No ha podido elegir Volkswagen un momento mejor para lanzar al mercado su Polo R WRC. Sébastien Ogier acaba de proclamarse Campeón del Mundo de Rallyes con la versión de competición del utilitario alemán y Volkswagen está a un paso de hacer lo propio en el certamen de Constructores. Está claro que ganar está muy bien, pero capitalizar los triunfos pasa por una buena estrategia, primero a la hora de contarlo y luego, poniendo ese ADN triunfador al alcance de la mano de los clientes de la marca.
En Volkswagen consideran que en el Polo se dan cita los principales valores con los que en la firma germana quieren dotar a todos sus productos, tales como el carácter innovador (tanto desde el punto de vista del diseño como de la tecnología), la responsabilidad (eficiencia) y un elevado valor intrínseco como producto (relación calidad/precio). En el caso del Polo R WRC han añadido el componente de la emocionalidad, yendo un paso más allá tanto en materia estética como en el apartado dinámico. Pretenden tocar la fibra de quien se ponga a sus manos y no han dejado de lado ni una sola posibilidad a la hora de estimular los sentidos del conductor.
El primer encuentro visual con el Volkswagen Polo R WRC no deja lugar a la duda y los guiños a la militancia de la marca en el Mundial de Rallyes comienzan ya en las franjas gris y azul del capó delantero y la parte inferior del lateral del coche, sobre un tono blanco exclusivo de esta versión. Otros elementos específicos que delatan que estamos ante un Polo tan especial son las llantas de aleación ligera “Cagliari” de 18 pulgadas, equipadas con neumáticos 215/35 R18, los parachoques de diseño WRC, las carcasas de los retrovisores exteriores pintados en negro, las pinzas de freno en un original color azul o el spoiler trasero específico R en negro brillante.
Otro sentido, el tacto, tampoco escapa a las novedades y nada más acceder al interior resulta fácil percatarse de la presencia de elementos también específicos, como el volante multifunción con el logo WRC (en la unidad de pruebas con acabado alcántara en tono azulado), los pedales en aluminio o unos magníficos asientos delanteros calefactables, también con terminación en Alcántara y con diseño específico para esta versión R WRC. En el equipamiento de esta versión tampoco faltan elementos de seguridad como los airbags de cabeza, ni otros de confort propios de vehículos de segmentos superiores como el climatizador automático “Climatronic”, los faros Bi-Xenón autodireccionales con luz diurna LED, el paquete Night & Polo con sensor de lluvia, el sensor de parking trasero, el sistema de alerta de robo o el sistema de radio navegación con pantalla táctil de 5 pulgadas, 6 altavoces y conexión USB/MP3.
Al volante
El festival de las sensaciones tiene continuidad nada más girar la llave de contacto, ya que cuando la mecánica de dos litros turbo de 220 CV cobra vida, es el oído quien despierta a la llamada de una estudiada acústica procedente del conjunto del escape y que hace que el pulso se acelere de inmediato. Sin lugar a dudas, el plato fuerte de esta versión no es otro que su mecánica, que combinada con la caja de cambios manual de seis marchas dota al Polo R WRC de un potencial dinámico inédito hasta ahora en toda su gama. Se trata del motor 2.0 TSI ya conocido en modelos como el Scirocco R o el Golf R de la generación anterior, cuyo rendimiento transforma al utilitario germano en una máquina extrema capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 6,4 segundos o de alcanzar los 243 km/h de velocidad máxima. Su respuesta es contundente desde muy bajas vueltas y transmite la sensación de estar en todo momento ante una mecánica “llena”, permitiendo acelerar y recuperarse al coche de una manera realmente brillante.
La puesta a punto del bastidor está en consonancia con una mecánica así y a la altura de lo que requiere una dotación tan extrema en materia de neumáticos, por lo que la estabilidad y el aplomo son muy altos. Es evidente que las carreteras más viradas y los trazados de montaña son el hábitat preferido del VW Polo R WRC, con la única pequeña “pega” de que cuando el asfalto se torna rizado, los ocupantes del coche reciben en sus propias carnes las irregularidades más acusadas. Los clientes tipo de esta versión, no obstante, buscarán muchas cosas antes que la máxima expresión del confort, por lo que sacrificarlo a cambio de una estabilidad impecable y unos ágiles cambios de apoyo tampoco será ninguna “tortura”…
Desde febrero ya se vienen admitiendo pedidos en la red comercial de Volkswagen y es ahora cuando el Polo R WRC llega a los concesionarios al precio de 34.860 euros. El coche pertenece a una serie limitada y numerada de 2.500 unidades, de las que se calcula que no más de 40 o 50 se queden en el mercado español. Sus propietarios podrán presumir de uno de los coches mejor pertrechados en materia dinámica de su categoría, pero también del producto inspirado en el primer modelo de la historia que gana el Campeonato del Mundo de Rallyes en su primer intento.