Hay que ver cómo ha cambiado el mundo a lo largo de las cinco generaciones del Opel Corsa. Si con 18 años nos hubiesen preguntado si queríamos un Corsa Turbo, algunos habríamos perdido hasta el sueño por conseguirlo. Corsa significa carrera en italiano y fuimos felices con tener, o soñar, con el gran GSI y ahora hacemos lo mismo con el OPC -con 207 caballos, por cierto-, pero eso de pensar en un Turbo como deportivo ya nada. Ahora este ilustre apellido que firma la parte trasera del nuevo Opel Corsa queda para describir a una versión racional y eficiente, quién nos lo iba a decir allá por los 80-90.
El caso es que tenemos nueva generación del Corsa, la quinta, que cambia mucho y poco con respecto de la anterior, en función del apartado en el que te fijes, y que añade un más que interesante motor de gasolina tres cilindros 1.0 Turbo con 115 caballos que estrenó el Adam. Su diseño exterior pretende ser más atractivo y emocional que antes; personalmente creo que algo han conseguido. Se han cambiado la ubicación y forma de ópticas traseras y llenado la carrocería de estudiados pliegues de chapa que rompen con la monotonía, es decir, han incorporado el estilo de diseño que también estrenó su hermano pequeño Adam.
Guarda las mismas proporciones y no cambia de tamaño; a pesar de ser nuevo la base es una actualización de la anterior generación, profunda, pero actualización. No cambia la estructura -ni el elevado peso- y esto le hace ofrecer prácticamente el mismo interior que antes. Lejos de ser un inconveniente, hay que tomarse esto como un gran punto a favor en cuestión de espacio, puesto que sigue siendo uno de los utilitarios más habitables del mercado. En las plazas traseras caben tres adultos apretados y para trayectos cortos, pero caben, con un más que buen espacio para las piernas. En el maletero pasa más o menos lo mismo, si bien la modificación de paneles consigue 15 litros más con respecto al anterior, volumen que es de los mejores del segmento.
Vuelve el color
El espacio no cambia, pero sí lo hace su presentación, que nada tiene que ver con el anterior. Del triste salpicadero de antaño que destacaba por su funcional sobriedad, se pasa ahora a todo lo contrario. Hay color, hay diseño y hay tecnología de moda, todo ello guardando la ergonomía y la funcionalidad. Los asientos son cómodos y la postura de conducción fácil de adaptar. También es buena la visibilidad desde el puesto de conducción y la información de la que ahora se dispone. Desde la presión de los neumáticos a la calidad del aceite de nuestro motor, que irá orientando al conductor el momento de cambiarlo según su conducción y uso. Mejora en el info-entretenimiento y la conectividad, hasta el punto que puedes ir escuchando las órdenes del navegador de tu teléfono móvil por los altavoces del coche o, incluso si te descargas la aplicación adecuada, ver la información de navegación en la pantalla central. Ahora puede contar con distintos sistemas como el reconocimiento de señales, el aviso de salida de carril, la alerta de distancia o, incluso, calefacción en el volante. El interior en definitiva es el mismo pero más moderno, y eso al fin y al cabo es un gran avance.
Motor de 3 cilindros
Nuestra unidad del nuevo Opel Corsa equipaba el nuevo motor Turbo de gasolina y 3 cilindros. Está hecho en aluminio, lleva la distribución por cadena con árboles de levas de calado variable en admisión y escape, además de un tercer árbol contrarrotante para eliminar vibraciones. Cubica un litro, tiene 4 válvulas por cilindro y dispone de turbo de geometría fija e intercooler, además de un sistema Start/Stop. Es decir, un completo motor moderno. En nuestro banco ha sido generoso con la potencia, 12,4 caballos más, y, sin embargo, ha logrado mantener un buen nivel de consumos.
Basta ver los datos que consigue y compararlos con lo que hay en el mercado para entender que es un gran motor a pesar de su reducido tamaño. Ya cumple la Euro VI y hace que el Corsa sea de los modelos más rápidos y que menos consumen de su categoría, y eso luchando contra los exagerados 1.370 kilos que ha pesado esta unidad, entre 100 y 200 kilos más que sus rivales. Con respecto al 1.4 de 100 caballos mejora en todo, y esto también incluye su respuesta en baja, el sonido, su carácter urbano o sus posibilidades ruteras.
En marcha es silencioso y están bien disimuladas las vibraciones típicas de los 3 cilindros, que sólo encontrarás cuando busques la zona alta del cuentavueltas. En ciudad se mueve bien desde abajo y admite circular en marchas largas y pocas vueltas. El sistema Start/Stop es refinado en su funcionamiento y soporta bien las paradas largas en atascos. Si le pides brío también lo tiene, siempre teniendo en cuenta su nivel de potencia, claro. La caja de cambios tiene los desarrollos bien adaptados a la potencia y cumple su cometido pero ofrece un tacto poco agradable.
Así se porta
El comportamiento dinámico por un lado me ha decepcionado, pero por el otro me ha gustado. Me explico. Es un coche que se comporta bien. Hay buen bastidor tanto si lo ves individualmente como si lo comparas con la competencia y eso me gusta. La decepción viene porque se siente igual que el anterior, un poco más duro pero igual, como si no hubiese cambiado de generación. Lo de la dureza tiene arreglo y es ya una cuestión de lo que busques en tu coche; las versiones como nuestra unidad que equipan el extra de la llanta de 17 pulgadas añaden el chasis Sport con calibración más firme. Personalmente creo que no lo necesita. La base es buena y dado el nivel prestacional y su orientación recomiendo dejar el chasis normal. La dirección eléctrica paramétrica que lleva de serie asiste demasiado a la menor insinuación de volante y requiere cierta adaptación, nada grave pero en otros coches rivales no ocurre. En conjunto dispone de un motor que permite sacar partido al buen chasis que tiene. El tacto mecánico no es muy emocionante pero cumple de sobra con lo que se espera de él, aportando un más que acertado nivel de prestaciones, con un consumo en la línea de los que menos gastan de la categoría, siempre y cuando al hablar de consumo dejemos de lado al Yaris híbrido, claro.
Con este motor está a la venta por 17.765 euros con acabado Selective y por 19.455 euros con el Excellence, como el de nuestra unidad de pruebas -525 euros menos si lo quieres con carrocería de tres puertas-. Mi recomendación es que acudas al más barato y le añadas el pack selective por 500 euros, que incluye la pantalla de información en el salpicadero como la de las imágenes, los faros antiniebla, el ordenador y el intelligentLink para la conexión del móvil. Súmale la cámara trasera y los sensores de parking y tendrás un completo utilitario.