El primer compacto de Nissan en llegar a España fue el Cherry (1985) al que sucedió el Sunny (1989) y siguió el Almera (1995) con dos generaciones, la primera manufacturada en Japón y la segunda en el Reino Unido. Tres nombres muy distintos, pero todos ellos conocidos en otros lugares como Pulsar. Un nombre que tiene mucha tradición, aunque en España a la gran mayoría les sonará a nuevo. Entre medias un Tiida, un concepto de coche global, concebido para todos los mercados, que aquí no cosechó el éxito esperado.
Pero centrémonos en el nuevo Pulsar. Un modelo que se fabrica en la planta española de la Zona Franca, en Barcelona. Se trata de un compacto de cinco puertas que con 4,39 metros de longitud se sitúa entre los más largos de su categoría, con pocas opciones por delante, como el Mazda3 con sus 4,46 o el Opel Astra con 4,42, y como el que ostenta junto al Mazda la mayor batalla de todos ellos, con 2,70 metros. No en vano, en esta medición es 5 cm más largo que el Qashqai, y uno en longitud, con el que comparte algunos de los elementos estructurales. Todo esto, le permite ofrecer un espacio en sus plazas traseras de récord. Algo a lo que los Opel Astra o Mazda3 no logran sacar tanto provecho.
¡Menuda habitabilidad!
Así, lo que más destaca del interior del Pulsar es su magnífico espacio longitudinal, para acomodar las rodillas de los pasajeros de las plazas traseras. Con 85 cm, hay que buscar entre las berlinas más espaciosas para encontrar un modelo que lo supere, endosándole 4 cm al León y 5 al Spaceback de Skoda, que hasta su llegada eran de los más amplios en esta medición. Su altura también es destacable, aunque un Hyundai i30 ofrezca un par de cm más, pero su anchura, en la media, corrobora que es más adecuado en esas plazas para dos adultos que para tres. Además, los muy altos —a partir de 1,80 m—, pese a tener tanta distancia longitudinal, echarán de menos una banqueta posicionada más alta para no viajar con las rodillas tan elevadas. Lo curioso es que pese a ofrecer tanto espacio detrás, el maletero cubique unos generosos 435 litros, a 70 del Civic, la referencia, pero muy por encima del grueso de sus rivales. Sería perfecto si tuviese unas formas más regulares y un plano de carga más bajo que facilitase la introducción del equipaje.
En las plazas delanteras el espacio también es generoso, con una anchura considerablemente mayor y grandes posibilidades de regulación del puesto de conducción. Aunque mejoraría si la banqueta pudiese situarse más baja y el respaldo en su mitad superior no tuviese tanta inclinación; algo que no ha sido del agrado de todos los conductores que hemos probado el coche.
Por calidad de acabados, sólo la parte superior del salpicadero y puertas exhiben plástico mullido, mientras que las rebabas de unión entre las piezas inferiores de la consola central no procuran un tacto agradable. En los asientos delanteros la regulación del respaldo por palanca en lugar de ruleta dificulta un ajuste preciso del puesto de conducción mientras que el respaldo trasero se divide en dos secciones asimétricas, aunque al abatirlos no enrasan con el suelo del maletero para crear una superficie de carga plana.
Poco a poco
En el arranque de su vida comercial sólo se ofrece con dos motores, ambos ya conocidos. El 1.2 DIG-T de gasolina sobrealimentado por turbo con 115 CV, muy agradable y refinado, disponible con cambio manual de seis velocidades o un automático de variador continuo denominado Xtronic, y el 1.5 dCi Diesel de origen Renault con 110 CV, que sólo dispone de cambio manual. El primero vale 1.400 € menos, con lo que para amortizar el Diesel hay que recorrer unos 68.000 km al precio actual del combustible. Para principios de 2015 está confirmada una versión 1.6 turbo de gasolina con 190 CV, ya conocida del Juke, que probablemente se complete con la variante deportiva Nismo de 218 CV con llantas de 19”, un completo kit aerodinámico y suspensión deportiva, ya presentada como prototipo en el pasado Salón de París.
El propulsor Diesel 1.5 dCi, que procede de Renault, también está presente en otros compactos como Mégane y Mercedes A180 CDI; aunque en el Pulsar se siente ligeramente más áspero por un nivel algo más elevado de ruido al ralentí así como de vibraciones. Es un propulsor ya veterano, de 8 válvulas, y que pese a no ser tan refinado como el 1.6 dCi ofrece más bajos que éste y unos reducidos consumos. La cifra media obtenida por nuestro Centro Técnico es de 5,1 l/100 km, muy lejos de la homologada de 3,6; que en la práctica es imposible reproducir. Cosas del ciclo de homologación europeo NEDC, que en un futuro será sustituido por uno armonizado a nivel mundial. Pese a ello, su consumo en ciudad es competitivo, a 4 décimas del obtenido por 308 e-HDi y A3 Sportback 1.6 TDI Ultra, dos de los mejores. En carretera se sitúa en la media al marcar la misma diferencia de cuatro décimas con el Audi, aunque en esta medición todos quedan mucho más juntos en sus registros. En cuanto a sus prestaciones, en aceleración corre suficiente para lo que podemos esperar de sus 110 CV, pero en recuperación falta agrado de uso por los excesivamente largos desarrollos de cambio elegidos. Buscados para rebajar consumos y cumplir la norma de emisiones contaminantes Euro6, pero que impiden conseguir un buen equilibrio y obligan a recurrir a la palanca de marchas con mayor asiduidad, incluso a viajar en tramos limitados a 90/100 km/h en 5ª en lugar de en 6ª. El 1.2 DIG-T es más refinado, vibra menos y corre casi igual, pero no es tan parco en consumos.
Ante todo, confort
El comportamiento del Pulsar responde claramente al enfoque que transmite su carrocería, es, ante todo, un coche cómodo, con una amortiguación más bien blanda, pero que responde bien en situaciones de riesgo e incluso en conducción deportiva, sin que el coche tenga este enfoque. Dibuja trazadas precisas, con reacciones predecibles y fáciles de controlar cuando se supera su límite de adherencia, a lo que ayuda en gran medida un control de estabilidad muy bien puesto a punto.
La dirección eléctrica trasmite suficiente información y es precisa, al igual que el cambio, aunque cuando se acciona con mucha rapidez se echa en falta mejor tacto, mientras que los frenos cumplen con suficiencia, si bien en conducción muy exigente se fatigan con cierta facilidad y no consiguen distancias de detención reseñables. Como ya sucede con el Qashqai, con el que comparte muchos componentes, ofrece una buena calidad de rodadura y un rodar muy refinado, sólo roto por una rumorosidad y nivel de vibraciones superior al 1.6 dCi con el que habitualmente hemos probado éste crossover.
Equipado y a un precio razonable
La gama se estructura con cuatro acabados. El básico Visia en el dCi supone desembolsar 17.450 euros, en los que ofrece 6 airbags, ESP, aire acondicionado, cuatro elevalunas eléctricos, control de crucero, ordenador de a bordo, Bluetooth y llantas de 16”. Pasar al más recomendable Acenta incrementa la factura 950 € por elementos como el climatizador, los apoyabrazos centrales delante y atrás, sensores de luz y lluvia, retrovisor interior electrocrómico, llave manos libres y faros antiniebla. Para el N-Tec de la prueba se suman otros 1.700 € por el sistema anti-colisión frontal, faros de led, llantas de 17”, el Nissan Connect (para manejar Apps del Smartphone, navegación, Google Send-to-Car…) y la cámara de marcha atrás. El tope de gama Tekna añade control de ángulo muerto, alerta ante cambio de carril, detector de movimiento, cámara de 360º, tapicería de piel, asientos calefactados y retrovisores plegables eléctricamente por 1.700 € más. Hay compactos más baratos de tarifa, pero lo que resulta complicado es superar su excelente relación precio/equipamiento.
Ayudas a la conducción
Bajo el nombre «Escudo de Protección Inteligente», ofrece algunos de los últimos sistemas de ayuda a la conducción. El acabado N-Tec dispone del sistema anti-colisión frontal, que avisa al conductor acústicamente e incluso frena por sí solo cuando detecta un posible alcance por distracción del conductor. El Tekna completa este apartado con el control de ángulo muerto, que avisa de la presencia de otro vehículo que podemos no haber advertido por el retrovisor, la alerta ante el cambio de carril involuntario y el detector de movimiento, que avisa del movimiento de otros vehículos entorno al vehículo en las labores de aparcamiento. Una función que se complementa con la cámara de 360º que reproduce en la pantalla de la consola central una visión cenital del coche para poder aparcar prácticamente al milímetro sin un solo roce.
Tras un éxito sin precedentes con su SUV Qashqai, que ha copado los primeros puestos de los ránking de ventas en los últimos años. Nissan, con el Pulsar, termina de estructurar su oferta en el segmento C, con un tradicional compacto, con una clara apuesta por la economía, sencillez y el espacio para satisfacer al cliente clásico de la categoría; el nuevo Qashqai, que suma a esa practicidad la estética y mayor versatilidad de su carrocería crossover y el X-Trail, con un enfoque algo más campero —más comercial que real—, mayor capacidad de carga, modularidad y la posibilidad de contar con siete plazas. Una opción para cada tipo de cliente. Triunfará.