Sébastien Ogier y Volkswagen validaron de una manera más que contundente el trabajo que en la firma alemana se ha llevado a cabo para diseñar, construir y poner a punto el nuevo Polo WRC, ya que el piloto galo hizo historia al ganar el primer tramo al que se enfrentaba su nuevo coche y hacerlo delante de toda la élite mundialista, incluido su archienemigo Sébastien Loeb.
Tras la nieve caída en la jornada del martes, el Rallye de Montecarlo arrancaba con los dos tramos programados llenos de parches de nieve y con mucho hielo. En Le Moulinon-Antraigues, primera especial, Las proporciones eran las siguentes: 13 primeros kilómetros, húmedos; los 6 siguientes, hielo; los 6 siguientes, placas de hielo negro; los 12 últimos, completamente seco. La mayoría de los pilotos se decantaba por seis cubiertas “winter” (de nieve) con clavos, salvo los de M-Sport Qatar, (Thierry Neuville, Juho Hanninen y Evgeny Novikov), que montaban dos neumáticos “winter” sin clavos delante y dos con clavos detrás, guardándose otros dos nuevos con clavos para utilizar en el segundo tramo.
Primer tramo
En el primer tramo, con bastante asfalto seco y con humedades (en total, unos 25 km), estaba claro que los clavos iban a sufrir y mucho. Pero ninguno de los dos Sébastien, Loeb y Ogier, estaba dispuesto a regalar ni un segundo dosificando las gomas más de la cuenta, por lo que ambos se presentaban en la meta con las cubiertas delanteras literalmente para tirar, apenas sin clavos. Ogier esbozaba una sonrisa de oreja a oreja al ver los tiempos: había conseguido el mejor registro de la especial en el estreno en competición del Volkswagen Polo en el desembarco del gigante alemán en los rallyes. Una alegría, por tanto, más que justificada.
Loeb se situaba segundo, a 3,7 segundos, y Dani Sordo cerraba la tripleta de cabeza, estrenándose con mucho acierto al volante del Citroën DS3 WRC, pese a la lógica cautela con que afrontaba esta primera especial tan delicada.
Mikko Hirvonen, Evgeny Novikov, Juho Hanninen y Thierry Neuville marcaban cronos más discretos, aunque todos cercanos a Sordo, lo que empezaba a dar una pista de lo disputada que podría estar una plaza en el podio. Jari-Matti Latvala, por su parte, perdía mucho tiempo, tras partir con unos reglajes demasiado duros en su Polo WRC y penalizar tres minutos antes del segundo tramo intentando cambiarlos y quedando atascado en el intenso tráfico de aficionados que seguían el rallye.
Segundo tramo
El segundo tramo, Burzet-St Martial, estaba completamente nevado. Y era ahí donde Sébastien Loeb contraatacaba, endosándole 10,4 segundos a Ogier y arrebatándole de paso el mando de la carrera. Hanninen confirmaba sus buenas impresiones iniciales y relegaba a Sordo esta vez a la cuarta plaza, pese a que el español se mostraba satisfecho de lo conseguido hasta el momento, en unos tramos donde lo más fácil era cometer un error. Estas eran sus impresiones iniciales:
Después de pasar una primera vez por los tramos, y ya con toda la información disponible, el bucle de la tarde se presentaba algo más predecible, sobre todo en lo que a montas de neumáticos se refería. Las partes heladas y nevadas del primer tramo casi se habían fundido en su totalidad y solo había una cierta porción de nieve en la segunda de las dos especiales. Por tanto, la monta más extendida para el primer tramo, utilizada por la mayoría, fue la de dos “winter” y dos slicks super blandas. Unos montaron dos del mismo tipo en cada tren, otros pusieron dos del mismo tipo en cada lado y otros las montaron cruzadas, en diagonal. Pero la mayoría quiso ocultar su monta en la medida de lo posible, por lo que en la práctica resultó bien complicado saber exactamente lo que hizo cada cual.
Sea como fuere, lo cierto es que Loeb, que recurrió a la monta en diagonal, se destapó con un tiempazo, 12” más rápido que el de Latvala, también con monta en diagonal, y 15” mejor que Sordo. Ogier perdía casi 20” y se distanciaba a casi medio minuto en la general de su principal rival, pero las espadas continuaban en todo lo alto.
Última especial
Para la última especial, con nieve, todos quitaban los slicks y montaban las dos cubiertas de nieve que llevaban de recambio. Decidido a seguir demostrando quien mandaba en el rallye, Sébastien Loeb volvía a firmar un crono estratosférico, relegando a Mikko Hirvonen, más entonado con el paso de los kilómetros, a 34,4 segundos. Ello le servía al vigente campeón para concluir la etapa con 1’20”3 de ventaja sobre Sébastien Ogier, al que la segunda vuelta por los tramos no le era todo lo propicia que fue la mañana, perjudicado por el gran deterioro de las condiciones, ya que conforme pasaban los primeros coches, el barro cada vez era más abundante. Mikko Hirvonen desplazaba in extremis del podio provisional a Dani Sordo en el último tramo, en el que el español se encontraba mucho barro y nieve derretida en la carretera (salía décimo) y no lograba lucirse. Peor suerte corría Thierry Neuville, que abandonaba tras salirse de la carretera. A espaldas de Sordo, y cerrando el quinteto de cabeza, terminaba Latvala, que perdía cerca de un minuto tras pinchar en esta última especial de la jornada.
En el parque de asistencias del final del día hablábamos con Dani Sordo. Estas eran sus impresiones de lo que dio de sí la primera jornada de la carrera:
La carrera se reanuda este jueves en Valence, desde donde los equipos partirán para enfrentarse a seis tramos, que suman un total de 132,50 km cronometrados.
