Volkswagen Passat CC

Cuando algún objeto tiene un diseño y una imagen que hace que nos paremos a contemplarlo, es que sus creadores han dado en la diana y para venderlo ya tienen mucho ganado. Esto mismo es lo que le sucede al Volkswagen Passat CC ya que si por algo destaca en un primer vistazo es por su cautivadora imagen de coupé deportivo.

Volkswagen Passat CC
Volkswagen Passat CC

Hace un tiempo, no mucho, la verdad, estaba en una presentación de Volkswagen en el hall del hotel esperando a que vinieran a buscarnos para ir al aeropuerto. Junto a mí se encontraba uno de los directivos de la marca que estaban presentes en el acto y, mirando hacia fuera del hotel, vimos como se acercaba un Mercedes CLS y paraba frente a nosotros. Ambos nos miramos e hicimos un gesto de complacencia –ese de girar ligeramente la cabeza hacia un lado y guiñar un ojo- en clara alusión a que, aunque él era de Volkswagen y yo de AUTOPISTA, ambos teníamos en común el hecho de que la línea del Mercedes CLS nos parecía sumamente atractiva. Yo no lo sabía, él no se si lo sabía, pero ahora está claro que en aquel momento, en las cocinas de Volkswagen algún “cocinero" estaba mezclando sabores para hacer que la berlina Passat se convirtiera, de la noche a la mañana, en el exquisito coupé de cuatro puertas que ahora conocemos como CC.

Los tiempos cambian y hay que adaptarse a ellos. Al igual que a los todo terreno «de toda la vida» les salió un duro competidor llamado todo-camino o SUV, a las berlinas convencionales les ha salido otro rival que, además, es de su propia estirpe. Mercedes dio el primer paso con su CLS y ahora lo ha hecho Volkswagen con el Passat CC pero lo que está claro es que esta tendencia estilística va a tener, a buen seguro, próximos representantes de otras marcas. El Passat CC toma la plataforma del Passat con su misma batalla y crece en lo que se refiere a longitud -31 mm-, anchura -36 mm- y vías -11 mm en la delantera y 16 mm en la trasera-, perdiendo talla únicamente en la altura -50 mm-. En su interior el recién llegado resulta ligeramente menos habitable en todas las cotas aunque, eso sí, por estrechos márgenes. Donde sí ha perdido -por goleada- con respecto al Passat es en la elección de homologar el coche como cuatro únicas plazas. Ya lo dijimos en el BMW X6 y nos reiteramos en este modelo, nos parece un contrasentido tener un coche grande y limitar sus plazas a 4. Si somos cinco en la familia -tres niños y dos adultos- ¿sorteamos quién se queda con los abuelos? Este punto, a buen seguro, echará para atrás a un amplio número de personas que, enamoradas de su estética, acudan al concesionario y descubran que el coche de sus sueños limita su capacidad de pasaje a cuatro personas. Y no nos valen los argumentos estadísticos que dicen que la media de ocupación de un coche es de menos de 4 plazas. Vale que el ocupante de la plaza central trasera de cualquier coche va de todo menos cómodo; pero va, no se queda en el portal. Una vez superada esta ilógica situación, aquellos que, aún así, se decidan por su compra, se van a encontrar con que perderán toda su intimidad en semáforos, aparcamientos y cualquier lugar público ya que lo normal es que la gente de alrededor fije sus ojos en el nuevo Passat CC. Otro de los puntos que llaman la atención en este modelo es la ausencia de marcos en todas las puertas, una concesión que resulta estéticamente atractiva, y que gracias a su buena realización, no supone una mayor sonoridad en su interior, es más, en nuestras habituales mediciones de sonoridad, el CC resulta más silencioso a cualquier velocidad que un Passat equivalente. Al margen de lo que nos indican las cifras, lo cierto es que en el interior del CC se puede mantener sin problemas una conversación a nivel normal con los pasajeros de las plazas traseras ya que tanto el ruido del motor, como de la rodadura están muy mitigados. — Estética muy atractiva
— Calidad de rodadura
— Confort interior

— Sólo cuatro plazas
— Visibilidad trasera
— Tacto del cambio

Una delicia de motor

Hace un tiempo, no mucho, la verdad, estaba en una presentación de Volkswagen en el hall del hotel esperando a que vinieran a buscarnos para ir al aeropuerto. Junto a mí se encontraba uno de los directivos de la marca que estaban presentes en el acto y, mirando hacia fuera del hotel, vimos como se acercaba un Mercedes CLS y paraba frente a nosotros. Ambos nos miramos e hicimos un gesto de complacencia –ese de girar ligeramente la cabeza hacia un lado y guiñar un ojo- en clara alusión a que, aunque él era de Volkswagen y yo de AUTOPISTA, ambos teníamos en común el hecho de que la línea del Mercedes CLS nos parecía sumamente atractiva. Yo no lo sabía, él no se si lo sabía, pero ahora está claro que en aquel momento, en las cocinas de Volkswagen algún “cocinero" estaba mezclando sabores para hacer que la berlina Passat se convirtiera, de la noche a la mañana, en el exquisito coupé de cuatro puertas que ahora conocemos como CC.

Los tiempos cambian y hay que adaptarse a ellos. Al igual que a los todo terreno «de toda la vida» les salió un duro competidor llamado todo-camino o SUV, a las berlinas convencionales les ha salido otro rival que, además, es de su propia estirpe. Mercedes dio el primer paso con su CLS y ahora lo ha hecho Volkswagen con el Passat CC pero lo que está claro es que esta tendencia estilística va a tener, a buen seguro, próximos representantes de otras marcas. El Passat CC toma la plataforma del Passat con su misma batalla y crece en lo que se refiere a longitud -31 mm-, anchura -36 mm- y vías -11 mm en la delantera y 16 mm en la trasera-, perdiendo talla únicamente en la altura -50 mm-. En su interior el recién llegado resulta ligeramente menos habitable en todas las cotas aunque, eso sí, por estrechos márgenes. Donde sí ha perdido -por goleada- con respecto al Passat es en la elección de homologar el coche como cuatro únicas plazas. Ya lo dijimos en el BMW X6 y nos reiteramos en este modelo, nos parece un contrasentido tener un coche grande y limitar sus plazas a 4. Si somos cinco en la familia -tres niños y dos adultos- ¿sorteamos quién se queda con los abuelos? Este punto, a buen seguro, echará para atrás a un amplio número de personas que, enamoradas de su estética, acudan al concesionario y descubran que el coche de sus sueños limita su capacidad de pasaje a cuatro personas. Y no nos valen los argumentos estadísticos que dicen que la media de ocupación de un coche es de menos de 4 plazas. Vale que el ocupante de la plaza central trasera de cualquier coche va de todo menos cómodo; pero va, no se queda en el portal. Una vez superada esta ilógica situación, aquellos que, aún así, se decidan por su compra, se van a encontrar con que perderán toda su intimidad en semáforos, aparcamientos y cualquier lugar público ya que lo normal es que la gente de alrededor fije sus ojos en el nuevo Passat CC. Otro de los puntos que llaman la atención en este modelo es la ausencia de marcos en todas las puertas, una concesión que resulta estéticamente atractiva, y que gracias a su buena realización, no supone una mayor sonoridad en su interior, es más, en nuestras habituales mediciones de sonoridad, el CC resulta más silencioso a cualquier velocidad que un Passat equivalente. Al margen de lo que nos indican las cifras, lo cierto es que en el interior del CC se puede mantener sin problemas una conversación a nivel normal con los pasajeros de las plazas traseras ya que tanto el ruido del motor, como de la rodadura están muy mitigados. — Estética muy atractiva
— Calidad de rodadura
— Confort interior

— Sólo cuatro plazas
— Visibilidad trasera
— Tacto del cambio

Una delicia de motor