Volkswagen Polo 1.4 16V 101 CV 3p

El Polo asociado a su propulsor de 1,4 litros y 101 CV, el más potente de los gasolina de la gama, ofrece muchas virtudes: imagen, equipamiento, capacidad rutera… Sin embargo, el que debería ser su principal activo, el motor, es lo que menos nos ha entusiasmado.

Volkswagen Polo 1.4 16V 101 CV 3p
Volkswagen Polo 1.4 16V 101 CV 3p

Cuando la carretera comienza a retorcerse, el Polo responde perfectamente. En curvas abiertas, muestra un aplomo sobresaliente sin salirse un ápice del rumbo que le vamos marcando con el volante; en las más cerradas, el dinamismo se ve afectado. Si no estamos rápidos con el cambio, se acabó la diversión. Con todo, es un coche muy franco y cuyas reacciones son muy progresivas. Avisa cuando se va llegando al límite, y eso el conductor menos avezado lo agradece. Como ayudas extras ante posibles excesos de confianza, el Polo cuenta con unos frenos con ABS, de serie en esta versión, que destacan por tacto, mordiente y resistencia, y con unas distancias de frenado que nuestro Centro Técnico ha evaluado dentro de la media de los vehículos de sus mismas características (58,1 metros hasta quedar parado frenando desde 140 km/h). Aparte, y como opción por 570 euros (94.890 ptas), se puede montar el control de estabilidad ESP, que aporta un plus de seguridad pasiva. Y es que, como su hermano mayor el Golf, es un coche fácil de conducir gracias a una dirección precisa y un cambio de marchas, típico de los modelos del grupo Volkswagen, que destaca tanto por su agrado de utilización como por su precisión, aunque, como hemos indicado antes, no por la elección de sus desarrollos.

En definitiva, el motor es decepcionante. Aquel que se compre el modelo esperanzado ante los 101 CV, algo muy normal en nuestros días, no terminará de creerse lo que tiene debajo del capó, sobre todo si ha montado en modelos Diesel de potencia similar. Este 1.4 ni tiene la capacidad de subir de vueltas ni los reducidos consumos de, por ejemplo, los Polo TDI (a similar potencia, 2 litros menos de combustible a favor de la mecánica de gasóleo). En lo positivo podemos señalar la suavidad y la ausencia de ruido del propulsor.

Nada decepcionante, sino todo lo contrario, es la sensación de calidad de los materiales y del acabado del utilitario germano, a pesar de que en el tema del diseño sigan siendo cien por cien alemanes y antepongan la sobriedad a cualquier desvarío estilístico. Algunas soluciones útiles como la guantera descubierta que recorre la parte baja del salpicadero sacrifican la tradicional guantera del lado del copiloto, que queda reducida.