Sólo el anagrama del león y el motor HDI son comunes entre el nuevo Peugeot 307 y su antecesor el 306. El resto se ha cambiado completamente para mejorarlo, algo no demasiado sencillo, ya que el Peugeot 306 era un coche bastante homogéneo y satisfactorio. Siguiendo la línea iniciada por el Peugeot 206, los contornos de la carrocería del Peugeot 307 presentan una estructura estética de monovolumen en la que el capó delantero y el parabrisas forman una línea casi sin inflexiones y con un acusado ángulo. Esto le imprime una fuerte personalidad al modelo. La altura total —1,51 metros; el 306 medía 1,37— representa otro rasgo específico y diferenciador del 307. Esta configuración y la escasa longitud del capó delantero llevan a situar la primera línea de asientos un poco más atrás de lo que sería normal y ha obligado a colocar el espejo en la ventanilla delantera en lugar de hacerlo en la parte baja del montante delantero. Para reducir el tamaño de la ventanilla se recurre a un triángulo de cristal que favorece la visibilidad por delante del retrovisor, pero que resulta un excelente medio de acceso para los ladrones: a escasos centímetros, por dentro, va situado el tirador para abrir la puerta.La colocación de la primera fila de asientos en una posición más atrasada de lo normal ha obligado a Peugeot a montar un salpicadero de grandes dimensiones que, por cierto, está muy muy bien resuelto. Sobre él se sitúa la pantalla multifunción de la radio y el ordenador de a bordo; el diseñador ha previsto también un hueco en el que se pueden guardar pequeños objetos. Lo que no está tan conseguido es la elección de las texturas. La parte más cercana al conductor, con una superficie rugosa y mate, es de un gris más claro que la más cercana al parabrisas, acabada en negro brillante, lo que produce unos incómodos reflejos sobre el parabrisas cuando el sol incide sobre ella. La habitabilidad es buena, aunque también es cierto que está muy conseguida la sensación de espacio respecto al que realmente hay. La cota de altura es muy buena, así como la longitudinal. Sin embargo, los 137 centímetros de anchura en las plazas traseras no permiten viajar con la holgura que prometen sus dimensiones exteriores. En todo caso, este es un mal endémico de casi todos los modelos, por lo que tampoco resulta algo muy reprochable. Múltiples huecos permiten alojar muchos objetos de los más variados tamaños en distintos lugares.La comodiad es muy buena para su categoría. Los asientos, con múltiples regulaciones y bien resueltos anatómicamente, se encargan junto con las suspensiones de optimizar este apartado. Tan sólo hay que reprochar algunos detalles de acabado, tal vez achacables a estas primeras series. Por ejemplo: la regulación del respaldo en la que en alguna posición sólo se fija uno de los lados, inclinándose algo el asiento al apoyarnos; o un mando de luces con un tacto sospechoso.
Peugeot 307 HDI/90 XT 5p
Más grande, más equipado y con casi todas las medidas de seguridad activa y pasiva incorporadas, el nuevo Peugeot 307 supera al anterior 306 en casi todos los apartados. Pero sus 130 kilos de sobrepeso hacen que sus prestaciones no sean muy brillantes.