Han pasado ya tres años desde que Nissan sorprendiera a propios y extraños con la puesta en escena del espectacular Juke R. Construido de forma artesanal por el preparador británico RML, pero bajo la supervisión de Nissan, el Juke R incorporaba la mayoría los elementos mecánicos del poderoso GT-R, para convertirse en el SUV más rápido y eficaz del planeta. No fue tarea fácil desarrollar un vehículo como este, pero la calidad del trabajo realizado y la enorme aceptación que el coche tuvo por parte del público, llevaron al fabricante nipón a ofrecerlo bajo pedido. Eso sí, el precio era tan impresionante como el coche, superando ampliamente el medio millón de euros. No es de extrañar, que en todo este tiempo tan sólo dos unidades de este singular crossover se hayan vendido, curiosamente ambas en países árabes.
Puesta al día
Ahora y aprovechando la puesta al día que el Juke recibía a primeros de año, Nissan ha desarrollado el Juke R 2.0, que se puede considerar como una evolución del modelo original. El planteamiento es básicamente el mismo, RML se sigue encargando de su construcción y como no podía ser de otra manera, la parte mecánica y ciclo continúan siendo la del GT-R, si bien en este caso se echa mano de la versión Nismo, todavía más potente y radical. No en vano, esta última cuenta entre otras cosas con un motor potenciado que desarrolla nada menos que 600 CV, es decir 50 CV más que el GTR y un par máximo de 66,53 mkg, lo que se consigue gracias a unos turbocompresores de mayor tamaño heredados de la versión GT3 de competición y a una gestión electrónica recalibrada. Las suspensiones también reciben amortiguadores, muelles y estabilizadoras específicos de tarado más enérgico, si bien mantienen el control electrónico de dureza variable con tres posiciones a elegir: Confort, Normal y R.
Exteriormente, el nuevo Juke R incorpora un paragolpes delantero con entradas de ventilación más grandes para el motor, lo mismo que el capó delantero y trasero, también de nuevo diseño y realizados en fibra de carbono. Algo parecido ocurre con el espectacular spoiler trasero. El Juke R 2.0 conserva el color negro mate de la carrocería y el impresionante calzado del GT-R, lo que obliga a incorporar prominentes aletines con lo que su aspecto no puede ser más llamativo e impactante. Interiormente, como su antecesor, también recibe el salpicadero y cuadro de instrumentos del GT-R, pero ahora incorpora asientos deportivos de nuevo diseño en lugar de baquets, más cómodos, y con más posibilidades de regulación. El Juke R 2.0 mantiene la jaula de seguridad y los cinturones de arnés de cuatro puntos como los coches de competición.
Aunque se trata de un coche artesanal, lo primero que sorprende es la calidad de realización, casi podría pasar por un modelo de producción. Cuando se conduce la sensación es como ir a los mandos del GT-R, si bien se nota la mayor altura sobre el suelo, también se deja sentir que la disposición de las piernas es algo más encogida y forzada, mientras que la visibilidad en las curvas a izquierdas queda bastante limitada por el montante del parabrisas y el arco de seguridad. El manejo de los mandos es idéntico al del GT-R y afortunadamente nos toca pilotar la unidad con volante a la izquierda, también se ha construido otra con volante a la derecha. El escenario escogido para la ocasión, es la parte interior del circuito británico de Silverstone.
Comportamiento
Nada más saltar a la pista, el Juke R 2.0 impresiona por su fabulosa capacidad de aceleración. El motor seis cilindros alimentado por doble turbo en su versión de 600 CV sube de vueltas con una rabia y un poderío impresionante cuando se pisa el acelerador a fondo. Es como si se pulsara un interruptor que te obliga a ir cambiando constantemente de marchas para ganar velocidad a ritmo de infarto. No hay cifras oficiales en lo que se refiere a prestaciones, pero estas son muy similares a las del GT-R Nismo, un deportivo capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en tan sólo 2,7 segundos y de conseguir una velocidad máxima de 315 km/h, si bien es verdad que el Juke R 2.0, con una aerodinámica mucho menos favorable no parece fácil que llegue a 300 km/h . De todas formas, no está nada mal, sobre todo si se tienen en cuenta que el peso total del conjunto supera los 1.800 kg, en torno a 60 kg más que el GT-R. Los frenos, idénticos a los del GT-R, son muy potentes y cuando se llega a una de las curvas más lentas del trazado su capacidad de retención resulta impresionante, el excelente agarre de los neumáticos Dunlop ST Sport Max montados sobre espectaculares llantas de 20” que incorpora, tienen también mucho que ver en ello, se han desarrollado especialmente para el GT-R y ofrecen un agarre extraordinario. Los puntos de frenada son básicamente los mismos que en el GT-R Nismo con el que hemos tenido ocasión de rodar minutos antes en este trazado, si bien es verdad que cuando se apura al máximo, el Juke se mueve algo más, es más nervioso dado que la batalla es algo menor.
El Juke R 2.0 también se acuesta más en las curvas que el GT-R Nismo, se nota la mayor altura sobre el suelo, pero se adentra en las curvas con una facilidad impresionante y gracias a la tracción total, se puede administrar muy bien el elevado potencial disponible. Eso sí, el tren trasero manda bastante en la conducción y si a la salida de los virajes más cerrados se descarga la abundante caballería, tiende a deslizar ligeramente. A diferencia de los superdeportivos de propulsión, lo hace con bastante progresividad, nobleza y con mayor control, pero una vez más de forma algo más viva que en el GTR Nismo, resultando incluso más divertido de pilotar en determinadas circunstancias.
Ni que decir tiene que el Juke R 2.0 es el SUV más rápido y deportivo jamás construido, una criatura que no deja indiferente a nadie y que es capaz de rivalizar en prestaciones y capacidad rutera con los deportivos más radicales del planeta. Como su antecesor, el Juke R 2.0 se puede comprar, pero en esta ocasión tampoco está al alcance de cualquiera, con un que ronda las 450.000 libras esterlinas (unos 640.000 euros al cambio) . ¡Quien pudiera!