Renault Fluence 1.5 dCi

El Fluence deriva por completo del Samsung SM3 que se vende en Corea. Está fabricado en Turquía y mezcla en su interior distintos componentes del Grupo Renault, con los que se consigue un coche aceptable, cómodo y económico.

Renault Fluence 1.5 dCi
Renault Fluence 1.5 dCi

Mientras que en Asia o Sudamérica triunfan, el segmento de los compactos de tres volúmenes cada vez tiene menos adeptos en Europa; suelen ser coches de buena capacidad, enorme maletero, tamaño cercano al de las berlinas del segmento superior pero de precio inferior a estas. Suena bien, entonces ¿qué falla? Apostaríamos a que es una cuestión de estética. En la mayoría de los casos, el diseño de estos modelos no es propio, sino una derivación del compacto, al que parece que le han pegado un «postizo» en la parte trasera. El caso del Fluence es distinto, puesto que está diseñado desde el principio como berlina de tres volúmenes y eso se aprecia enseguida. Podrá gustar o no, pero lo que es indiscutible es que está más proporcionado que modelos rivales directos como el Citroën C4 o el Opel Astra en versiones Sedán.

Pero este coche no es del todo «nuevo». Se trata de la adaptación del coreanoSamsung SM3, al que sólo ha hecho falta ponerle el rombo delante y detrás para convertirlo en todo un Renault. Emplea el bastidor del Mégane de nueva generación en su versión familiar Sport Tourer, el tren delantero del Mégane II y el tren trasero del Nissan Sentra, además de tres motores de la casa, los dCi de 85 y 105 CV más un gasolina 1.6 de 110 CV. Como primera prueba optamos por el motor Diesel 1.5 dCi en su versión de 105 CV. Sobre esta mecánica queda poco por decir, puesto que es la misma que encontramos en Mégane, Clio, Scénic… ofrece buena respuesta en todo su régimen, consume lo necesario y sus prestaciones son lo suficientemente buenas como para no echar en falta más motor. Además, con 119 g/km de emisiones medias, este Fluence está exento de pagar el impuesto de matriculación.

Su tamaño exterior está a mitad de camino de lo que medía el anterior Mégane Sedán y lo que mide el Laguna actual. Esto le permite unas dimensiones interiores generosas, aunque no muy superiores a lo que ya existía. Mantiene las cotas en las plazas traseras, con un espacio similar al del Citroën C4 y ligeramente inferior —por la anchura— que un Chevrolet Cruze, otro de sus posibles rivales. Sí ha crecido en capacidad de maletero que, con 80 dm³ más,iguala lo ofrecido por el C4 y bate en 70 dm³ al Cruze. Con respecto al Laguna cede en el espacio atrás pero le apabulla con un maletero 115 dm³ superior.

Estas medidas interiores, unidas a que, según versiones, el Laguna podría ser un rival por precio, podrían hacernos pensar que en optar por un Fluence en lugar de un Laguna; sin embargo, como veremos tras analizar su comportamiento y acabado, sería mejor darle la vuelta a la situación, optando por un Laguna económico en lugar de un Fluence «caro». Son incomparables. La calidad general del Fluence tiene luces y sombras, que podríamos pasar por alto teniendo en cuenta el precio del vehículo.

Los asientos son correctos en su ergonomía, hay buena visibilidad y la postura de conducción se logra con facilidad. Todos los mandos y su tacto son comunes a los Renault de última generación. Con el acabado Dynamique incluso tenemos el mismo climatizador bizona de un Mégane; el sistema en sí funciona bien, pero le cuesta mucho desempañar el cristal delantero porque la salida de aire es muy pequeña y no llega a todo el parabrisas. En cambio encontramos otros detalles interesantes, como un sistema que sujeta los cinturones traseros cuando abatimos los respaldos para que no se queden pillados. En cualquier caso, la sensación de agrado en el Fluence es buena.

Hay espacio de sobra y el diseño interior no se complica con extrañezas. El volumen del maletero es de los mejores del mercado, y se puede ampliar abatiendo los asientos. De serie cuenta con un kit reparapinchazos pero se puede montar en opción la rueda de repuesto convencional, que no afectará al volumen del maletero. El portón deja un hueco normal, no más amplio de lo que suele ser habitual en este tipo de coches, pero carece de un tirador para poder cerrarlo sin tocar la carrocería y no mancharnos.

A baja velocidad, la calidad de rodadura es buena. Con velocidades superiores, sigue siendo confortable, aunque no es un prodigio de estabilidad. Se aprecian mucho los balanceos longitudinales cuando se acelera o frena y, cuando cargamos el maletero, se nota claramente que el morro se levanta. La estabilidad es correcta para un uso racional pero hay que evitar situaciones de frenada en apoyo, que no las digiere muy bien; tocar el freno a 120 km/h en un apoyo largo implica que la carrocería se mueva más de lo habitual. El ESP que lleva de serie arregla la confortable puesta a punto del esquema de suspensiones para que esto no se convierta en un problema de seguridad.

Con este motor, el Renault Fluence dispone de dos acabados posibles:Expression y Dynamique. Desde el más básico se dispone de una buena dotación de seguridad, con los airbag habituales, el control de estabilidad o los faros antiniebla delanteros. Con el acabado Dynamique de nuestra unidad —por 1.000 € más— se obtiene el climatizador automático bizona, las llantas de 16 pulgadas, el sensor de parking trasero, los retrovisores abatibles eléctricamente, el volante de cuero y la tarjeta «manos libres», por lo que está justificada la diferencia.

Si analizamos bien el precio y aplicamos los descuentos actuales de la marca —1.350 en el Fluence y 2.350 en el Laguna—, llegamos a la conclusión que, con este acabado y sin añadir extras, tenemos un Fluence por 20.500 euros. Aplicando el descuento al Laguna, nos podemos fijar en un dCi Eco2 con acabado Authentique que, también sin añadir nada, se queda en los 20.250 euros… Conclusión, si quiere un coche barato, opte por el Fluence con el acabado más básico pero, si llega al acabado superior y no precisa del enorme maletero de este, piense en el Laguna, que no se equivocará. 

- Capacidad maletero
- Habitabilidad
- Consumo

Detalles de acabado
- Climatización
-Comportamiento