Suzuki Swift

Mire más allá del diseño exterior, porque el nuevo Swift supone borrón y cuenta nueva respecto a la generación nacida en 2005. Mucho más grande, esconde una nueva y muy mejorada plataforma, equipamiento enriquecido que potencia la seguridad y el confort y optimizados motores que permiten reducir las emisiones y el consumo.

Suzuki Swift
Suzuki Swift

Más Swift, así reza el lema de la marca con este nuevo coche. Basta un somero análisis para descubrir que cualquier rincón de la carrocería esconde cambios de mayor o menor envergadura, aunque principalmente, es por detrás donde el nuevo Swift congrega las modificaciones más evidentes. Lo que no se ve, se siente desde los primeros metros, y es que el Swift supone un coche absolutamente nuevo de arriba a abajo. Es mucho mayor que antes, su carrocería ha crecido 9 cm en longitud y tanto la batalla como las vías han dado un considerable estirón, transformación que, cómo no, conlleva la habitual pérdida de peso con un aumento de la rigidez torsional —un 15 por ciento superior— que en conjunto implica más seguridad, menos vibraciones, mejor comportamiento dinámico e inferior consumo.

La mejora en la dirección proporciona un mejor guiado y tacto, las revisadas suspensiones aportan un mejor control de carrocería aumentando a su vez el confort de bacheo y a los frenos les llega, por primera vez, la inestimable ayuda de un disco en el eje trasero aunque sólo en la versión GLX. Adicionalmente, el Suzuki Swift potencia sus niveles de seguridad activa y pasiva incorporando de serie 7 airbag y control de estabilidad en todas las versiones. Aislamiento, confort general, precisión de trayectoria, control de rebote… Todo ha ido a más y este Swift puede presumir de una alta agilidad, mejor estabilidad lineal que antes así como un satisfactorio confort de marcha, aunque el salto a los “cuatro" metros de la categoría se nota en todos los aspectos. Clio, Ibiza, Polo, etc están a otro nivel de refinamiento o comportamiento dinámico. Hasta finales de años, el Swift sólo dispondrá de una mecánica de gasolina. Se trata de una evolución del anterior 1.3 que ha visto reducida su cilindrada hasta los 1.242 cm3. La disminución de fricciones internas y la nueva distribución variable en admisión/escape ha permitido, sin embargo, ofrecer un rendimiento mejor: 2 CV más con un 2 por ciento más de par y, al mismo tiempo, consumos claramente inferiores a la versión saliente. Los 5,8 en ciclo combinado bajan a 5,0 l/100 km —4,9 l/100 km en el caso de las versiones con AutoS&S, sólo en GLX—. Menos áspero, más agradable, más ágil que antes a bajas vueltas, resulta una motorización plenamente convincente como para no tener que esperar a la llegada del Diesel, que llegará a finales de año. El 1.3 DDiS de 75 CV de origen Fiat llegará en diciembre, justo después del Swift 4x4 de gasolina, como el de la generación de 2005, sin la más mínima orientación off-road. No será hasta octubre de 2011 cuando se dé relevo a la deportiva versión Sport. La gama se distribuye en cuatro niveles de equipamiento —GA, GL, GL y GLX, el primero de ellos, sólo para el 3 puertas—, siendo destacable la dotación ya desde el segundo de los acabados, donde el aire acondicionado, la radio con CD y el acceso y arranque sin llave, junto a los dispositivos de seguridad antes citados, vienen de serie. Los precios se horquillan entre los 10.995 y los 14.195 euros para las versiones con cambio manual y carrocería de 3 puertas. El automático —con convertidor de par y 4 relaciones— sólo se ofrecerá en los GLX por 14.995 euros, mientras que la carrocería de 5 puertas supone alrededor de 600 euros adicionales.