La llegada de nuevo de la tracción total al Ford Mondeo (su primera generación ya la equipó) le permite elevar su estatus en el segmento ofreciendo, al igual que el Skoda Superb, un plus de dinamismo y seguridad que le consolida entre los más completos de su entorno acercándole incluso a los modelos premium, frente a los que ahora ya puede contemplarse como una alternativa cuando buscas una combinación de elementos como un motor Diesel de alto rendimiento, cambio automático y tracción total. Y es que aunque no serán las versiones más demandadas dentro de sus respectivas gamas, permiten posicionar sus berlinas un escalón por encima de otras marcas y modelos que no pueden ofrecer a sus clientes variantes Diesel que rozan los 200 CV provistas de tracción total y cambio automático. Y es que, hasta no hace mucho, quienes buscaban un modelo de estas características apenas podían encontrarlo en marcas como Audi, BMW o Mercedes-Benz y, entre las generalistas, algún modelo del Grupo Volkswagen, como el Volkswagen Passat, y, más recientemente, el propio Skoda Superb.
El sistema de tracción total de Ford Mondeo funciona en condiciones normales como un tracción delantera, con un acoplador hidráulico que transmite par al diferencial trasero cuando detecta pérdida de adherencia en el eje delantero a medida que sea necesario. En condiciones límite, puede enviar hasta un 100 por cien del par motor puede derivarse al eje posterior. Un sistema que conlleva un sobrepeso de unos 100 kilos y un aumento en los consumos de aproximadamente 1 l/100 km según nuestras mediciones (la marca habla de algo menos, 0,4 litros). Y aquí no llega al grado de eficiencia de su rival, con un consumo medio registrado por nuestro Centro Técnico de 7,1 l/100 km frente a los 6,3 l/100 km registrado por el frugal checo. Por precio, la tracción total en el Ford Mondeo supone un incremento de unos 3.000 euros respecto a las versiones de tracción delantera. La tracción total más que potenciar un carácter deportivo está destinada esencialmente a aumentar la seguridad en terrenos con poco agarre, ya sea lluvia o nieve. Aun así, además de la evidente mejora en seguridad, aumenta ligeramente el dinamismo.
Más experiencia acumula últimamente Skoda en sus berlinas 4x4, pues lleva desde 1999 utilizándola en muchos de sus modelos y son ya más de medio millón de unidades las comercializadas desde entonces con tracción a las cuatro ruedas. Como en el Mondeo, el sistema del Skoda Superb es conectable automáticamente en función de las necesidades mediante un embrague Haldex y, por lo tanto, carece de diferencial central.
Skoda Superb y Ford Mondeo Sportbreak: Diesel, 4x4 y automáticos
Son, por tanto, dos modelos de configuración mecánica muy similar, berlinas con las que disfrutar de un plus de confort (por el cambio automático) y seguridad (por la tracción total) con las que afrontar en carretera largos viajes con todo lo necesario para hacerlo disfrutando de la conducción. Nos planteamos con ellos un largo recorrido que nos supone cerca de cuatro horas a sus mandos, muchos kilómetros por trazados de lo más variado, desde autopistas de peaje a carreteras de segundo orden con curvas de todo tipo y asfalto en buenas y malas condiciones, para poder descubrir cómo son uno y otro.
El Ford Mondeo, en esta ocasión con su carrocería familiar Sportbreak, es algo más pesado —1.846 frente a 1.743 kg— y de proporciones aparentemente más voluminosas, se siente menos ágil cuando el trazado exige cambios continuos de trayectoria, pero mantiene en todo momento una gran precisión en curva y sale de ella en plena aceleración con mucha motricidad cuando sobre el asfalto aparecen los 180 CV que desarrolla. Además de ser más ligero, la dirección del Skoda Superb se siente más rápida permitiendo moverse de forma más eficaz en este tipo de carreteras, sobre las que demuestra una agilidad más propia de berlinas de menor tamaño. También su cambio DSG, que parece más rápido en inserciones y reducciones que el también automático PowerShift de doble embrague del Mondeo, contribuye a generar esa sensación de moverse entre curvas con más dinamismo, con un ritmo ligeramente mayor pero que tampoco supone dejar atrás al Ford con facilidad.
Pero este tipo de trazados, cada vez más inusuales en las carreteras españolas, no van a suponer por tanto el tipo de conducción más habitual. Autovías o amplias carreteras de dos sentidos donde todavía no llegan aquellas suponen trazados más apropiados para este tipo de modelos.
Skoda Superb más rápido que Ford Mondeo
Con 180 y 190 CV de potencia respectivamente y en ambos casos asociados a una caja de cambios automática, muestran una gran facilidad para alcanzar las velocidades de crucero que estimemos en cada momento. Acelera con más contundencia el Superb 2.0 TDI favorecido por una mejor relación peso/potencia y por un cambio DSG más rápido a la hora de engranar marchas. Con ello, le endosa entre 1,9 y 2,3 segundos en las mediciones más importantes de aceleración. El Mondeo también cede terreno en las recuperaciones, al cubrir el 80-120 km/h en 7,5 segundos por los 6,2 del Skoda.
Pero para quien quiera sobre todo mucho confort de marcha esto no resultará ni mucho menos definitivo en la elección. Y es, precisamente, el confort de marcha lo que marca a ambos, un confort que llega fruto tanto de sus bastidores como, sobre todo, de unos interiores en lo que la amplitud es la nota dominante, con especial mención para el Skoda Superb, cuyas plazas traseras muestran un espacio para las piernas más propio de una berlina de lujo; con 88 cm frente a los 79 del Mondeo Sportbreak. También cuentan con suficiente anchura como para que tres adultos se acomoden sin demasiados problemas y puedan realizar largos trayectos con el suficiente grado de comodidad.
En los maleteros, el volumen que consigue el Superb le sitúa como un referente con sus 595 litros. En el Mondeo Sportbreak sus 520 litros dan también mucho de sí, especialmente en esta carrocería familiar por su volumen ampliable si aprovechamos el espacio desde la cortinilla cubreequipajes hasta el techo.
Skoda Superb frente a Fond Mondeo: el veredicto
Dinámicamente, el Skoda Superb está ligeramente por encima del Ford Mondeo, que juega con la pequeña ventaja que le aporta su menor peso y un conjunto motor/cambio más eficiente. Además, las dimensiones de su interior le sitúan también en posición ligeramente más ventajosa.
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