Opel está relanzando su gama Diesel con el nuevo motor 1.6 CDTI. En el caso del Zafira Tourer en la variante de 136 CV, un motor que, sin ninguna duda, aporta suavidad y un considerable agrado de funcionamiento. Entre sus puntos clave están la unidad de control de última generación, el sistema de inyección common-rail de alta presión —trabaja hasta 2.000 bares y con la posibilidad de generar hasta diez impulsos de inyección por ciclo—, un control de combustión de ciclo cerrado y una potente carga de admisión por la acción de un turbocompresor de geometría variable —sopla hasta 1,7 bares y está refrigerado por agua—, además de la presencia de un intercooler aire/aire.
En esta ocasión rivaliza con el 1.6 dCi Energy de 130 CV de Renault, un motor muy satisfactorio en líneas generales por su rendimiento. Más cuando en nuestro banco de potencia ha dado casi 138 CV, mientras el de Opel ha superado ligeramente los 124 CV, de forma que los papeles se han invertido —el del Grand Scénic también ha registrado 3,5 mkg más de par— y al final esa diferencia de casi 14 CV a favor del francés, unida a su peso más ligero —156 kg de diferencia en nuestra báscula— termina de notarse tanto en aceleración como en el reprís, sea cual sea la marcha insertada. El monovolumen galo es más rápido, pero en consumo no saca ventaja al mayor lastre del germano, que se impone a la hora de ahorrar en los trayectos urbanos y registra un gasto medio real de 5,5 l/100 km, frente a los 5,6 de su rival, en cualquier caso brillante marca para los dos al compararlos con el resto de competidores de su categoría.
Pocos bajos
A nivel mecánico, la principal crítica para ambos turbodiésel está en la falta de respuesta a bajo régimen, algo que se nota sobre todo en ciudad, al salir por ejemplo de un garaje con una fuerte rampa o cuando llegamos a una rotonda con poca inercia y metemos segunda, pero no hay una reacción inmediata. En cambio, en carretera es sencillo rodar a buen ritmo con cierta reserva de potencia si pisamos a fondo el acelerador. Desde baja velocidad y hasta 120 km/h el motor 1.6 CDTI es prácticamente el mejor de su clase en cuanto a confort acústico, aunque a esa velocidad ya iguala decibelios con el dCi —siempre contenidos—.
Mucha flexibilidad
Pero ya sabemos que los compradores de estos modelos dan prioridad a su funcionalidad, y en este caso estamos ante dos versiones de siete plazas. Con cinco asientos el Opel costaría unos 350 euros menos y el Renault sería 500 euros más barato. El Zafira Tourer es 10 cm más largo, tres más ancho y cuatro más alto que el Grand Scénic, pero no hay diferencias sensibles de espacio en el interior, colocándose los dos entre los mejores de su clase. Nuestra unidad del monovolumen alemán —con acabado Excellence— contaba con los asientos Lounge Seating en la segunda fila. Este sistema permite un desplazamiento longitudinal más amplio —de 28 cm— cuando se prescinde del asiento central, más estrecho, y se convierte en un apoyabrazos, con la posibilidad de que los dos asientos exteriores queden más centrados.
En el Grand Scénic los tres asientos de la tercera fila son idénticos en cuanto a forma y tamaño —se mueven de forma longitudinal 17 cm—, lo que hace que la plaza central sea más confortable que en su rival. Sin embargo, estas plazas no se pueden escamotear como en el Zafira Tourer, sólo se pliegan hacia delante —no queda una superficie enrasada— o extraer —operación que no es del todo sencilla, también por el peso de los asientos—. En la segunda fila del modelo de Renault hay varias salidas de ventilación y los pasajeros cuentan con mesitas abatibles.
En ambos, la tercera fila presenta un espacio similar a la media de la categoría y el acceso no resulta cómodo. Evidentemente, un adulto de talla media no viajará a gusto en esa zona porque irá con las piernas muy dobladas y porque el techo queda muy cerca de la cabeza. En los dos casos, cuando no se utilizan esos asientos se pueden ocultar fácilmente bajo el suelo. Lo mejor, tanto en Zafira Tourer como en Grand Scénic, es la posibilidad de elegir una configuración de dos a siete plazas en función de las necesidades.
Naturalmente, con el aforo completo la capacidad del maletero se reduce mucho, quedando un hueco, según las mediciones de nuestro Centro Técnico, de sólo 155 litros en el Opel y de 225 en el Renault. Si viajan cinco pasajeros, ambos dejan un volumen generoso para equipaje, mayor en el Grand Scénic —60 litros más—. En los dos hay un hueco para guardar fácilmente la cortinilla cubreequipaje.
Detalles prácticos
En el Zafira Tourer hay varios lugares repartidos por el habitáculo para guardar cosas: dos guanteras en el salpicadero, distintos huecos en la consola y entre los asientos aparece la FlexConsole —de serie en los Excellence—, un gran cajón con portabebidas y función de apoyabrazos que se desliza por unas guías de aluminio. El Grand Scénic también destaca en cuanto a funcionalidad interior, con detalles clásicos en la marca como las cuatro trampillas que se sitúan bajo los pies de las plazas de la primera y segunda fila. Entre los asientos delanteros también aparece un cajón profundo, con una bandeja superior, al abrir el reposabrazos.
El planteamiento tan familiar de estos vehículos, siempre dando más prioridad al confort, deja el comportamiento en un segundo plano. El puesto de conducción sobreelevado ya implica sensaciones diferentes, aunque el bastidor del Grand Scénic ayuda a su rapidez de reacciones, con mención especial para la respuesta de sus frenos —los kilos extras agrandan las distancias de parada del Opel—. Y todavía más cerca de un turismo nos ha situado el tacto de conducción del Zafira Tourer, bien cierto que nuestra unidad contaba con la suspensión opcional FlexRide, con amortiguadores de dureza variable que controlan los movimientos de la carrocería, transmitiendo mucha confianza en curva, en especial al seleccionar el programa Sport —el modo Tourer es el más cómodo—, pues también ajusta la asistencia de la dirección.
Los precios de ambos monovolúmenes son casi calcados, ya que actualmente tanto Opel como Renault aplican un descuento en torno a los 2.600 euros en estos modelos, aunque la dotación de serie es superior en el Grand Scénic. En cambio, el Zafira Tourer ofrece en opción más sistemas de ayuda a la conducción: aparcamiento asistido, control del ángulo muerto, lector de señales de tráfico, control de crucero activo... que no están disponibles en su rival.