Volkswagen Passat Alltrack 2.0 TDI

El nuevo Volkswagen Passat Alltrack se sitúa a medio camino. No es un SUV, pero tampoco una berlina familiar al uso. Y es que, sin perder su gran capacidad para viajar por carretera, suma mayor altura de carrocería, tracción total y el mismo programa de conducción off road de Tiguan o Touareg. ¿Hasta dónde puede llegar? El Passat entra en pista…

Volkswagen Passat Alltrack 2.0 TDI
Volkswagen Passat Alltrack 2.0 TDI

La excursión empieza bien temprano, pero, de inicio, las sensaciones parecen buenas. Ya antes de pasar a la acción, el nuevo Volkswagen Passat Alltrack nos estaba sorprendiendo. No recordábamos otra berlina aventurera como ella que, respecto al sedán familiar de origen, mantuviera en asfalto prácticamente la misma habilidad al rodar.

Quizás, sólo los Allroad de Audi puedan mantener el nivel… y siempre que equipen, como en nuestro caso, la opcional suspensión adaptativa. Puede que aquí, en la amortiguación electrónica, se encuentre la clave para compensar las diferentes especificaciones. Porque, a diferencia del antiguo Crosswagon de Alfa, del Scout de Skoda o hasta del nuevo 508 RXH de Peugeot, creemos esta vez llegar en cualquier otra versión convencional del Passat… o incluso en una mejor, ya que tras su cambio generacional lo habíamos probado con chasis normal (muy blando) o Sport (más seco), pero no con esta suspensión pilotada: sin duda, el paso definitivo hacia el equilibrio, y también, aquí, hacia la compensación de altura. En asfalto hemos visto que no la siente. ¿La aprovechará en cambio por caminos? 

Sólo las insignias Alltrack le diferencian por dentro del Passat Variant. Mismo ambiente, buen confort y gran maletero.

Desarrollado sobre la carrocería familiar Variant, el nuevo Volkswagen Passat Alltrack se eleva ahora 30 milímetros del suelo: 25 por muelles más largos y 5 por mayor rueda; responsables, junto a las nuevas protecciones de acero inoxidable para bajos y motor, de que hoy decidamos dirigirnos, por primera vez, con un Passat a pista. Y es que, por seguridad, tracción total ya tenía… pero desde ahora sólo la tendrá este Alltrack, ya que desaparecen las anteriores versiones Variant 4x4.

Arrancamos y, como en asfalto, las primeras impresiones también parecen de inicio buenas. Las suspensiones absorben bien y el VW Passat Alltrack apenas muestra pérdidas de tracción, apoyado por un efectivo sistema de tracción total 4Motion con embrague Haldex de última generación. Trabaja a presión constante gracias a un motor eléctrico y, de un reparto habitual de par de 90/10 entre los trenes delantero y trasero, no sólo varía su respuesta ante pérdidas de motricidad, sino que incluso se anticipa en función de la oscilación de carrocería o de demandas de aceleración. Responde bien, como su motor. 

Recurrimos para esta prueba del Volkswagen Passat Alltrack al propulsor 2.0 TDI de 140 CV, creemos que recomendable frente al mismo TDI de 170 CV (no aporta mucho más y es 4.000 euros más caro, aunque con cambio DSG) y al 1.8 TFSI de gasolina. Y es que este 2.0 TDI sigue asombrándonos: no vibra nada ya desde 1.000 rpm, y da una gran agilidad por su buen bajo régimen. 

Seguimos avanzando en pista, también ayudados por la confianza que nos da, no sólo contar con la ya poco habitual rueda de repuesto de emergencia (lástima que no sea convencional, pero mejor que el kit antipinchazos), sino incluso disponer de neumáticos de serie autosellantes, capaces de reaccionar ante el pinchazo. Hora, por tanto, de activar su modo de conducción off road. 

El programa de conducción off road, similar al de los VW Tiguan o Touareg, modifica por botón en este VW Passat Alltrack el ABS (facilita la deceleración de manera más efectiva al aumentar su intervalo de actuación), adapta el control de tracción, desactiva la función Stop/Start (que la tiene y funciona, por cierto, bien) y activa tanto el asistente de arranque en pendiente como un control de descensos que se activa automáticamente y hasta 30 km/h de velocidad máxima cuando el desnivel supera los 10 grados. El VW Passat Alltrack demuestra así una gran contención en rampa. 

Bien resueltas las primeras dificultades que impone el trayecto, pedimos poco a poco más acción al VW Passat Alltrack, pero, rápido, nos toca recular. Cierto que, frente a un VW Passat Variant, mejora sus ángulos todo terreno entre un 15 y un 25 por ciento, lo mismo que su altura de carrocería; pero, también, que sus casi 17 centímetros de cota libre (un VW Tiguan cuenta ya con más de 20 cm) son insuficientes para afrontar cualquier desnivel de consideración, como un recorrido de amortiguación en el que pronto sentimos en campo su tope. Si no queremos quedarnos bloqueados, mejor así no abandonar la pista principal.

Vuelta, por tanto, al asfalto tras un agradable día de campo. Y vuelta a la realidad. Aunque se defendió bien, este Passat estaba fuera de contexto, porque ahora sí nos convencemos de que donde realmente se disfruta este Alltrack es en carretera. Sobre todo porque, frente a sus hermanos de gama Passat, aporta desarrollos un 15 por ciento más cortos del cambio manual y un apreciable mejor aislamiento en carretera que, junto a la combinación de mayor altura y mencionada suspensión adaptativa, genera un agrado que no habíamos sentido antes en un Passat. De berlina Premium. 

Claro que, al mismo tiempo, que tampoco nadie espere en este Alltrack el rendimiento exacto del Passat Variant 2.0 TDI (sus 100 kg más de peso y peor aerodinámica se pagan en consumos algo más altos y peor aceleración)… ni tampoco su precio. Igualando equipamiento, al menos 2.000 euros más caro este nuevo Alltrack. No es tanto si de verdad necesitas la tracción total.  

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