. Aportó fotografías de la batería de recambio que demostraba que estaba instalada, pero no iba conectada.
En suma, que el veredicto consideraba que en los coches había dos baterías, pero que solo una iba conectada y que para utilizar ésta había que desconectar la que estaba operativa. El artículo 252 7.3 del Anexo J del Código Deportivo Internacional de la FIA permite que se instalen piezas de recambio dentro del habitáculo. Y el artículo 255ª 5.8b del mismo documento indica que no hay límite establecido en cuanto a baterías de recambio, por lo que se concluye que la batería a la que se refiere la ficha de homologación del coche, es la única batería que está en funcionamiento.
Por tanto, Jari-Matti Latvala era confirmado como vencedor del Rallye Acrópolis 2013 y la clasificación quedaba como estaba a comienzos de la tarde de este domingo.