Hyundai Sonata 2.7 V6

Más grande, más elegante, más potente, más cualificado, el nuevo Sonata intenta ubicarse en un segmento muy exigente y donde el precio no lo es todo.

Hyundai Sonata 2.7 V6
Hyundai Sonata 2.7 V6

Donde sí alcanza a priori el mismo nivel que los mejores de sus rivales es en la calidad de rodadura. Suave de suspensiones y bien aislado, procura la comodidad de marcha que se espera en una buena berlina de esta categoría. Además su estabilidad no sale perjudicada por esta suavidad. Quizás balancee de carrocería de más, pero su pisada es muy fidedigna en toda la trayectoria en curva y los movimientos verticales están contenidos. Esto no quita para que sea exigible un control de estabilidad, simplemente por una cuestión de la propia categoría del coche.

Los frenos —a pesar de haber mejorado con la monta de discos delanteros de mayor diámetro, y también su deceleración respecto a la generación saliente— deberían ofrecer todavía un mejor rendimiento, principalmente por una distancia de frenado desde 140 km/h que nos lleva casi hasta los 80 metros, cuando la gran parte de sus rivales están más cerca de los 70.

Además de la carencia del control de estabilidad antes mencionado, hay otras lagunas técnicas o de equipamiento que delatan que el Sonata no avanza al mismo ritmo que los modelos europeos. Entre política comercial del importador y la del fabricante, se echa en falta que no pueda disponer, al menos opcionalmente, de airbag para la cabeza, sensores de aparcamiento, faros de xenón o asientos eléctricos, por ejemplo. Otro aspecto que deteriora la categoría del Sonata es que siga montando una radio convencional no integrada en el salpicadero, que exige extraer todo el frontal para evitar robos. La vetusta antena eléctrica telescópica o que mantenga interruptores sin iluminación nocturna tampoco son de nuestros días. Incluso el pobre aspecto de las inserciones de imitación a madera del salpicadero, denotan una falta de cuidado.

Ha mejorado, pero también es discutible, que el volante sólo permite reglaje en altura pivotando, lo que modifica mucho su ángulo. Al margen de esto, todos los ocupantes encontrarán en el Sonata un habitáculo de generosas dimensiones en todas las direcciones con amplios y muy cómodos asientos. La calidad percibida se encuentra a un nivel correcto dentro de su segmento. Si bien no está a la altura de los materiales y acabados de un Volkswagen Passat o de un Volvo S60, no le tiene nada que envidiar a un Citroën C5 o a un Nissan Primera. De hecho, nos ha parecido un vehículo con mejores sensaciones generales que el Chrysler Sebring, otro modelo con unos estándares al uso alejados de los europeos.

Donde se muestra irresistible el Hyundai Sonata es en el precio. Con su motor de 6 cilindros y nivel de potencia y equipamiento no hay nada en el mercado que se le asemeje. Ford ofrece el Mondeo 2.5 V6 170 CV Ghia a un precio de partida de 23.230 euros, por los 24.600 del Sonata, pero exige un desembolso muy superior a la hora de igualar el equipo al del Hyundai (climatizador, tapizado de piel, cambio automático, etc).

En cualquier caso, el Sonata tiene una personalidad general muy diferente a los modelos europeos, empezando por su diseño y siguiendo por su planteamiento dinámico. De todas formas, en conjunto es un modelo con una relación calidad/precio muy honorable para la categoría en la que se debe posicionar.