Seat Altea FR

La combinación monovolumen, deportivo y Diesel nunca se había producido. El Altea FR la estrena con buenos resultados. Motor potente, comportamiento de primera y espacio suficiente son sus principales virtudes.

Seat Altea FR
Seat Altea FR
Ver vídeo
El mundo del automóvil es increíble y nos sorprende día sí y día también. Un buen márketing y una adecuada publicidad nos ha hace comprar todo terrenos cuando nunca vamos a salirnos de las autovías, coches gigantescos para un mero uso urbano o deportivos de consumos desproporcionados sólo para ir al supermercado.Algo parecido sucede con este Altea FR, un coche de evidentes intenciones dinámicas y potencia desbocada, que está enfocado también a llevar a la pareja y a los más pequeños. “No hay problema", parecen haber pensado en Seat, “hay tiempo para todo". Y es que este Altea es único en su especie: familiar, deportivo y, encima, Diesel. Mezcla de conceptos en este mundo cada vez más globalizado. Como familiar ya lo conocemos, es un monovolumen de atractivo diseño que cuenta con una modularidad y un espacio para los ocupantes de las plazas traseras inferior a la que ofrecen otros modelos del mismo segmento. Su maletero tampoco es para tirar cohetes, y se sitúa por debajo de la media, pero, con 320 litros de cubicaje mínimo y sus formas regulares es bastante aprovechable. Lo bueno es que el Altea cuenta con espacio extra bajo el piso del maletero, lo que le supone 106 litros más, y las plazas traseras pueden adelantarse, con lo que se ganan otros 100 litros adicionales. Nos queda descubrir qué nos ofrece como deportivo más o menos radical y su asociación con la última creación Diesel del Grupo Volkswagen, el 2.0 TDI, ahora inflado hasta los 170 CV.La primera pista de que nos encontramos ante un vehículo diferente a sus hermanos de gama es los detalles de personalización que adoptan su carrocería y su interior. Por fuera, adopta la apariencia más musculosa que tienen los FR (Fórmula Racing), aunque el aditamento no es demasiado “cantoso". Los cambios más visibles son la toma de aire frontal específica con trama de estilo “nido de abeja", los retrovisores en color plata, las nuevas llantas de aleación de 17 pulgadas, el doble tubo de escape y el logo FR en la parte trasera. En el interior las personalización es más clara. A la vez que aparecen con más abundancia las siglas FR, el volante y la palanca de cambios son exclusivos de esta versión deportiva. El volante está revestido en cuero, posee tres radios y tiene un tacto muy bueno, tanto por tamaño como por capacidad de agarre. La palanca de cambios, sin embargo, no nos ha gustado en exceso. El nuevo pomo nos parece demasiado grueso y pensamos que no se ha acertado en su estética. El tacto y el agrado de uso no se ve afectado, siendo la inserción de marchas precisa y rápida. Los relojes también adquieren una estética deportiva, con el color rojo para los números y el blanco para el fondo de las esferas. El logo FR también está presente en este elemento. No obstante, los factores más definitorios no se ven, se sienten. Estamos hablando del motor, un TDI de 170 CV de nueva realización, y las suspensiones, especialmente enfocadas para una conducción más deportiva.
Ver vídeo
El mundo del automóvil es increíble y nos sorprende día sí y día también. Un buen márketing y una adecuada publicidad nos ha hace comprar todo terrenos cuando nunca vamos a salirnos de las autovías, coches gigantescos para un mero uso urbano o deportivos de consumos desproporcionados sólo para ir al supermercado.Algo parecido sucede con este Altea FR, un coche de evidentes intenciones dinámicas y potencia desbocada, que está enfocado también a llevar a la pareja y a los más pequeños. “No hay problema", parecen haber pensado en Seat, “hay tiempo para todo". Y es que este Altea es único en su especie: familiar, deportivo y, encima, Diesel. Mezcla de conceptos en este mundo cada vez más globalizado. Como familiar ya lo conocemos, es un monovolumen de atractivo diseño que cuenta con una modularidad y un espacio para los ocupantes de las plazas traseras inferior a la que ofrecen otros modelos del mismo segmento. Su maletero tampoco es para tirar cohetes, y se sitúa por debajo de la media, pero, con 320 litros de cubicaje mínimo y sus formas regulares es bastante aprovechable. Lo bueno es que el Altea cuenta con espacio extra bajo el piso del maletero, lo que le supone 106 litros más, y las plazas traseras pueden adelantarse, con lo que se ganan otros 100 litros adicionales. Nos queda descubrir qué nos ofrece como deportivo más o menos radical y su asociación con la última creación Diesel del Grupo Volkswagen, el 2.0 TDI, ahora inflado hasta los 170 CV.La primera pista de que nos encontramos ante un vehículo diferente a sus hermanos de gama es los detalles de personalización que adoptan su carrocería y su interior. Por fuera, adopta la apariencia más musculosa que tienen los FR (Fórmula Racing), aunque el aditamento no es demasiado “cantoso". Los cambios más visibles son la toma de aire frontal específica con trama de estilo “nido de abeja", los retrovisores en color plata, las nuevas llantas de aleación de 17 pulgadas, el doble tubo de escape y el logo FR en la parte trasera. En el interior las personalización es más clara. A la vez que aparecen con más abundancia las siglas FR, el volante y la palanca de cambios son exclusivos de esta versión deportiva. El volante está revestido en cuero, posee tres radios y tiene un tacto muy bueno, tanto por tamaño como por capacidad de agarre. La palanca de cambios, sin embargo, no nos ha gustado en exceso. El nuevo pomo nos parece demasiado grueso y pensamos que no se ha acertado en su estética. El tacto y el agrado de uso no se ve afectado, siendo la inserción de marchas precisa y rápida. Los relojes también adquieren una estética deportiva, con el color rojo para los números y el blanco para el fondo de las esferas. El logo FR también está presente en este elemento. No obstante, los factores más definitorios no se ven, se sienten. Estamos hablando del motor, un TDI de 170 CV de nueva realización, y las suspensiones, especialmente enfocadas para una conducción más deportiva.