Es el niño mimado de la casa y el icono de toda su historia, por lo que no es de extrañar que Porsche se vuelque con el 911 en cuanto tiene la más mínima oportunidad, y más si hablamos del Turbo. En el mercado no existe ningún coche que haya recibido tantas actualizaciones o mejoras y, sin embargo, haya cambiado tan poco; ahí está su principal secreto. Ninguno ha evolucionado tanto en su comportamiento, prestaciones o consumos, manteniéndose a la vez como el rey de la categoría.
Sin saltar de generación, el Porsche 997 Turbo sufre un restyling profundo al incorporar el nuevo motor de inyección directa con
Además, el Porsche 911 Turbo incorpora muelles progresivos en ambos trenes, se modifica el reglaje de los amortiguadores y cambia las geometrías con
El motor ahora dispone de 20 CV y 3 mkg más de par. No sólo cambia la forma de entregar la potencia —es más progresivo—, que ya era salvaje, o mejora las prestaciones, sino que además cambia el sonido y se bajan los consumos y emisiones. El motor es magnífico, sí, pero incluso queda parcialmente eclipsado por la nueva caja de cambios PDK, que supera al anterior Tiptronic S en velocidad, respuesta y, sobre todo, adaptación a la conducción que se realiza. Dispone de un dispositivo denominado «Launch Control» que permite hacer salidas de una forma sencilla pero con una eficacia que apabulla. Basta apretar el botón Sport Chrono Plus —opcional—, no quitar el PASM, pisar el freno a fondo con el pie izquierdo en parado, esperar a que en el volante se ilumine «Launch Control» y acelerar a fondo, que cuando soltemos el freno el coche saldrá disparado como un obús, sin apenas perder tracción y, sobre todo, recto.
La sensación de empuje es bestial, pero transmite solidez, por lo que hay que andar cautos con el velocímetro, ya que a los 3,2 segundos de soltar el freno ya estaremos a
El comportamiento dinámico sigue siendo tan particular como siempre, con la salvedad de que ahora la transferencia de peso hacia el tren delantero cuando iniciamos la curva es más efectiva. Sigue habiendo sensación de tren delantero flotante —ojo, que muchas veces se produce por exceso de velocidad a la entrada de la curva— pero el sistema PTV —1.400 €— hace que deje de flotar antes, obligando trabajar al neumático delantero exterior con antelación. La conclusión es que ahora el paso por curva es más rápido y fácil. Todo esto ocurre mientras el cambio, en modo automático, trabaja para nosotros como si de un coche de carreras manual se tratase. Eso sí, cuando no se quiere ir rápido, el confort que transmite no tiene nada que envidiar a un cambio por convertidor de par.
El interior del nuevo Porsche 911 Turbo no cambia apenas, sólo el color de la consola central y algunos botones. Nos han gustado mucho las nuevas levas del cambio —detrás del volante, una para subir y la otra para bajar—, que deberían ser de serie en lugar de los incómodos botones. Con el Sport Chrono, el PTV, el PDK y el volante con levas es un mejor coche, supone pagar 10.955 euros más, pero ¡no lo dude! En los segundos que Usain Bolt hace los