Volvo S80 2.4/170 Optima III

El lujo y la elegancia entendidos como algo práctico, natural y accesible. Eso es lo que propone Volvo en su S80, una berlina superior llena de exquisiteces que, en esta versión, disfruta de un motor de 170 CV que destaca por su buen rendimiento y lo agradable de su funcionamiento. Estrena también la sorprendente amortiguación activa Cuatro-C.

Volvo S80 2.4/170 Optima III
Volvo S80 2.4/170 Optima III

Volvo acaba de poner al día la imagen de su S80 con ligeros retoques estéticos que modernizan el aspecto del coche. Se acentúa la suavidad de las líneas y se cambian los grupos ópticos traseros, que ahora utilizan leds y llevan una carcasa de color rojo con sólo un hueco blanco para la luz de marcha atrás. En el frontal, la parrilla también recibe algún cambio, lo mismo que los retrovisores, que son distintos. Se incluyen también molduras laterales y paragolpes en el color de la carrocería y manetas de las puertas cromadas.Por lo demás, el mismo diseño elegante, de formas redondeadas y tranquilas, alejado de la angulosa musculatura que exhibían los Volvo de otros tiempos.

En esta ocasión probamos el motor 2.4 de 170 CV, que da lugar a esta versión 2.4 del S80, una opción que se sitúa en el centro de la gama de gasolina, justo por encima del motor de 140 CV y por debajo del 2.5 Turbo de 210 CV y del impresionante T6, un motor de 3 litros y 272 CV que pone techo a la parte de gasolina de la familia S80. Es decir, con el 2.4 estamos probando una interesante oferta que combina muy bien el precio (41.939 euros costaba nuestra unidad) con las prestaciones, sin renunciar al confort y la exclusividad que ofrecen los demás S80. El 2.4 de 170 CV, con su arquitectura de 5 cilindros y 20 válvulas, es una máquina muy interesante. Sus cifras no son apabullantes (un 0-100 km/h de casi 10 segundos no es ninguna maravilla), pero el rendimiento sí entusiasma. Es un motor que entrega el par de una forma ejemplar: hay fuerza desde las 1.250 vueltas y la curva es muy constante, casi recta, hasta más allá de las 5.500 rpm. En todo ese tramo del cuentavueltas, con un pico de 22 mkg a 4.250 giros, el par disponible está siempre muy por encima de los 20 mkg. Es decir, la disponibilidad de fuerza es constante y abundante. La curva de potencia es, una vez más modélica: un empuje continuo que se estira hasta las 6.000 revoluciones, aunque es preciso apuntar que, en nuestro banco de potencia, el S80 sólo llegó a 162 CV, por debajo de los 170 anunciados.

En marcha, el propulsor es una delicia. No es que sorprenda por su agresividad o su contundencia, pero sí por esa sensación de tener siempre la fuerza que se requiere. La respuesta es constante y consistente, sin estridencias pero sin flaquear nunca. Resulta idóneo para los viajes en carretera, donde hace falta un motor capaz de llevar al coche rápido y poder solventar sin apuros los adelantamientos. La caja de cambios, de cinco relaciones, contribuye a sacar el mejor rendimiento posible al motor. Unos desarrollos bien escogidos, con la tercera y la cuarta más bien cortas y la quinta muy larga, permiten aprovechar la fuerza del motor y gestionarla de la mejor manera posible. Su accionamiento no es muy rápido ni tampoco muy suave, pero sí es bastante preciso.Teniendo en cuenta lo pesado que es el S80, que ha dado en la báscula un peso de casi 1.600 kilos, no se puede pedir que el motor mueva el coche como si fuera un compacto. Sin embargo, el resultado es bastante satisfactorio en cuanto a agilidad y poder de recuperación. Los consumos, con una media de 9,8 litros cada 100 km, se sitúan en un nivel aceptable. No son brillantes, pero tampoco exagerados.