Opel Zafira 2.2 DTI 125 CV Elegance

El más deseado de la gama Zafira Diesel ya está aquí. La incorporación del propulsor turbodiésel de 125 CV hace que el modelo alemán se arme hasta los dientes para lo que va a ser una dura batalla contra el Peugeot 307 SW, un monovolumen de similares características que cuenta con el atractivo que le confiere la juventud.

El más deseado
El más deseado

Conocida por casi todo el mundo amante del motor es la configuración del Zafira. Los ingenieros de Opel dieron en el blanco tres años atrás cuando sacaron a la venta este monovolumen de tamaño medio que podía dar cabida hasta a siete ocupantes o, en su defecto, a cinco y mucho equipaje.

Era raro que en una industria como la automovilística en la que casi todo está inventado y, si no lo está, se “copia" mejor o peor, casi ningún fabricante hubiera entrado en la disputa de los siete pasajeros en carrocería compacta. Decimos “casi" porque Honda ha hecho un tímido intento con el Stream, la variante familiar del Civic, pero la falta de motores Diesel ha hecho que las ventas no lo hayan acompañado.

En esta situación, hace unos meses llegaba un nuevo forastero a la ciudad. Su nombre, Peugeot 307 SW y sus credenciales: calidad, juventud, atractivo otorgado por techo solar panorámico, mecánicas Diesel, precio competitivo… Dos gallitos en el corral y un único espacio para los dos.

Sin embargo, Opel parecía tener todo calculado y ha lanzado su versión Diesel más potente, la de 125 CV (¡casi 138 CV en nuestro banco de rodillos!), que convierte al Zafira en el monovolumen medio de mayor poderío entre aquellos que usan gasóleo como combustible. Aquí no tiene competencia. Este cuatricilíndrico, que ya equipan otros modelos de Opel, posee inyección directa (a 1.600 bares) y viene equipado con turbo de geometría variable. Con vistas a su uso diario muestra una notable capacidad para subir de vueltas a partir de las 1.500, antes peca de algo de pereza, pero, teniendo en cuenta que al comprador tipo del Zafira no se le presupone una conducción deportiva pura ni que salga de los semáforos haciendo chirriar ruedas, esto queda como un pecado menor. Sin embargo, en las rampas, cargado, iniciar la marcha supone hacer trabajar al embrague de lo lindo.

Habiendo pasado el cuentarrevoluciones la citada frontera, el motor ofrece un nivel de funcionamiento encomiable con un par no inferior a 27 mkg entre 2.000 y 4.000 rpm y un nivel máximo de 34,7 mkg a 2.500 vueltas. Acelera sin aparente esfuerzo, recupera con soltura e incluso se atreve a desafiar en prestaciones a su hermano de gasolina de 147 CV, al que aventaja en algunas mediciones tomadas por nuestro Centro Técnico. Así, el Diesel acelera de 0 a 100 km/h en un segundo menos (10,6 frente a 11,7), recorre el kilómetro desde parado en casi medio segundo menos (32,38 frente a 32,79), pero donde más sale favorecido el motor de gasóleo es en el apartado de las recuperaciones: de 80 a 120 km/h en 4ª en dos segundos menos y en 5ª en seis segundo menos. Todo lo anterior va acompañado por un ruido interior bastante liviano del motor a la hora de circular (al ralentí, el sonido se hace más patente) y unos desarrollos cortos que son uno de los mejores regalos que han hecho los técnicos de Opel a este propulsor ya que las prestaciones se ven claramente beneficiadas sin que el consumo quede demasiado afectado.