Renault R-Space

No hay que renunciar a la deportividad por el hecho de tener una familia, esta es una de las ideas que propone el R-Space, el tercero de los seis conceptos englobados en el plan estratégico Renault 2016, donde el diseño toma un papel fundamental.

Renault R-Space
Renault R-Space

La R de su nombre proviene de Renault, mientras que Space deriva de la palabra francesa “monospace" (monovolumen). Por ahora es sólo un concept car, pero ya lo hemos conducido, lo que significa que es una creación importante para Renault y que al menos su esencia pasará a la serie. Se trata de un modelo bastante compacto, de 4,25 metros de longitud y apetecibles formas que nos revelan hasta dónde podría llegar el ingenio en los futuros monovolúmenes de producción, siempre con una alta dosis emocional en sus rasgos y respetando la nueva imagen de marca que ha inaugurado el DeZir, cuyo lenguaje de diseño lo podremos ver plasmado por primera vez en un modelo de serie con el próximo Clio 2012. El frontal, con el rombo como protagonista integrado en una personal parrilla que acentúa la anchura del coche, será uno de los nexos de unión entre los integrantes de la gama. Así ocurre en los tres concept cars del nuevo marco estratégico de Renault presentados hasta el momento: DeZir, Captur y R-Space. En total serán seis y el siguiente se presentará en Franckfurt. Por primera vez en la trayectoria del fabricante, los concept siguen una coherencia en su imagen.Uno de los objetivos de Renault es que se reconozcan sus modelos sin necesidad de ver el logotipo, y en ello están trabajando sus diseñadores. Quieren dar fuerza a la marca, no a modelos concretos, y que sus clientes hablen de su coche como un Renault, no como un Laguna, un Mégane, un Twingo... Al mismo tiempo, se busca una diferenciación más acusada con Dacia, que se caracteriza por unas formas más frías.Volviendo al R-Space, también nos adelanta una nueva gama de motores de gasolina que llegará al mercado a partir del año que viene, denominada Energy TCe. Su propulsor es un claro ejemplo de “downsizing", con 900 cm3 de cilindrada, tres cilindros, turbo, inyección directa, 110 CV y 3,7 l/km. Emplea recirculación de gases de baja presión y bujías de radiofrecuencia, capaces de proporcionar una chispa hasta 1.000 veces mayor de lo normal, mejorando la combustión. Por tanto, es idóneo para animar al segmento B, pero también encajaría con modelos de la talla de Mégane o Scénic, y más teniendo en cuenta que habrá otra versión más potente de 1,2 litros. En el R-Space poco pudimos comprobar sus virtudes, pues el recorrido era básicamente para realizar la sesión de fotos, además carecía de insonorización y de una buena puesta a punto de la transmisión automática, por no hablar del asiento no regulable ni de un freno imposible de dosificar con suavidad —cosas de los concept cars—. Una pequeña rueda escondida a la izquierda del volante permite seleccionar las posiciones del cambio (R, N, D), cuyo indicador y botón de parking (P) se encuentran integrados en el propio apoyabrazos. Justo encima, en el marco del parabrisas, está la pantalla en la que se muestran las imágenes de las cámaras laterales que sustituyen a los espejos retrovisores, algo a lo que cuesta acostumbrarse. El interior es siempre la parte menos realista y llena de fantasía de un concept y, en este caso, la zona trasera pensada para que jueguen los niños resulta de lo más imaginativo. Está formada por cubos tapizados en piel de accionamiento motorizado, con los que se puede modificar el contorno del habitáculo programando distintas posiciones. De igual modo, el suelo está revestido por cubos para aportar continuidad. Su estética es muy agradable y luminosa. Entre sus audaces soluciones exteriores, el diseño de las puertas es uno de los aspectos más llamativos, ya que a simple vista da la impresión de “coupé", pero sólo con puertas traseras. El sistema de apertura es mediante sensores táctiles. Con un coche así cualquiera estaría dispuesto a tener familia.