Volkswagen Polo 1.4 16V 101 CV 3p

El Polo asociado a su propulsor de 1,4 litros y 101 CV, el más potente de los gasolina de la gama, ofrece muchas virtudes: imagen, equipamiento, capacidad rutera… Sin embargo, el que debería ser su principal activo, el motor, es lo que menos nos ha entusiasmado.

Volkswagen Polo 1.4 16V 101 CV 3p
Volkswagen Polo 1.4 16V 101 CV 3p

Hace apenas un par de meses Volkswagen presentaba la versión más potente de gasolina en la gama Polo. Este propulsor, un tetracilíndrico de 101 CV, utiliza la misma tecnología que su hermano menor el 1.4 de 75 CV y obtiene ese aporte de potencia (25 CV más) gracias al desarrollo en los conductos de admisión y escape y a una nueva gestión electrónica.

Sin embargo, y quizás porque estamos mal acostumbrados por los TDI del mismo grupo VW, el motor nos ha decepcionado algo a bajas vueltas, en la franja teórica en la que lo ha de utilizar el auténtico urbanita. Hay que saber jugar con el embrague y no abusar del aire acondicionado para evitarnos la sonrojante experiencia de que se nos cale el coche en pleno atasco, sobre todo si estamos en una pequeña cuesta. Una vez inmersos en el denso tráfico de una gran ciudad, el coche se muestra algo perezoso hasta que el cuentarrevoluciones marca una cifra cercana a las 4.000 rpm. A partir de aquí, el coche gana en dinamismo y esto, unido a su reducido tamaño (a pesar de que es de los más grandes de su categoría por detrás del Fiesta) y a su precisa dirección, nos permite movernos con agilidad en busca de nuestro ansiado destino.

Una vez en carretera abierta, el coche gana enteros, ya que concede una conducción más suave y pretenciosa. Con lo anterior queremos decir que nos da la impresión de que los ingenieros de Volkswagen han optado por configurar este Polo como la versión más viajera. Con él se pueden realizar viajes largos con gran solvencia gracias a un motor puntiagudo que permite mantener cruceros a altas velocidades, unas suspensiones firmes pero que no sacrifican el confort de marcha, un bastidor que aguanta con gran fiabilidad la potencia del modelo y una comodidad interior, tanto por aspecto como por tacto y sensaciones, destacada. Pero no os hagáis ilusiones. Si señalamos que se desenvuelve bien en los desplazamientos de grandes distancias, no queremos decir que éstos sean totalmente de su agrado. Entre los peros hay que señalar que, cuando la carretera se empina, el Polo, en gran medida a causa de su escaso cubicaje y a la elección de sus desarrollos, algo largos, lo pasa mal y el conductor ha de echar mano, y nunca mejor dicho, de la palanca de cambios y reducir a la marcha inferior. Tres cuartos de lo mismo ocurre a la hora de realizar adelantamientos fulgurantes, y es que el Polo 1.4 de 101 CV ofrece las peores cifras de recuperaciones frente a rivales de su segmento como son el Citroën C3 1.6 16V de 109 CV, el Ford Fiesta 1.6 de 100 y el Renault Clio 1.4 16V de 98 CV. Como disculpa, es de ley indicar que todos los modelos anteriormente citados superaron en nuestro banco de pruebas las cifras oficiales de potencia con creces (112 CV el C3, 102 el Fiesta y 103 el Clio) mientras que la unidad probada del Polo se quedaba en 97 CV frente a los 101 oficiales. Otra explicación hay que buscarla en el hecho de que el utilitario germano es el más pesado del cuarteto al llegar en nuestra báscula a los 1.075 kg, cuando el que más se le acerca de sus rivales , el C3, se queda en los 1.058.