La quinta generación del Renault Clio es, quizás, el coche del segmento de los utilitarios más avanzados del momento, con permiso, eso sí, del también nuevo Peugeot 208 2019. En este artículo, ya te hemos contado qué nos ha parecido desde el punto de vista de la conducción, además de especificarte con todo detalle su gama mecánica y la gran mayoría de peculiaridades técnicas. Ahora, en este otro reportaje, es momento de detenernos en todos los nuevos sistemas que estrena a nivel de información, conectividad, información y entretenimiento. También nos detendremos en otros muchos aspectos interesantes del interior.
Renault Clio 2019: conectividad
La otra pata tecnológica del nuevo Clio está en el Easy Connect. Se integra en el sistema multimedia Easy Link junto a la aplicación My Renault, destinada a determinar donde se aparcó el vehículo (incluso encendiendo luces o activando el claxon), dar información sobre su estado o enviar al navegador un destino desde un smartphone.
El objetivo del Easy Connect es agrupar aplicaciones, plataformas y servicios conectados. Es el caso de la gestión del coche a distancia, mejorar la facilidad de la programación de los desplazamientos, aumentar la conectividad, etc.
Hay tres versiones del Easy Link, todas compatibles con Android Auto y Apple CarPlay: una con pantalla central táctil apaisada de 7", otra del mismo tamaño y disposición con navegación integrada y una más, ya de 9,3" en vertical, también con GPS. Con el Easy Link, una plataforma conectada a 4G puede llamar automáticamente a los servicios de emergencia en caso de accidente; también puede trasladar, en tiempo real, las incidencias del tráfico a la ruta programada u ofrecer indicaciones sobre un mapa 3D; mientras que se cuenta con servicios ofrecidos por Google, Coyote o TomTom.
Todos los Clio que hemos podido probar contaban con la pantalla de 9,3" (23,6 cm, la más grande del segmento y una de las mayores del mercado) que ofrece una excelente visibilidad y el control sencillo de una enorme cantidad de sistemas como la de esas ayudas a la conducción —algunas de las que también pueden seleccionarse con las teclas situadas justo debajo de ella o, en el salpicadero, a la izquierda del volante—, incluyendo información sobre la conducción, del equipo de sonido, etc.
El Easy Link tiene su propia tarjeta SIM y es autoactualizable, incluido este servicio en el precio del vehículo durante los primeros tres años. La única incidencia con ella fue un apagado espontáneo, con reencendido inmediato que no supuso la necesidad de volver a introducir los datos de navegación, por ejemplo.
En esta pantalla también está la visualización y manejo del funcionamiento del My Sense. Este sistema permite ajustar distintas configuraciones para elementos como la dirección, respuesta del motor o la transmisión, de la climatización o la iluminación ambiental —el cerco que rodea al cambio y un led en cada tirador de las puertas delanteras—, ésta entre distintos grados de intensidad y ocho colores. Por lo general, existe al menos la posibilidad de definir la mayoría de ellos entre los modos Eco, Comfort o Sport. Para facilitar el manejo, además del modo personalizable, hay otros dos que están previamente definidos los distintos parámetros: Eco y Sport. Las diferencias más sensibles de funcionamiento entre uno y otro modo están ligadas a la asistencia de la dirección y, si el cambio es automático, a la transmisión: sin un pasillo Sport o un modo secuencial en la palanca —el control manual de las marchas puede hacerse, sin embargo, desde las levas del volante—, desde la pantalla se define como responde la EDC7.
Renault Clio 2019: carrocería y habitabilidad
Renault ha sido muy continuista en cuanto a mantener el tamaño de la carrocería como el diseño de la piel del Clio. La razón no ha sido otra que, según sus datos, sigue siendo el segundo el aspecto que en mayor medida conquista a sus compradores. De modo, que porque cambiar dramáticamente. Las mayores modificaciones están en la suavización de la silueta, como es lógico, en el frontal, con esa nueva parrilla y los faros ahora con las funciones con leds o la característica firma en C de otros modelos de la marca, ocultamiento de los limpias para ganar pulcritud aerodinámica, mayor presencia de cromados, la eliminación del cristal de custodia posterior o una más afortunada integración del tirador de las puertas traseras en el pilar trasero. Es más ergonómico y también da una sensación de gran solidez.
En la zona posterior, el umbral de carga del maletero está más alto respecto al suelo que en el Clio anterior y buena parte de la competencia: queda a 77 cm. Eso hace que la boca que deja el portón abierto tenga una cota vertical relativamente pequeña, de sólo 60 cm, lo que puede, por un lado, dificultar el acceso con objetos grandes al maletero; por otro, exigir mayor esfuerzo que en otros coches para introducir cargas pesadas o extraerlas, toda vez que en la zona interior la altura del piso de carga al umbral oscila entre 14 y 27 cm, según en situemos el piso móvil en la posición más alta o prescindamos de él. La explicación que nos da Renault para este umbral más alto no responde, como pensábamos, a una hacer más rígida esta zona, sino a otros motivos. Por un lado, por una exigencia de diseño; por otro, a la mejora de clasificación que las aseguradoras hacen en algunos países. Y es que al elevar el portón se reduce el riesgo de que un impacto posterior pueda afectarle, con lo que se abarata el coste de reparación que sólo afectaría al paragolpes. Consecuentemente, la póliza tendrá menor cuota. Eso sí, ese diseño, exige situar el mando de apertura algo lejos, pues ese pulsador eléctrico está oculto en la zona superior del marco de la matrícula.
Según la marca, el maletero del Renault Clio ha crecido 61 litros respecto a su antecesor. Llega a los 391 litros, aunque no ciñéndose a la norma VDA, sino medido con agua. Aquí tienes más información sobre diferentes formas de medir el maletero. En esta primera toma de contacto nuestra medición —con metro— nos ha revelado un espacio de carga de, en la posición de mayor capacidad —extrayendo el panel que oficia de suelo móvil—, algo menor: 330 litros. Estos son los mismos con los que contaba el Clio IV, también según nuestras mediciones. Es un volumen que le deja en la media del segmento de los utilitarios y semejante al de los Ibiza, Polo, Corsa, C3, i20, Fiesta o Micra. Son más grandes los de Baleno, Fabia o Sandero y menores los de 208, Mini, Yaris, Mazda 2, A1 o Swift.
Con el suelo móvil en la posición más alta, la que permite enrasarlo con los respaldos traseros abatido —dos partes asimétricas—, la altura del maletero se reduce de 13 cm, de modo que la capacidad es de unos 260 litros. Es un espacio, en cualquier configuración, cúbico y, por tanto muy aprovechable, en parte por la integración en los paneles traseros del subwoofer del equipo de audio Bose, de sonido de calidad con sus 9 altavoces. Bajo el piso del maletero —un suelo rígido—, siempre hay una rueda de repuesto de emergencia.
Mejora de forma notable en habitabilidad, deficiente en cuanto al espacio en las plazas traseras en la cuarta generación, por la vía de incrementar la distancia entre el asiento y el techo. Hemos medido 92 cm en esta cota de altura, lo que supone un incremento de 5 cm respecto al Clio IV y pone al nuevo modelo entre los mejores de la clase, coches como Ibiza, Polo, Fabia, A1, i 20 o Sandero. Sin embargo, y quizá por el conservadurismo con las cotas longitudinales de la carrocería, no hemos dado con una gran mejora para el espacio de las rodillas atrás: tan sólo un par de centímetros, quizá atribuibles al diseño de los asientos delanteros o su menor espesor. Con todo, el espacio no provoca agobios cuando coinciden, delante y detrás, ocupantes de talla media-grande.
Menos determinantes son las cotas de anchura, que apenas varían milímetros entre una y otra generación del Clio, de modo que éste, como todos los demás utilitarios, cumple bien como cuatro plazas y no tanto como cinco.
Renault Clio 2019, interior
Smart Cockpit llama Renault al puesto de conducción del nuevo Renault Clio. Integra, sin duda, mucha carga tecnológica, tanta que se convierte en referencia del segmento también en esto. También mucha calidad sentida, de la que llega a través de la yema de los dedos o los ojos.
Y es que, empezando por la háptica, sentados en las plazas delanteras todos materiales a los que se alcanza con la mano —zona superior y media del salpicadero, laterales de la consola central, parte alta de las puertas…— están revestidos de plásticos acolchados. Incluso frente al acompañante, en las versiones Initiale Paris, el salpicadero puede estar revestido de cuero, como lo están los asientos o los paneles de las puertas.
La sensación es, de nuevo, de coche grande, como también se adquiere con pequeños detalles como los cuatro elevalunas eléctricos de subida o bajada con un solo toque al botón, la disposición de los pulsadores basculantes situados justo bajo la pantalla central o a la izquierda del volante —aunque cada uno de tacto distinto y funciones que dan la sensación de reparto aleatorio: hay ayudas a la conducción en ambos grupos de teclas, por ejemplo— o la feliz extracción de esa pantalla de los mandos de la climatización, a diferencia de lo que ocurre en los Scénic, Mégane, etc. Son circulares, de buen tamaño y fáciles de manejar. Esta climatización será siempre monozonal.
También cuenta la larga banqueta de los asientos delanteros o que detalles como que todas las funciones de luz interior se hacen con leds, aunque no hay un plafón central propiamente dicho, sino que al abrir las puertas se encienden las dos luces de lectura, junto a las que está el botón de llamada de emergencia.
El volante se mueve, suavemente, para situarse a la profundidad y altura necesaria con un buen margen de maniobra y, como el airbag situado en el centro de él es ahora más pequeño —hay otros cinco más distribuidos por el habitáculo— deja más sitio en los dos radios para situar funciones. En total puede haber hasta 14 pulsadores diferentes, todos retroiluminados, agrupados en ayudas a la conducción y equipo de sonido e instrumentación, con menos elementos decorativos y más funcionales. Esta puede tener cuentarrevoluciones y velocímetros analógicos, con una pantalla central de 4"; o como en las unidades que hemos podido probar, una TFT de 7" a todo color y multiconfigurable a través también del My Sense, enmarcada por los relojes de temperatura del motor y nivel del depósito. A no mucho tardar, ésta ya colorida y gran pantalla para la instrumentación** podrá ser aún de mayor tamaño: 10"**. Integrará el mapa de navegación junto a las indicaciones de la ruta a seguir.
Todas las puertas tienen bolsas rígidas —las traseras no muy grandes y, todas, de poca anchura—, y, para el depósito de objetos en el habitáculo se cuenta con una enorme guantera, con casi 35 cm de profundidad; dos bolsas de tipo canguro en el envés de los asientos traseros y dos huecos más, uno en el salpicadero, junto a la rodilla izquierda del conductor y otro bajo el apoyacodos —de boca algo estrecha, pero 23 cm de profundidad—. Según Renault, los diferentes compartimentos suman 26 litros. El cargador inalámbrico para teléfonos móviles con protocolo Qi, el interfaz estándar de inducción, queda por delante del cambio, junto a las dos conexiones USB, el jack de sonido y la toma de 12 voltios.