Mercedes Clase B, un coche acicalado y eléctrico

Desde su aparición hace tres años, la Clase B sigue constituyendo la oferta más práctica y razonable, con perfil familiar, de los tracción delantera compactos de Mercedes que también comprenden los Clase A, CLA y GLA; y en 2015, una nueva carrocería familiar CLA Shooting Brake.. En su momento, se le presentó como un monovolumen (sucedía a un modelo homónimo que sí lo era), y este sello, ahora que los monovolúmenes están menos demandados, quizás ha motivado que las ventas de los Clase A sean superiores. Pero lo que sobresale de este coche de proporciones compactas, ya desprovisto de la famosa plataforma sándwich de los primeros Clase A y B, son sus valores de practicidad para uso cotidiano, sin olvidarse de la prestancia que aporta la estrella de su frontal.

Su 'restyling' tras tres años en el mercado es mayormente estético, con retoques en los paragolpes y parrilla delantera (la longitud aumenta 2/3 cm), así como los faros, que pueden ser de técnica LED, y que de hecho en el mercado español son el equipo lumínico de serie, sustituyendo a los bi-xenon. Además de las mejoras de equipamiento –especialmente de seguridad-, el interior muestra una pantalla central ahora de tamaño único con 8 pulgadas, y también se han cambiado las grafías de la instrumentación detrás del volante.

Mecánicamente, desaparece el motor Diesel 1.8, con lo que el nivel de 136 CV (220 CDI) se cubre ahora con un bloque de 2.2 litros, y el de 109 CV (180 CDI) sigue con el motor 1.5 de origen Renault y parco consumo. Igualmente sobre bloque 2.2, el 220 CDI pasa de 170 a 177 CV su potencia máxima. También hay que reseñar un ajuste del 180 de gasolina (un 1.6 de 122 CV), con consumo homologado inferior. La transmisión integral 4Matic, antes presente sólo en el B220 2.0 de 184 CV, pasa a estar disponible también en el 250 (211 CV), y en las variantes CDI 200 y 220 2.2 de 136 y 177. Todas estas versiones integrales llevan el cambio pilotado de doble embrague 7G/DCT  que como opción en otras versiones cuesta 2.600 €. La miríada de opciones y packs permiten un máximo de personalización y la aplicación de todos los elementos de confort de moda.

La gama española de este modelo se inicia con los 28.125 € del B180 CDI, mientras que el B180 de gasolina –no libre del Impuesto de Matriculación del 4,75% por sus mayores emisiones- sube a 28.875. Sólo las versiones Diesel bajan de los 120 g/km de emisiones de CO2. Las motorizaciones superiores suben a 37.725 € en el caso del B250 2.0 de 211 CV, y 36.475 en el del B220 CDI de 177 CV. Hay nuevos detalles de equipamiento de diversos tipos, pero Mercedes pone el acento en la dotación de seguridad de serie, como los múltiples airbag,  el Attention Assist (que detecta, señala y eventualmente alerta sobre varios grados de atención/fatiga del conductor) y el Collision Prevention Plus, que además de alertar sobre distancias críticas respecto al vehículo de delante, llega a realizar una frenada autónoma parcial si el conductor no reacciona, para evitar activamente la colisión o al menos reducir su impacto . Los nuevos faros –y luces diurnas- LED también inciden positivamente en la seguridad. Los Clase B también acentúan su conectividad, y el dispositivo de serie ‘connect me’ permite localizar el coche y monitorizar a distancia diversas funciones, diagnosticar a distancia o lanzar la petición de ayuda por avería.

Clase B eléctrico

La mayor novedad de esta gama, constituida por el B eléctrico, curiosamente se basa en la versión pre-restyling, como también ocurre con el frugal Clase B animado por gas natural comprimido; lo que entraña en los dos casos que llevan faros de xenón en vez de tipo LED. Y ambos se distinguen también por un maletero incluso mayor (4 cm más de altura útil) que sus hermanos, por la ingeniosa disposición específica de los bajos en la parte posterior. El B eléctrico, que se ofrecerá a partir del próximo enero con un probable precio de 42.900 euros (sin ayudas), ofrece fulgurantes aceleraciones 0-100 pero está limitado en velocidad máxima a 160 km/h para que su autonomía pueda acercarse teóricamente a los 200 km. Dado su alcance, se trata obviamente de una agradable herramienta para el ámbito urbano/periurbano. Su aerodinámica también empeora ligeramente (Cx de 0,28 en vez de 0,25) `por sus bajos y su mayor distancia al suelo. En la práctica, el notable aumento de peso se nota más en el confort de suspensión que en el brío, más que suficiente incluso para una conducción dinámica. En cuanto a la autonomía real, una conducción moderada en carretera arroja un balance en torno a los 120 km reales antes de necesitar recarga, maniobra que con el dispositivo ‘wallbox’ puede hacerse en sólo tres horas.

En resumen, los Clase B mantienen su aire de distinción y a la vez una buena practicidad y economía de consumo en el caso de los CDI Diesel. La versión eléctrica, por su precio y su autonomía limitada, se dirige a un público no abundante en España.