Contacto: Volkswagen XL1, así se conduce (parte II)

Si has llegado aquí por los ahorros del coche de serie que menos consume… te has equivocado, el VW XL1 no es tu coche. Pero si te gustan los coches, no de boquilla, sino de verdad, con el XL1 seguro que tienes algo con lo que soñar.

Miguel García Puente

Contacto: Volkswagen XL1, así se conduce (parte II)
Contacto: Volkswagen XL1, así se conduce (parte II)

Le encantan las autopistas, donde fluye y fluye a la menor ocasión, motor apagado, con el eléctrico si acaso frenando levemente para recargar batería. Hablamos de fluir. Una de sus características destacadas del XL1. Recargas sus baterías de iones de litio en casa y saldrás con un sigilo inusitado. Incluso entre los eléctricos resulta silencioso, sin silbido de la electrónica, con unos neumáticos delgadísimos pensados para no perder energía, ni siquiera acústica. Es fácil de conducir, es un automático, con su DSG de siete marchas, una evolución del que emplean en sus modelos de serie (en sus otros modelos de serie, los que venden de verdad), aunque con una carcasa de magnesio y árboles y dentados más esbeltos, porque maneja menos par motor. Si usas las manetas del volante para reducir no conseguirás aumentar el grado de freno eléctrico, como sucedería en un VW Golf eléctrico, solo sientes que se eleva el régimen del térmico.

El XL1 filtra razonablemente bien la carretera, yendo durito. La ausencia de elementos de filtrado hace que salpicaduras y piedrecillas sueltas se dejen sentir, puro espíritu de competición. Respecto al concepto de Qatar, nos dicen que han aumentado ligeramente la sección de los visualmente ridículos neumáticos, para soportar el peso sin necesidad de llevar 4 kilos de presión como antes. Ahora los neumáticos se contentan con 2,7 kilos de presión. Aun así, los ralentizadores en la calzada no son de su agrado, aunque no hemos llegado a tocar abajo como temíamos... suerte del corto voladizo delantero. Ahí sus oscilaciones te dejan ver todo el peso que gravita en el tren trasero.

Ya decíamos que no son altas prestaciones lo que busca, pero tampoco el XL1 es un eco-estorbo, por mucho que, siendo la admiración de todos, se empeñen en pegarse a ti y no te hagan fácil la conducción, ni te dejen cambiar de carril fácilmente, con tanto hacerte fotos. Y dudamos que eso cambie por tiempo que pase. Cuando sigues a otro XL1 lo ves extraño, parece un Citroën de aquellos de vía estrecha detrás, un DS "tiburón", un SM, un CX... y aun así nos dicen que la estabilidad en suelo deslizante es muy buena, pese a que les ha supuesto un quebradero de cabeza: "imagínese si el  motor eléctrico decide retener en una curva porque el conductor levanta el pie, con tanto peso detrás... La puesta a punto del coche ha sido muy rigurosa con la estabilidad", nos comenta el técnico.

Entonces, me viene a la cabeza lo mejor del coche, la seguridad. Una placa transversal que, de no estar oculta  por los paneles de fibra de carbono de la carrocería, sobresaldría por la parte baja de la puerta. Una pieza de carbono que hace las veces de los pontones laterales de los Fórmula Uno. Esos mismos que, después de un golpe a alta velocidad permite a los pilotos salir andando quejándose... de su mala suerte. Una estructura que habrá permitido pasar brillando el choque lateral contra un poste.  ¿Y para cuándo al alcance del resto de los coches? Bueno, para eso es el XL1. Investigar y más allá. Como las preciosas bisagras cuyos tornillos son pirotécnicos para que en caso de vuelco se pueda excarcelar a los ocupantes, porque si esperas que los servicios de auxilio puedan romper el carbono... ¿Y no tendrían sentido estas bisagras "desacoplables" en coches menos especiales? Pienso que sí. Y más si se comienzan a combinar materiales, ahora que los bomberos acuden con manual de instrucciones a los accidentes. Da igual donde mires. Esto es un supercoche incluso -y especialmente- donde no alcanza la vista.

 


Así es

Rompe con todo. Ni siquiera responde al patrón de preguntas de los periodistas, como el cuándo, el cuánto… El dónde lo sabemos, pero solo en parte, si no se lanzan a fabricar muchos. El cómo, todavía están investigando cómo hacer mucho carbono en grandes series, lo mismo cambia. El por qué lo imaginamos, pero solo eso. En realidad, solo sabemos el qué… y eso nos parece un coche de ensueño para el siglo XXI.