Primero fueron las reductoras (hoy prácticamente ya en extinción), luego casi al tiempo llegó la reducción en el número de bloqueos, siguiendo por la pérdida de volumen y altura libre e, incluso ya, avanzando en la proliferación de versiones 4x2… hasta en marcas como Land Rover o en modelos como el BMW X5. De hecho, toda esta derivación del todo terreno hacia categorías inferiores alcanza hoy su máxima expresión en pequeños SUV como el Renault Captur o el Peugeot 2008, sin ni siquiera una versión 4x4 en sus gamas.
Nuestros nuevos protagonistas, el Chevrolet Trax y el Suzuki S-Cross, puede que técnicamente no lleguen a tanto… al ofrecer hoy al menos variantes más completas de tracción total; pero es prácticamente la única licencia que se permiten como crossover, y que ni siquiera les genera lastre, pues sus consumos ni superan ahora los 5,5 l/100 km, los menores de su clase y hasta hace poco sólo alcanzados por pequeños utilitarios. Así que, viniendo ambos de los fabricantes que vienen, no dejan de ser hoy también un ejemplo hasta tanto o más significativo de ese nuevo camino… perfectamente asfaltado. El tipo duro ya no se lleva.
De camioneta a turismo alto
De la experiencia de Suzuki en la categoría no creo que te queden hoy dudas: más de 45 años desde aquellos primeros Jimny/Samurai, auténticos pequeños saltamontes. Hoy, en el Suzuki S-Cross quedan rastros, pocos, pero hay. Uno es la robustez y la solidez que nos deja ver subido al elevador en transmisión, chasis o anclajes. Marca de la casa. Otro, su sistema 4x4 seleccionable por botón y con modo de bloqueo central que adapta hasta ABS o ESP para salir de algún apuro en campo… aunque más partido sacaremos de él por seguridad en asfalto mojado o, sobre todo, en dinamismo, con un nuevo modo Sport más directo de acelerador y que envía, al tiempo, más par al eje trasero induciendo mejor los giros. Muy dinámico, no olvides que su All Grip 4WD viene del utilitario Swift.
Sin embargo, habiendo conocido su gama europea, puede que no caigas en la Chevrolet más pura, en la de las camionetas y grandes todo terreno americanos, tipo Tahoe, Trailbrazer o Silverado. Los has visto seguro en las películas. Hoy, en su cachorro Trax quedan huellas, pocas, pero también las hay. Una es su prominente estampa, con un morro casi de “truck” para su tamaño y mucha altura, mirando aquí por encima del hombro a un Suzuki S-Cross al que saca casi 10 centímetros que notarás en su más elevada postura a bordo: lo que hoy pide el cliente. Otra es su control de descensos de serie (aunque no demasiado preciso) y la mencionada tracción total… eso sí, aquí ya automática y conectable sólo con pérdidas una vez saturado el tren delantero.
Así que, en el fondo, rehúye mejor con los dos la aventura, por más que en Chevrolet sientas hasta más suavidad de amortiguación, que la tiene… incluso sobre su gemelo Opel Mokka. Por alturas libres (menos de 17 cm, las peores del segmento por sus bajos faldones) y cortos recorridos de suspensión sólo superarás bordillos, y no demasiado grandes, por cierto. En menos de lo que mandas un whatsapp te verás con una o varias ruedas en el aire y total ausencia de motricidad. Ponte a cambio a callejear y entrarás hasta por su estrecho casco histórico. Y ya casi sin rastro de humos.
Casi compactos
¿Qué podemos así esperar hoy de Chevrolet Trax y Suzuki S-Cross? Pues esa imagen SUV que tanto gusta, con el rendimiento y el espacio ya de un buen turismo del segmento C. Y, aquí, Suzuki logra meterse de lleno. Zarpazo al compacto Nissan Qashqai (hasta la llegada del S-Cross, el SUV más bajo) y nueva plataforma para que este S-Cross sea también el más ligero de su clase: hasta 130 kg recorta al más voluminoso Chevrolet Trax, sintiéndose también más ágil y directo en los desplazamientos por mucho que su dirección se empeñe en pedir corrección: qué poco informa de las trayectorias.
Más voluminoso es el Chevrolet Trax, que no espacioso. Y es que, salvo por una altura muy justa condicionada en Suzuki por su acentuada “berlinización”, el Suzuki S-Cross impone luego 5 cm más de longitud y batalla, mejorando el espacio interior y, ante todo, el maletero: 470 litros de berlina contra 325 casi de utilitario en un Trax que, a cambio, ofrece hasta 3 guanteras con tapa, cajón bajo asientos, banqueta trasera que bascula y asiento de copiloto abatible. Más solución funcional así en Chevrolet, contra más precisión y espacio en un firme Suzuki que, a la vez, se siente mejor coche general en carretera.
Refinamiento japonés
Aunque también tenga poco plástico mullido y carezca de la vistosa instrumentación digital o la mejor visibilidad del Chevrolet Trax, el Suzuki S-Cross se percibe siempre más elaborado, hasta en una mayor calidad de amortiguación que, aunque ya hemos dicho que más firme, genera una gran sujeción sin comprometer un más alto confort general. Es como si hubiera llegado también a ebullición en ajustes, tacto de cambio y motor ante un Chevrolet al que le falta algún punto más de cocción.
Y eso que, sí, el 1.6 DDiS de 120 CV que monta Suzuki es el tosco propulsor Multijet de Fiat, pero con nueva inyección, electrónica y periféricos. Y va francamente bien. Mejora en frío, tiene mucho par desde antes ya de 1.500 rpm para callejear o planear en carretera y no suena mucho... sobre todo por comparación. Y es que, enfrente, tiene uno de los motores más ásperos hoy del mercado. Hablamos del 1.7 CDTi… que Opel ya por fin descarta. Con 130 CV, no empuja mal e incluso tiene más pegada arriba que su rival, pero no es luego nada fino. Suena a ralentí, y traquetea y suena en aceleración.
Lástima su poco agrado (también en autopista por un desarrollo demasiado largo en 6ª), porque el Chevrolet Trax puede luego igualar prestaciones y consumo al Suzuki S-Cross, y resultar imbatible en precio. Es hasta 7.000 euros más barato, bajando donde ningún 4x4 llega hoy por light que sea, salvo el menos moderno Dacia Duster… y ya los viejos Suzuki Jimny y SX4. Pero esto son SUV hechos ya de otra pasta.