Peugeot 407 Coupé 3.0 HDi vs Renault Laguna Coupé 3.0 dCi

Frente al eficaz y divertido carácter deportivo que tiene el bastidor del Laguna Coupé, Peugeot apuesta por la elegancia de líneas, el confort o la suavidad de marcha en su 407 Coupé. Dos maneras distintas de exprimir sendos motores 3.0 V6 Diesel de unos 240 CV.

Peugeot 407 Coupé 3.0 HDi  vs Renault Laguna Coupé 3.0 dCi
Peugeot 407 Coupé 3.0 HDi vs Renault Laguna Coupé 3.0 dCi

El motor 3.0 V6 HDi le da nueva vida a este Peugeot 407 Coupé y le sitúa a la altura del Renault Laguna Coupé. Ni uno ni otro son baratos, pero cuestan mucho menos que otros modelos similares de origen alemán. En todo caso, no nos engañemos. Estas dos versiones del Peugeot 407 Coupé y del Laguna son modelos de nicho. Y de un nicho realmente reducido. No sólo por su carrocería coupé, sino también porque, puestos a comprar un coche de capricho, el público parece decantarse antes por las denominadas marcas premium (Audi, BMW y Mercedes, por si alguien tenía alguna duda).

El caso es que primero Renault y hace poco Peugeot han puesto sobre la mesa dos motores Diesel V6 de tres litros que no tienen demasiado que envidiar a los propulsores equivalentes de los fabricantes alemanes. Con unos 240 CV de potencia máxima oficial más un envoltorio de lo más atractivo —aunque hay gustos como colores—, tanto el Peugeot 407 Coupé como el Renault Laguna Coupé compiten entre sí por hacerse un hueco. Eso sí, las armas a utilizar para convencer a la clientela son distintas aunque a priori parezcan iguales. Entre los puntos comunes, precisamente está un diseño con más personalidad que el resto de la competencia, así como dos motores de carácter suave y nada brusco. Entre las diferencias, la puesta a punto de cada bastidor.

Lo que más llama la atención del Peugeot 407 Coupées que ofrece un aplomo fantástico en vías rápidas, con un confort de suspensión excelente incluso cuando ponemos en funcionamiento el modo deportivo de la amortiguación. Al pulsar el botón para elegir la suspensión deportiva, todo lo que se nota es que los amortiguadores trabajan con una frecuencia ligeramente más alta, pero la calidad de rodadura prácticamente no se ve afectada.

Donde no se encuentra tan cómodo el Peugeot 407 Coupé es a la hora de encarar una zona de curvas, ya que la agilidad no es su punto fuerte. Al coche le cuesta inscribirse en las curvas y la dirección —precisa y aceptablemente rápida hasta ahora— se muestra en un tramo virado lenta y pesada. Si añadimos otra variable como los baches, el golpeteo en el volante al salir de las curvas más lentas llega a ser molesto.

El Renault Laguna Coupé nos parece un poco más blando de suspensión pero no claramente mas cómodo. Nuestra unidad de pruebas llevaba la muy recomendable opción de cuatro ruedas directrices. Con ella, la dirección del Renault Laguna Coupé es siempre rápida, precisa, instantánea. Requiere un leve periodo de adaptación, pero la recompensa es una agilidad increíble y aporta la ventaja de un tacto muy agradable y nada exigente —ni rastro de ese golpeteo que hemos comentado en el Peugeot 407 Coupé—, al tiempo que permite al Renault Laguna Coupé virar absolutamente plano. Cuantas más curvas y más enlazadas, mejor. Con las cuatro ruedas directrices, el Renault Laguna Coupé tiene una agilidad soberbia.

La única pega es que el Renault Laguna Coupé tiene un comportamiento más inquieto en recta, menos aplomado. Requiere mayor atención y precisamente por eso es algo más cansado de conducir por autovías o autopistas.

Como es natural, tanto el Peugeot como el Laguna corren de sobra como para quedarnos sin puntos en menos que canta un gallo. Otra cosa es que las prestaciones sean brillantes en comparación con sus rivales, como un Audi A5 3.0 TDi, un BMW 330d Coupé o un Mercedes E350 CDi Coupé. Por cierto, tanto el Audi como el Mercedes gastan algo más.

Aunque basado en el anterior 2.7 V6 HDi, el nuevo motor 3.0 V6 HDi parece completamente distinto si recordamos la excelsa suavidad de aquél. Ahora, Peugeot cuenta con un motor que empuja con mucha mayor decisión y no sólo porque la potencia haya pasado de 207 a 240 CV. Lo bueno es que lo que se ha perdido en suavidad no es demasiado, la sonoridad apenas ha aumentado una chispa y el rendimiento es claramente superior, sobre todo por la reducción del consumo en prácticamente un litro —el nuevo Peugeot 407 Coupé 3.0 HDi incluye por cierto sistema de recuperación de energía en las frenadas— mientras que las prestaciones ya no están un escalón por debajo frente a sus rivales como sucedía con el 2.7 HDi.

El V6 dCi de Renault anuncia una potencia ligeramente inferior (235 CV) y al volante da la sensación de que empuja menos. Debemos matizar que, con dos motores Diesel de 3 litros y casi 46 mkg a tan sólo 1.500 rpm, el empuje es siempre constante y poderoso desde el momento en que iniciamos la marcha. Por supuesto, en ninguno de los dos hay el menor atisbo de brusquedad. Lo que sucede es que el motor del Peugeot 407 Coupé transmite mayor vivacidad, probablemente porque el resbalamiento del convertidor a bajo régimen es menor. Después resulta curioso echar una ojeada a los datos de prestaciones para comprobar que el Renault Laguna Coupé acelera y recupera el ritmo mejor que el Peugeot 407 Coupé, a pesar de tener un cambio con unos desarrollos ligeramente más largos.

Y ya que citamos el cambio, cabe puntualizar que el Peugeot 407 Coupétiene tres programas de funcionamiento (Sport, Normal e Invierno) mientras que en el Laguna sólo hay uno. Eso sí en ningún caso estamos hablando de un cambio automático de corte muy deportivo, ni siquiera el modo más radical del Peugeot ni tampoco cuando decidimos usar el carril manual secuencial. Por cierto, no hay levas en el volante, algo que más de uno echará de menos al ponerse a los mandos de un coupé de este nivel de potencia.

Precisamente esta ausencia nos parece más chocante en el Renault Laguna Coupé, sobre todo habida cuenta de las cualidades deportivas de su bastidor. Tanto en uno como en otro coche, el cambio automático tiende siempre a buscar las marchas más largas para obtener una conducción cómoda y relajada, pero al menos en el Peugeot 407 Coupétenemos la opción de elegir el programa de cambio que más nos guste. Una pena que, con el generoso par disponible, no se permita al conductor jugar un poco más con las cualidades de estos dos motores.

Confort e inversión
El motor 3.0 V6 HDi le da nueva vida a este Peugeot 407 Coupé y le sitúa a la altura del Renault Laguna Coupé. Ni uno ni otro son baratos, pero cuestan mucho menos que otros modelos similares de origen alemán. En todo caso, no nos engañemos. Estas dos versiones del Peugeot 407 Coupé y del Laguna son modelos de nicho. Y de un nicho realmente reducido. No sólo por su carrocería coupé, sino también porque, puestos a comprar un coche de capricho, el público parece decantarse antes por las denominadas marcas premium (Audi, BMW y Mercedes, por si alguien tenía alguna duda).

El caso es que primero Renault y hace poco Peugeot han puesto sobre la mesa dos motores Diesel V6 de tres litros que no tienen demasiado que envidiar a los propulsores equivalentes de los fabricantes alemanes. Con unos 240 CV de potencia máxima oficial más un envoltorio de lo más atractivo —aunque hay gustos como colores—, tanto el Peugeot 407 Coupé como el Renault Laguna Coupé compiten entre sí por hacerse un hueco. Eso sí, las armas a utilizar para convencer a la clientela son distintas aunque a priori parezcan iguales. Entre los puntos comunes, precisamente está un diseño con más personalidad que el resto de la competencia, así como dos motores de carácter suave y nada brusco. Entre las diferencias, la puesta a punto de cada bastidor.

Lo que más llama la atención del Peugeot 407 Coupées que ofrece un aplomo fantástico en vías rápidas, con un confort de suspensión excelente incluso cuando ponemos en funcionamiento el modo deportivo de la amortiguación. Al pulsar el botón para elegir la suspensión deportiva, todo lo que se nota es que los amortiguadores trabajan con una frecuencia ligeramente más alta, pero la calidad de rodadura prácticamente no se ve afectada.

Donde no se encuentra tan cómodo el Peugeot 407 Coupé es a la hora de encarar una zona de curvas, ya que la agilidad no es su punto fuerte. Al coche le cuesta inscribirse en las curvas y la dirección —precisa y aceptablemente rápida hasta ahora— se muestra en un tramo virado lenta y pesada. Si añadimos otra variable como los baches, el golpeteo en el volante al salir de las curvas más lentas llega a ser molesto.

El Renault Laguna Coupé nos parece un poco más blando de suspensión pero no claramente mas cómodo. Nuestra unidad de pruebas llevaba la muy recomendable opción de cuatro ruedas directrices. Con ella, la dirección del Renault Laguna Coupé es siempre rápida, precisa, instantánea. Requiere un leve periodo de adaptación, pero la recompensa es una agilidad increíble y aporta la ventaja de un tacto muy agradable y nada exigente —ni rastro de ese golpeteo que hemos comentado en el Peugeot 407 Coupé—, al tiempo que permite al Renault Laguna Coupé virar absolutamente plano. Cuantas más curvas y más enlazadas, mejor. Con las cuatro ruedas directrices, el Renault Laguna Coupé tiene una agilidad soberbia.

La única pega es que el Renault Laguna Coupé tiene un comportamiento más inquieto en recta, menos aplomado. Requiere mayor atención y precisamente por eso es algo más cansado de conducir por autovías o autopistas.

Como es natural, tanto el Peugeot como el Laguna corren de sobra como para quedarnos sin puntos en menos que canta un gallo. Otra cosa es que las prestaciones sean brillantes en comparación con sus rivales, como un Audi A5 3.0 TDi, un BMW 330d Coupé o un Mercedes E350 CDi Coupé. Por cierto, tanto el Audi como el Mercedes gastan algo más.

Aunque basado en el anterior 2.7 V6 HDi, el nuevo motor 3.0 V6 HDi parece completamente distinto si recordamos la excelsa suavidad de aquél. Ahora, Peugeot cuenta con un motor que empuja con mucha mayor decisión y no sólo porque la potencia haya pasado de 207 a 240 CV. Lo bueno es que lo que se ha perdido en suavidad no es demasiado, la sonoridad apenas ha aumentado una chispa y el rendimiento es claramente superior, sobre todo por la reducción del consumo en prácticamente un litro —el nuevo Peugeot 407 Coupé 3.0 HDi incluye por cierto sistema de recuperación de energía en las frenadas— mientras que las prestaciones ya no están un escalón por debajo frente a sus rivales como sucedía con el 2.7 HDi.

El V6 dCi de Renault anuncia una potencia ligeramente inferior (235 CV) y al volante da la sensación de que empuja menos. Debemos matizar que, con dos motores Diesel de 3 litros y casi 46 mkg a tan sólo 1.500 rpm, el empuje es siempre constante y poderoso desde el momento en que iniciamos la marcha. Por supuesto, en ninguno de los dos hay el menor atisbo de brusquedad. Lo que sucede es que el motor del Peugeot 407 Coupé transmite mayor vivacidad, probablemente porque el resbalamiento del convertidor a bajo régimen es menor. Después resulta curioso echar una ojeada a los datos de prestaciones para comprobar que el Renault Laguna Coupé acelera y recupera el ritmo mejor que el Peugeot 407 Coupé, a pesar de tener un cambio con unos desarrollos ligeramente más largos.

Y ya que citamos el cambio, cabe puntualizar que el Peugeot 407 Coupétiene tres programas de funcionamiento (Sport, Normal e Invierno) mientras que en el Laguna sólo hay uno. Eso sí en ningún caso estamos hablando de un cambio automático de corte muy deportivo, ni siquiera el modo más radical del Peugeot ni tampoco cuando decidimos usar el carril manual secuencial. Por cierto, no hay levas en el volante, algo que más de uno echará de menos al ponerse a los mandos de un coupé de este nivel de potencia.

Precisamente esta ausencia nos parece más chocante en el Renault Laguna Coupé, sobre todo habida cuenta de las cualidades deportivas de su bastidor. Tanto en uno como en otro coche, el cambio automático tiende siempre a buscar las marchas más largas para obtener una conducción cómoda y relajada, pero al menos en el Peugeot 407 Coupétenemos la opción de elegir el programa de cambio que más nos guste. Una pena que, con el generoso par disponible, no se permita al conductor jugar un poco más con las cualidades de estos dos motores.

Confort e inversión