Seat Ibiza ST 1.2 TSI

La carrocería familiar del Ibiza ST otorga una gran practicidad a este apetecible modelo del segmento polivalente. Si además se combina con la nueva motorización 1.2 TSI, el resultado no podía ser más acertado.

Seat Ibiza ST 1.2 TSI
Seat Ibiza ST 1.2 TSI

Respecto a un Ibiza convencional de 5 puertas, el ST crece 18 cm de longitud. Este incremento va a parar directamente al maletero, que es 140 litros más amplio. También las plazas traseras salen beneficiadas con la carrocería familiar, pues ganan 4 cm de altura libre hasta el techo, lo que permite viajar más desahogados a pasajeros de talla alta, así como mejorar el acceso a dichas plazas. Pero dejemos momentáneamente a un lado las virtudes de la versión familiar, porque el verdadero protagonista en esta ocasión es el motor 1.2 TSI. Sus especificaciones oficiales llaman la atención, concretamente el dato de emisiones de CO2 teniendo en cuenta que estamos ante un modelo de gasolina: 119 g/km. De ahí que exhiba la denominación Ecomotive, aunque sólo las versiones con Start-Stop, es decir las manuales de 5 velocidades. En caso de incorporar cambio DSG de 7 marchas no está disponible este sistema de arranque y parada y las emisiones de CO2 ascienden a 124 g/km.

Nuestra unidad incorporaba Start-Stop —desconectable— y su funcionamiento, pese a que el aire acondicionado pierde eficacia cuando el coche está parado,puede calificarse de muy bueno. Prácticamente no se nota que el motor se detiene y, al arrancar de nuevo cuando pisamos el embrague, lo hace con mucha rapidez y sin sacudidas. El ralentí, por su parte, resulta muy regular y silencioso, casi imperceptible. El refinamiento de esta compacta mecánica 1.2 de sólo 89,5 kg de peso es una de sus cualidades, pero no la única. Aparte de la inyección directa de gasolina, uno de sus secretos es que incorpora un turbo “avanzado”, fabricado con materiales que le permiten funcionar a mayor temperatura de lo habitual (950-980 ºC), de manera que no es necesario enfriarlo enriqueciendo la mezcla de combustible, evitando así incrementos de consumo. Como ocurre con otros TSI, el intercooler refrigerado por agua está integrado en el colector de admisión.
La entrega de potencia es muy inmediata en su respuesta y el pequeño 1.2 TSI transmite plenitud en toda la banda de utilización. Sólo pierde fuerza por encima de 4.500 rpm, un régimen bastante bajo para tratarse de un motor de gasolina, pero a cambio cuenta con excelentes medios y bajos, que mueven las marchas largas con total soltura. Esto hace que en ocasiones, motivados por la buena solvencia y el generoso par disponible a pocas vueltas, insertemos antes de tiempo una velocidad superior; en este caso, si el motor cae por debajo de las 2.000 rpm le cuesta algo más recuperarse. Pese a la escasa cilindrada la potencia no se siente artificial, y eso que en nuestro banco de rodillos hemos medido nada menos que 128 CV, 23 más que los declarados oficialmente. Resulta muy utilizable y fácil de dosificar el acelerador para lograr una conducción muy suave y sin brusquedades, aunque no por ello le falta carácter cuando solicitamos mayores prestaciones. Por otro lado, en condiciones favorables los consumos pueden ser realmente bajos, pero también lo son llevando a cabo una conducción convencional. En definitiva, es un motor redondo que aporta un alto agrado de conducción y que se adapta sin problemas a casi cualquier estilo de conducción, ya sea ecológico o deportivo, sin perder refinamiento.

El comportamiento del familiar ST no difiere respecto a un Ibiza con carrocería convencional. Apenas se nota el incremento de peso y su paso por curva es ágil, definido por una dirección bastante directa, precisa y de muy buen tacto.

Del interior, aparte de los ya conocidos huecos portaobjetos de buen tamaño, cabe destacar la posibilidad de contar con ciertas soluciones de almacenaje, como cuatro ganchos para bolsas de la compra en el maletero, argollas de sujeción en el suelo, cajones debajo de los asientos delanteros y bajo el maletero, así como un amplio compartimento adosado a la parte inferior de la bandeja. Lástima que para utilizar toda la capacidad de carga (1.164 litros) haya que abatir los asientos traseros en dos pasos, primero la banqueta y después el respaldo, cuando ya existen soluciones más sencillas. 

No hay cambios en la zona delantera del habitáculo. La sorpresa llega al ver el enorme maletero, cuya boca queda bastante baja para facilitar la carga

Saca buena nota en casi todos los apartados, ya que prácticamente no tiene puntos flacos. Se trata de un coche muy bien resuelto y agradable de utilizar, en el que destacan un gran maletero y, sobre todo, un motor de excelente factura y muy buena relación prestaciones/consumo.

- Agrado de uso
- Motor
- Maletero
  • Sin termómetro de agua
  • Plegado asientos tras.
  • Rueda temporal