Por si no tienes el gusto de conocerlo, el Bentley Flying Spur es una lujosa berlina de 5,3 m de largo, que se puede configurar para cuatro o cinco ocupantes. Su orientación trata de buscar un vehículo con el que te pueda llevar el chófer entre semana y que luego pase a tus manos el fin de semana, cumpliendo los dos cometidos con mucho placer. Desde luego, si fuese el chofer no me importaría nada tener que conducir uno de estos porque es de esos coches que se disfruta conduciendo, a pesar de su peso o volumen. Es nueva generación, si bien no es un modelo radicalmente diferente al anterior. Mejora en muchos apartados. La base es la misma de antes pero con un bastidor con mayor rigidez torsional, lo que les ha permitido ablandar las suspensiones un 10 por ciento en busca de un mayor confort sin perder efectividad. Mantiene la suspensión neumática de altura variable pero ahora hay menos diámetro de estabilizadoras. Cuenta con nuevas centralitas de control para la suspensión y la dirección.
Exteriormente cambia con unos pliegues de carrocería más marcados y nuevo diseño de ópticas y llantas. Pesa 50 kg menos gracias a la utilización de aluminio en las aletas y capó delanteros y material plástico en el portón trasero. Ahora ofrece 17 colores distintos, 12 tipos de interior y hasta 4 llantas entre las que elegir. El motor sigue siendo el mismo 12 cilindros en W pero ahora nueva gestión electrónica y la nueva caja de cambios de 8 velocidades de origen ZF. El resultado da más potencia y par, 620 CV, y una bajada del consumo de un 13 por ciento. Mantiene el sistema de tracción total permanente, que cuenta con un reparto 40:60.
Se ha trabajado en reducir la vibraciones y bajar todavía más la rumorosidad. Así cuenta con lunas dobles, nuevos tacos de motor y un nuevo diseño de escape, que aumenta la calidad del ruido en las plazas traseras. Los asientos delanteros reciben nuevo diseño, con lo que reducen su grosor para aumentar el espacio para las piernas en las plazas traseras. Antes ya era un coche lujoso y confortable y ahora lo es un poco más. Es cierto que se siente más silencioso y se aprecian menos vibraciones, viajando en sus plazas traseras como en un auténtico salón rodante. El ocupante trasero tiene una consola extraíble del tamaño de un teléfono móvil desde la que se controlan todas las funciones de confort y climatización, así como el navegador, el teléfono o el equipo de audio.
Su comportamiento es efectivo y eso a pesar de las casi 2,5 toneladas que pesa. El sistema de tracción total se encarga de disimular tal peso, si bien éste sólo sale a relucir si practicamos un tipo de conducción exageradamente dinámica. Mejora en confort, algo que se siente tanto si lo conduces como si vas de acompañante, siendo una alternativa interesante a modelos más habituales en nuestras carreteras como el Audi A8, el BMW Serie 7 o el Mercedes Clase S, frente a los que aporta un precio muy interesante dada su potencia y tamaño. Ya está a la venta a partir de los 161.000 euros aunque las primeras unidades no llegarán hasta agosto de este mismo año.