A todos los «locos del asfalto» alguna vez se nos ha planteado una disyuntiva al cambiar o comprar un nuevo vehículo. ¿Qué elegir, una gran Superbike o un deportivo medio? ¿Y por qué no tener los dos? Es cuestión de hacer números y, por lo que prácticamente vale un Ford Mustang 2.3 EcoBoost de 317 CV—uno de los deportivos más asequibles del momento—, podemos disfrutar de una gran moto y un pequeño coche en tamaño pero muy grande en sensaciones.
La solución se nos plantea con la bellísima Ducati 899 Panigale y el Peugeot 208 GTI by Peugeot Sport, que sorprende con una respuesta radicalmente deportiva, pero en consonancia con los tiempos que corren. Ambos tienen algo en común. Son vehículos que no se conducen, se pilotan. Pensados para aportar grandes dosis de diversión a sus afortunados poseedores.
Ducati 899 Panigale y Peugeot 208 GTI by Peugeot Sport, exclusivos salvo en el precio
La 899 es la pequeña de la familia Panigale, físicamente es muy parecida a sus hermanas, pero cuenta con una cilindrada menor así como componentes más simples en su parte ciclo para poder contener su precio final. En el polo opuesto se encuentra la Panigale R, con 1.198 cm3, en lugar de los 1.285 de las Panigale 1299 y 1299 S, para poder participar con ella en las carreras de Superbikes; con un precio de 32.900 euros justificados en su amortiguación Öhlins, sofisticada electrónica, frenos, llantas… La tarifa de la 899 está muy próxima a la de su sucesora, la nueva 959 —955 cm3 y 157 CV—, pero con el descuento de fin de serie podemos encontrar algunas de las pocas unidades que quedan en stock por 15.000 euros.
Dentro de la gama 208 la versión by Peugeot Sport no sólo es la más costosa, sino también la más deportiva. Concebido en serie limitada con el logo 30th Aniversario, para conmemorar el nacimiento del Peugeot 205 GTI sobre la base del 208 GTI, su grado de equilibrio, diversión, eficacia… es tal, que la marca ha decidido que pase a ser un modelo más de la gama con el nombre 208 GTI by Peugeot Sport. Así, configura uno de los utilitarios GTI más rápidos —los más costosos Audi S1 o DS3 Racing lo son algo más— pero sobre todo probablemente el más eficaz y equilibrado de todos ellos. La versión GTI está disponible desde 21.300 euros, pero por 3.800 más el by Peugeot Sport multiplica exponencialmente su faceta deportiva. En ambos con el descuento de 2.400 euros ya aplicado. Y es que por 40.100 euros podemos tener un garaje de auténtico ensueño.
Panigale 899 y 208 by Peugeot Sport, circuito o tramo de montaña
Cada uno tiene su momento… o su lugar. La moto nos ofrece unas sensaciones inigualables en circuito, mientras el coche nos seduce igualmente en una rota y reviradísima carretera de montaña. Son ágiles, muy ágiles. La Panigalina por sus 193 kg y su estrecha carrocería —sobre todo en la zona del depósito que abraza las piernas— y el 208 GTI by Peugeot Sport con un tren trasero súper reactivo, que ayuda a redondear los virajes con gran rotundidad incluso sin desconectar el control de estabilidad. Pero lo mejor es su tren delantero, con una gran precisión y una motricidad envidiable, fruto de su superior ancho de vías así como de una amortiguación mucho más firme frente al 208 GTI convencional, pero sobre todo por la adopción de un autoblocante Torsen completamente mecánico. Y aquí está la clave, porque gracias a este dispositivo se agarra como una lapa al asfalto sin que repercuta en ningún momento en movimientos parásitos al volante al acelerar con vehemencia. No sólo es efectivo y divertido, también dócil y relativamente fácil de controlar al límite.
Con la Panigale pasa algo parecido. Si los 205 CV de la 1.299 son un reto para muchos, los 148 de la 899 resultan más fáciles de domesticar. Desde sus mandos podemos elegir entre sus tres modos de uso: Wet (mojado), que limita la potencia a 100 CV, dulcifica su entrega, eleva el umbral del accionamiento del control de tracción y anticipa la entrada en funcionamiento del ABS en los dos trenes; Sport, con sus 148 CV —con mucho genio desde 8.000 a 11.500 rpm—, control de tracción y ABS en posición media, y Race (carrera), ideal para circuito, donde parece no tener ABS —no actúa sobre la rueda trasera—, con poco freno motor y una respuesta mecánica más puntiaguda. Y parece mentira cómo trabaja la electrónica, pues para el conductor en la mayoría de ocasiones su concurso pasa completamente desapercibido, creyéndose aún mejor piloto de lo que en realidad es.
Moto y coche comparten proveedor de componentes para los frenos, con material firmado por Brembo, que en ambos sobresalen por tacto y potencia; con discos sobredimensionados en el by Peugeot Sport frente al GTI convencional. Probablemente donde haya mayor diferencia sea en el cambio, con el típico en H para el 208 GTI by Peugeot Sport, que no sobresale por rapidez ni precisión —aunque convence más que en el GTI por sus desarrollos más cortos—, frente al semiautomático DQS secuencial de la 899 Panigale que permite pasar de una marcha a otra sin tocar el embrague.
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