Nissan Micra 1.2 DIG-S

Olvídate del Diesel. Ahora la moda es hacer utilitarios con motores de gasolina que contaminen poco, consuman como mecheros y corran como galgos. El nuevo Micra y su motor 1.2 DIG-S de tres cilindros con compresor es una opción que intenta cumplir estas premisas. ¿Lo consigue?

Nissan  Micra 1.2 DIG-S
Nissan Micra 1.2 DIG-S

Las cosas han cambiado. Tras superar la fiebre TDi, en la que todo el mundo «se volvió loco» con los motores Diesel de inyección directa —quien les escribe, el primero—, la gasolina vuelve a tomar el protagonismo que nunca debió de haber perdido, al menos es lo que pensamos los que todavía sentimos pasión por estas mecánicas. La necesidad de hacer motores más limpios y con mucho más par, hizo que los fabricantes se centrasen en desarrollar y evolucionar el motor Diesel, hasta el punto de hacerlo todavía más eficiente —y también todavía más caro— que el de gasolina. Dotados de un precisa inyección directa y el poder de sobrealimentación, estos motores se hicieron mucho más poderosos, siendo necesario recurrir a la alta cilindrada en gasolina para igualar prestaciones, perdiendo sin honra la batalla del consumo; tecnológicamente el motor de gasolina estaba varios pasos por detrás.

Esto, traducido al mundo de los utilitarios, significaba que, o se gastaba más en un motor Diesel, o había que conformarse con un gasolina de pocos caballos y pocas alegrías. Pues bien, ahora con motores del estilo de este Micra estamos ante una prueba más del renacimiento del motor de gasolina. Ahora hay muchas opciones en el mercado de este tipo, pero hoy nos centramos en la propuesta de Nissan, que no es nada mala. ¿Recuerdan los motores de tres cilindros de gasolina de antes? sí, de esos que giraban a la misma velocidad que una máquina de coser y tenía el mismo par... se acabó. Nissan ha hecho un motor que tiene mucho de especial. Quizá al final del artículo el conjunto Micra 1.2 DIGS le haya convencido o no, eso es otro tema, pero desde el punto de vista técnico este motor nos ha gustado mucho.

La publicidad que Nissan está haciendo de este modelo quizá pueda llevar a la confusión —no al engaño—, ya que todavía hay quien asocia el compresor a un sistema para ganar prestaciones en los deportivos; es cierto, pero en el Micra busca hacer más eficiente y utilizable al pequeño 3 cilindros que lleva bajo el capó. Esto lo consigue sin lugar a dudas, pero no se confunda, que no es un deportivo. Utiliza el mismo tres cilindros que ya probamos en la primera prueba que hicimos del nuevo Micra, en el número 2.696 de AUTOPISTA. Cubica 1,2 litros, es de inyección directa y está hecho en aluminio. De él destaca que, en lugar de llevar árboles contrarrotantes para reducir vibraciones como la mayoría de los tres cilindros —que vibran más por el «desequilibrio» que supone tener número de cilindros impares—, emplea un volante del motor con un contrapeso.

En esta versión DIG-S, la S es de «Supercharged», cambian el cruce de los árboles de levas para hacerlo trabajar en ciclo Miller —retrasa el cierre de la admisión— aumentan la compresión y añaden un compresor volumétrico para que este ciclo sea práctico. El resultado es que, comparado con este mismo motor pero en su versión atmosférica, se aumentan las prestaciones y se reducen los consumos notablemente. Así, se hace 2 segundos más rápido en prácticamente todas las aceleraciones, con un consumo medio 7 décimas de litro más bajo. El motor es bueno y su sistema de parada/arranque (Stop/Start) hace que consuma poco, pero también hay gran parte de responsabilidad de este bajo consumo en los largos desarrollos que lleva su caja manual de cinco velocidades. Resultan una buena elección en carretera, aunque lo hacen más lento recuperando comparado con la competencia.

A pesar de todo, el motor, gracias al compresor y a su ciclo Miller, los mueve sin mayores problemas y sólo en ciudad obligan a subir el motor de vueltas unas 500 rpm más de lo normal para empezar a andar. Comparado con la versión atmosférica, gasta incluso 0,7 litros menos en el recorrido de ciudad a pesar de tener que acelerar más para salir desde parado, ya que esta última carece del Stop/Start; eficiencia conseguida. No se transmiten muchas vibraciones al interior, y eso es bueno y destacable en un motor de este tipo. Tampoco hay un nivel de ruido excesivo pero sí es algo molesto, ya que el soplido que se produce en el motor se escucha por la parte trasera del coche, como si viniese de un hueco del maletero y unos pasos de rueda mal insonorizados; tampoco es un defecto como para no comprar el coche, pero ahí está y habrá quien lo valore.

Todos estos datos llevados a la práctica dan como resultado un utilitario con un buen nivel de prestaciones, a la misma altura de lo que puedan ofrecer los rivales con motores de cuatro cilindros —más pesados y con mayores pérdidas por rozamiento—. Son datos suficientes como para incluso plantearse viajar con él; por motor, puede ser un coche único sin problemas. Añade, además, la ventaja del bajo consumo, de lo mejor que hay ahora mismo en el mercado. El comportamiento dinámico es aceptable. El coche va por su sitio y las ayudas a la conducción —control de tracción y estabilidad— funcionan con seguridad. No hay mal aplomo para tratarse de un coche de sólo 1.067 kilos y es confortable. Balancea un poco más de lo normal y en determinados baches grandes es algo seco, pero tratado como el utilitario que es, no va nada mal.

Comparado con la versión atmosférica, la diferencia de precio es de 1.200 euros si buscamos el acabado Tekna Premium —tope de gama, como el de nuestra unidad de pruebas— o de 2.200 euros si optamos por el más económico. Si usted busca lo más barato, probablemente le interese el motor básico de 80 caballos, que restando el descuento oficial actual —2.200 si es un Visia o 2.000 euros si es Acenta o Tekna— puede adquirirlo hasta por 8.700 euros. Pero si prefiere el acabado alto, ahí ya le recomendamos que haga el esfuerzo de los 1.200 euros de diferencia que cuesta, porque tendrá un coche más polivalente, sobre todo si va a salir de la ciudad, y tendrá un gasto de combustible más bajo.