La vuelta de la tierra al Campeonato del Mundo de Rallyes, tras el asfalto alemán, hacía pensar de nuevo en una carrera con una notable carga táctica, en la que teóricamente el líder, Sébastien Ogier (VW), debería sufrir y perder tiempo abriendo carrera en la primera jornada y donde sus rivales podrían ponerle a su merced en las dos jornadas siguientes. Pero en la práctica las cosas no han sido así, en parte porque los tramos disputados en la jornada de hoy no destacaban por su longitud y también porque el que abría la carrera era una buena porción del tramo de test previo a la carrera en sentido contrario (y, por tanto, ya bastante “barrido”).
Es dicha especial, de hecho, Ogier ha conseguido marcar el mejor tiempo, aprovechando la considerable “limpieza” previa de la especial para batir a su compañero Andreas Mikkelsen y a un Kris Meeke que ya dejaba ver sus intenciones desde los primeros compases. Latvala perdía ahí 7.4 segundos, quejándose en la meta de la especial de problemas con los frenos. Otro de los teóricos aspirantes a los puestos de honor, Thierry Neuville (Hyundai), también perdía tiempo al salirse por una distracción cuando consultaba la temperatura de agua de su i20 WRC, preocupado por el posible daño al radiador a raíz de un aterrizaje con el morro. Mads Ostberg (Citroën), tampoco tenía las cosas de cara y cedía nada menos que 19.5 segundos con Ogier, después de salirse en un cruce como consecuencia, según él, de un deficiente funcionamiento del diferencial trasero de su Citroën.
La siguiente especial, Bellingen-1 (10.72 km), arrojaba unos resultados ya más ajustados a los pronósticos. Meeke ra el más rápido y, aunque la corta longitud del tramo impedía que las difererencias fueran muy abultadas, Ogier y Latvala no conseguían pasar del quinto y sexto puestos, a 3.4 y 3.7 segundos del de Citroën, respectivamente. Neuville, ya recuperado del percance del primer tramo, marcaba el segundo mejor crono, a 1.4 de Meeke, mientras que Hirvonen también capitalizaba su retrasada posición de partida (6º) para situarse a 1.7 del scratch.
Estaba claro que si la tónica de ese tramo continuaba en el siguiente, Newry-1 (24.91 km), las diferencias seguirían creciendo en contra de Ogier, como terminó sucediendo. Meeke, consciente de que estaba ante una buena oportunidad para lucirse, en la primera pasada a la especial más larga del día, volvía a tirar fuerte y se anotaba una nueva victoria parcial. Eso sí, ni Hirvonen, ni Mikkelsen ni Neuville se dormían en los laureles y conseguían meterse en un pañuelo de menos de 2 segundos con respecto al británico. Latvala ya cedía 3.5 segundos y Ogier 10.6, lo que hacía que la primera vuelta a los tramos concluyera con Meeke al mando de la carrera, con 2.4 sobre Mikkelsen y 3.3 sobre Hirvonen. Ogier aguantaba como podía y llegaba a la asistencia cuarto, a a 8.4 segundos del líder y 0.6 por delante de un Latvala que se recuperaba bien de los problemas de frenos iniciales, pero que no lograba distanciar a su compañero en un bucle crucial para él.
Ya con la pista más limpia, la segunda pasada al mismo bucle tenía a Ogier y Latvala como principales protagonistas, ya que ambos copaban las dos primeras plazas en los tres tramos, con Ogier ganando el primero y Latvala los dos siguientes. Meeke seguía defendiéndose bien, pero veía cómo su ventaja quedaba reducida a 2.1 sobre Latvala y 2.6 sobre Ogier, con el único consuelo, eso sí, de que ambos partirían por delante de él en la segunda etapa, ya que la clasificación que se tomaba como referencia para elaborar ese orden (inverso) era la que arrojaba al rallye al término de esa sexta especial, descontándose las dos pasadas a la superespecial.
Pese a lo que suele ocurrir con las casi siempre irrelevantes super especiales, en esta ocasión la cabeza registraba cambios, con Ogier magistral ganando las dos pasadas y consiguiendo terminar el día en cabeza de la prueba, con 0.4 sobre Latvala. Mikkelsen, también muy incisivo, completaba un triplete provisional de Volkswagen, con Meeke relegado a la cuarta posición, tras completar las dos vueltas al resbaladizo tramo montado en Coffs Harbour con mucha prudencia, consciente de que sus ruedas duras podían causarle más quebraderos de cabeza que otra cosa si arriesgaba más de la cuenta. El irlandés de Citroën cerraba el día a 4.1 segundos de la cabeza, con Mikko Hirvonen (Ford) completando el quinteto de punta, todos en menos de 8 segundos y dispuestos a continuar batiéndose con todas las consecuencias por los tres puestos del podio a partir de mañana.
El sábado se disputarán seis especiales cronometradas, incluyendo el temible Nambucca (48.9 km) y otras dos pasadas a la super especial de Coffs Harbour. El primer tramo, Nambucca-1, arrancará a las 00:18 (hora peninsular española)
Clasificación general, tras el TC8:
1º S. Ogier-J. Ingrassia (VW Polo WRC), 58:05.8
2º J.M. Latvala-M. Anttila (VW Polo WRC), 0.4
3º A. Mikkelsen-O. Floene (Volkswagen Polo WRC), 3.5
4º K. Meeke-P. Nagle (Citroën DS3 WRC), 4.1
5º M. Hirvonen-J. Lehtinen (Ford Fiesta WRC), 7.9