Volvo S40 1.9D

Sin notables cambios exteriores, el S40 vive su segunda juventud, a la que da nuevos bríos un generoso motor, como antes, de origen Renault, pero esta vez con la moderna tecnología "common rail" y turbo variable.

Volvo S40 1.9D+
Volvo S40 1.9D+

En marcha, lo primero que nos llama la atención es la reducción de ruido respecto a la versión anterior. En el peor de los casos, la rumorosidad que llega al habitáculo ha sido rebajada en dos decibelios, que llegan a ser más de cinco -un mundo- a velocidades elevadas. También aparece un claro avance en la calidad del ruido y en la suavidad de giro del motor, otras de las ventajas propias atribuibles a la utilización del sistema de alimentación "common rail". Sólo por estos tres motivos, el agrado de conducción y comodidad de marcha de esta versión es muy superior a cualquiera de las precedentes. En cuanto a prestaciones, es evidente que está también por encima de lo conocido en la gama. Desde 1.600 rpm, este motor ofrece una respuesta muy brillante, ganando vueltas con mucha autoridad en las marchas superiores. El S40 1.9D no tiene el extraordinario temperamento del VW Passat TDI 115CV -bomba inyector-, pero supera claramente al Peugeot 406 2.0 HDI 110 CV -common rail- en cualquier medición de recuperación y aceleración. Por debajo de las 1.600 revoluciones, esperábamos una respuesta más llena con la utilización del turbocompresor de geometría variable, que teóricamente debe aprovechar en mayor medida el flujo de escape a bajo régimen para potenciar la respuesta en el inicio de gama. En cualquier caso, el poder de recuperación y la capacidad de trabajar en la gama baja o media de revoluciones proporciona un elevado agrado de utilización, tanto en ciudad como en carretera. Otro de los elementos que ha colaborado para refinar el conjunto mecánico es la nueva caja de cambios, heredada de los modelos V70 y S80, que se muestra claramente más precisa y suave que la anterior. Desde el punto de vista dinámico, nos encontramos una versión más rápida y agradable de conducir, que presenta modificaciones también a nivel de chasis para favorecer la estabilidad y, a la vez, el confort. Básicamente se ha trabajado en el tren delantero, con amortiguadores más blandos, mientras que los muelles se han endurecido y se han rediseñado los brazos de la suspensión. Con estos cambios ha aumentado también la distancia entre ejes en torno a un centímetro. El comportamiento en trazados abiertos de autopista está marcado por un elevado confort. Es de reacciones suaves al afrontar baches o badenes, pero en los curvones tomados a alta velocidad, los apoyos son lo bastantes firmes para transmitirnos seguridad y conseguir unas trayectorias muy neutras. En los trazados más virados, si nos empeñamos en mantener un ritmo elevado, la actitud del S40 es claramente subviradora, aunque mantiene una enorme tranquilidad, con reacciones muy predecibles. Por otro lado, en este terreno, el considerable aumento de par puede llevar a eventuales pérdidas de motricidad y, aunque el enfoque de esta berlina media familiar pudiera sugerir que no necesite un control de tracción, con valores de par cercanos a los 30 mkg en un tracción delantera, se hace recomendable, principalmente en suelo mojado, poder disponer de este sistema. Sus distancias de frenado son menos brillantes que en otras ocasiones, en parte por un equipo de neumáticos nada hipertrofiado. Pero el equipo de frenado tiene mordiente y conserva su eficacia en trato exigente.