El dato de consumo
Lo puedes encontrar en nuestras páginas en tres modos de utilización: consumo en carretera, consumo urbano y consumo medio. Los dos primeros son en condiciones reales de utilización en recorridos específicos y el consumo medio, que nosotros utilizamos, obedece a una utilización parte en carretera y parte en ciudad en una proporción del 60/40.
Peculiaridades de los consumos
La cifra de consumo de un coche, es uno de los temas preferidos de conversación de muchos de los usuarios y es una de las cifras más difíciles de comparar debido a la gran cantidad de variables que influyen en él.
Y es que, el conductor, la densidad del tráfico, y el desnivel del recorrido, tienen una enorme influencia sobre el consumo, con lo que la cifra obtenida, dependerá de cada uno de estos factores en mayor o menor medida. Ahora bien, estos aspectos que nos afectan a todos los usuarios y que aunque cada uno obtendrá su propio consumo, son cifras que se obtienen en una utilización real en el tráfico cotidiano.
Por ello, lo importante para obtener una cifra representativa, es aproximarse lo más posible a la vida “real” con unas características de aceleraciones y velocidades de utilización como las que vamos a vivir en un día de tráfico, sin atascos, y a la velocidad en carretera que solemos llevar la gran mayoría.
Y estas son las premisas sobre las que basamos nuestro concepto de “consumo” para lo que tenemos diseñado un criterio de utilización, y unos recorridos de carretera y ciudad, con los que intentamos aproximar la utilización al tráfico real que podamos vivir en el día a día.
Recorridos de consumo
Actualmente realizamos de modo habitual para todos los vehículos que son objeto de una prueba estándar, tres tipos de pruebas de consumo: dos de ellas en tráfico abierto que representan una utilización cotidiana, y una tercera en circuito cerrado que busca conocer la cifra de consumo en conducción exigente o deportiva.
Prueba de consumo en carretera
El recorrido de carretera se realiza siempre por las mismas carreteras, mezclando autopista, carreteras nacionales y comarcales, y representa lo que podría ser un viaje entre capitales de provincia, con vías variadas. Durante el recorrido se dan muchas y diferentes particularidades, englobando una gran variedad de situaciones: subidas, bajadas, zonas viradas, llanuras. Además, se cruzan pueblos con velocidades bajas de circulación, con los lógicos cambios de ritmo para cada una de las circunstancias. Algo que para nosotros es importante, dado que vivimos, y nos movemos, en un país con gran cantidad de montañas con subidas y bajadas.
La conducción durante el trayecto, es una conducción relajada, respetando los límites legales de velocidad, y siguiendo el ritmo del poco tráfico que nos encontramos, procurando realizar una conducción económica sin aceleraciones inútiles. La velocidad de circulación en cada tramo es la misma, utilizando varios puntos de control durante el recorrido, para mantener las mismas características de conducción y obtener resultados comparativos. Al final del recorrido, después de doscientos kilómetros, el tiempo empleado no se ha de ir más de un minuto del marcado como tiempo de referencia.
Prueba de consumo urbano
Es la más difícil de realizar porque requiere realizarla siempre en la misma ventana horaria y porque en ocasiones, alguna incidencia del tráfico nos obliga a repetir. Lo más importante, es tener unas condiciones de tráfico lo más similares posibles y conseguir una velocidad media concreta que nosotros tenemos establecida en 27 km/h. El tipo de conducción, al igual que en carretera, es conseguir un bajo consumo, realizando una conducción relajada y siempre sin aire acondicionado, para no obtener diferencias entre invierno y verano.
En cuanto al recorrido, utilizamos siempre el mismo el mismo, con unas variantes de extensión para adecuar la velocidad media a la prefijada, aunque para poder recurrir a ello la diferencia de velocidad media no ha de ir más allá de los tres kilómetros por hora.
Procedimiento de medida
Utilizamos dos sistemas para medir el consumo de combustible dependiendo de las “facilidades” que nos dé el coche para poder conocer con exactitud lo consumido, y del tipo de prueba que queramos realizar.
Si se trata de una prueba especial en la que queremos analizar cómo influye la utilización de por ejemplo del aire acondicionado, o cómo influyen unas ventanillas abiertas, y podemos realizarla en un corto espacio de tiempo, y en un circuito cerrado, utilizamos un medidor de caudal llamado “caudalímetro”, que nos ofrece gran precisión en un corto espacio de tiempo.
Igualmente si estamos tratando con un vehículo que no dispone de ordenador de consumo, lo que ya es muy poco habitual, recurrimos al caudalímetro que es complejo de instalar pero fiable en el dato obtenido.
Por otra parte y dado que lo más generalizado es que los vehículos de pruebas, que suelen estar muy equipados, monten ordenador de consumo, lo más práctico y lógico es que nos aprovechemos de esta cualidad. Pero a pesar de ello no es tan fácil y sencillo como parece a primera vista, porque los ordenadores de consumo que montan los vehículos no son “herramientas” fiables. Nuestra experiencia es que unos marcan al alza y otros a la baja, y que el error de medida no es trasladable ni tan siquiera a otra unidad de igual motorización. Por ello el procedimiento que utilizamos en nuestro caso, es primero conocer el error del ordenador y luego una vez conocido, corregir todas las lecturas parciales obtenidas en cada uno de los recorridos.
Consumos reales de los coches por marcas
También te puede interesar
La verdad sobre el consumo de combustible de los coches