Poco te puedo contar de los Renault Talisman que no pueden montar el sistema de dirección a las cuatro ruedas 4Control y la suspensión pilotada (ambos elementos son indisolubles). Pero te aseguro que los que sí lo llevan son otro cantar. Conviene primero tener frescos algunos datos y características del coche. Uno, la longitud: 4,85 metros de eslora para una carrocería con un 2/3 de chapa por 1/3 de zona acristalada que, sin embargo, no es excesivamente pesada: entre 1.387 y 1.518 kilos según motor, según la marca, sin ocupantes ni opciones. Otro, una batalla de 281 cm. Te recuerdo también que la plataforma es la misma a la que utiliza el Renault Kadjar, el Renault Espace y la que también empleará el inminente Renault Mégane, elemento por tanto común en coches muy dispares y que, por tanto, implican ciertas peculiaridades de las que te hablaré cuando entremos a detallar el habitáculo. Así que, entremos de lleno en ver qué tipo de magia esconde el Renault Talisman en sus versiones 4Control —lo cual implica dirigirse a los acabados Zen, donde es opcional por 1.500 euros, o Initiale Paris, de serie) para lograr devorar curvas sin el más mínimo esfuerzo y con una efectividad fuera de lo normal.
Cuatro ruedas directrices en el Renault Talisman
Seguro que conoces el principio de funcionamiento tal y como entiende Renault las cuatro ruedas directrices de su sistema 4Control, presente en la marca desde el año 2007 en el Renault Laguna, pero te resumo que, según la velocidad, las ruedas del eje posterior giran en fase o contrafase. El resultado, sea en aquellos Laguna, en el nuevo Espace o el nuevo Talisman, es verdaderamente milagroso. El sistema en sí es relativamente "sencillo": un motor eléctrico con su correspondiente pistón "empuja o "tira" en sentido trasversal de las bieletas que modifican el ángulo de giro de las ruedas posteriores. La electrónica se encarga del resto, así como de modificar las leyes de la suspensión pilotada según necesidades, y según también el modo de conducción seleccionado a través del dispositivo Multi Sense: hay cuatro programas predefinidos que afectan tanto a parámetros de chasis como a otros elementos de abordo, como el masaje de asientos o la iluminación interior; son estos: Confort, Sport, Eco y Neutral. Adicionalmente existe un modo Individual en el que el conductor puede configurar "su Renault Talisman".
Volviendo al funcionamiento en sí, resulta interesante apuntar a qué velocidades y con qué amplitud se modifican orientación y ángulo de las ruedas posteriores, parámetros que también dependen del modo de conducción preseleccionado: a 50 km/h en modo Confort, a 60 km/h en Neutral y 80 km/h en modo Sport pueden llegar a girar hasta 3,5 grados en sentido contrario a las delanteras, aportando gran maniobrabilidad. A partir de esas velocidades, lo hacen en el mismo que las delanteras hasta con una amplitud de hasta un grado, sumando agilidad de respuesta. El sistema está siempre activo, eso quiere decir al superar las velocidades citadas hay también un cambio en la orientación de las ruedas posteriores que, en ciertas ocasiones, generan una sensación un tanto extraña. Pero, ahora sí, salgamos ya a carretera.
Su gran proyección sobre el suelo, fruto de la citada batalla y gran anchura de vías, aporta un aplomo monolítico a elevada velocidad a un Renault Talisman que, sin embargo, ofrece una agilidad de reacciones impropia para un coche de su tamaño. El efecto es un giro muy plano, un tren delantero muy incisivo y reactivo, pero a su vez absolutamente natural una vez que ya has asimilado sus reacciones. Todo con apenas un giro de muñeca para sentir un Talisman que parece encoger entre curvas y crecer en largas rectas. Impecable en este sentido. Además, no hacen falta mas de una centena de metros para coger las distancias y tacto y evitar así "meter" más dirección de la debida. Pero no es oro todo lo que reluce bajo la sugerente carrocería del Renault Talisman, coche al que le exigiría confort y dinámica, al menos, en la misma proporción.
Efectivamente, la suspensión pilotada sujeta mucho y bien al Renault Talisman. Como te decía, trabaja estrechamente con el sistema 4Control para ajustar la dureza de cada rueda a las reacciones del coche, pero el Renault Talisman no tiene esa tacto de alfombra voladora que podrías esperar de un coche de espíritu, realmente, burgués. La sensaciones son en este caso muy similares a las del Espace, donde también siento un eje trasero con poca capacidad de absorción y algo seco en su respuesta al bache y asfalto degradado, algo común sea cual sea el modo de conducción en que el viajemos, independientemente de que, entre Sport y Confort hay una clara diferencia en amplitud en los movimientos de carrocería. Creo que un Skoda Superb, un Volkswagen Passat o un Ford Mondeo son coches que ofrecen mejores sensaciones en este sentido, aunque no rozar la perfección no implica falta de confort: por ambiente y calidades, el Renault Talisman deja buen sabor de boca.
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