Citroën Saxo 1.4i SX 5p / Ford Fiesta 1.25 16V Ghia 5p

Dos superventas que renuevan su aspecto para seguir captando la atención del público. Ambos ofrecen comodidad, buen consumo y espacio a bajo precio. Dos modelos con motor de gasolina muy recomendables por su relación precio/calidad.

Citroën Saxo 1.4i SX 5p / Ford Fiesta 1.25 16V Ghia 5p
Citroën Saxo 1.4i SX 5p / Ford Fiesta 1.25 16V Ghia 5p

A pesar de tratarse de dos modelos de potencia intermedia (no son los más potentes y deportivos de sus respectivas gamas), en carretera tienen un comportamiento realmente sorprendente. El Fiesta tiene un tarado más duro de muelles y amortiguadores, por lo que la entrada en curva es más noble. Es en las carreteras viradas donde más divertido resulta de conducir y donde mejor muestra sus virtudes, aunque en este tipo de carreteras se acaba por ir con el motor muy alto de vueltas. En el caso del Saxo, más blando, tiende a cabecear ligeramente, debido a una amortiguación más suave. El modelo francés ha ganado mucho con respecto a su antecesor, ya que la introducción de la barra estabilizadora en el puente trasero mejora notablemente su comportamiento en curva. En autopista, el que resulta más cómodo de los dos es el Saxo, no sólo por ir más blando de suspensión, sino por una sonoridad inferior en el habitáculo. El Fiesta acusa tener una caja de cambios más corta que lleva el motor más alto de vueltas. Un responsable de la diferencia de comportamiento entre estos dos rivales es el generoso neumático que monta el Fiesta, en medida 185/55, que mejora el agarre en curva y el asentamiento del coche a velocidades altas. Las llantas que monta de serie el Ghia son de 14 pulgadas en aleación. La gran virtud de estos dos motores es el consumo, destacando el modelo francés. Tienen una buena relación precio/calidad y resultan sencillos de mantener, sobre todo en lo que a los repostajes se refiere. La media de consumo obtenida con el Saxo es de 6,3 litros frente a los 7 del Fiesta. Este consumo medio, con una capacidad del depósito de combustible de 45 litros en el Saxo y 40 litros en su oponente, permite una autonomía de 700 y de casi 600 km en uno y otro, respectivamente. Los dos son sensibles a la carga y, si aprovechamos todo el espacio interior que nos ofrecen, sufren una merma notable en las cualidades dinámicas, ya que sus motores son muy sensibles al peso, especialmente en el Fiesta que pesa 75 kilos más que el Saxo. Las dimensiones interiores de ambos vehículos no han variado con respecto a las anteriores generaciones. Ninguno resulta generoso en su espacio interior, aunque el Fiesta ofrece algo más de anchura en las plazas traseras. Ni el Fiesta ni el Saxo destacan por el espacio para las piernas. El maletero del Fiesta tiene una capacidad superior en 30 litros, lo que es una ventaja a la hora de inclinar la balanza a su favor. Por lo demás, las diferencias en habitabilidad son tan pequeñas que pasan inadvertidas. Los asientos de los dos han mejorado en comodidad, sobre todo los del Fiesta, que ahora son muy parecidos a los del Focus, confortables a la vez que firmes. El del conductor posee, además, regulación en altura, aunque personas de gran talla no se encontrarán cómodas, porque habrá parte del cuadro de la instrumentación escondido por el volante.En el Saxo, no hay regulación en altura del asiento del conductor. La calidad visual de los componentes empleados en el interior es mayor en el Fiesta, materiales de tonalidades claras y elegantes con encastrados en madera sólo para la terminación Ghia, que, además, dan mayor luminosidad y sensación de amplitud. Ambos tienen una dotación de serie que incluye el cierre centralizado con telemando, elevalunas eléctricos delanteros, dirección asistida y airbag frontal para el conductor. En el caso del Fiesta, se añaden los faros antiniebla delanteros y las llantas de aleación de 14 pulgadas. Por lo demás, ambos necesitan ABS, aire acondicionado, bolsa de aire frontal para pasajero de 30.000 pesetas en el Citroën, mientras que en el Fiesta es un pack de 50.000 pesetas que incluye los airbags laterales. En definitiva, se trata de dos buenas opciones de compra en las que pesan los descuentos y el equipamiento, con una relación calidad/precio muy buena y unas prestaciones sencillamente buenas para el consumo tan brillante que tienen.

A pesar de tratarse de dos modelos de potencia intermedia (no son los más potentes y deportivos de sus respectivas gamas), en carretera tienen un comportamiento realmente sorprendente. El Fiesta tiene un tarado más duro de muelles y amortiguadores, por lo que la entrada en curva es más noble. Es en las carreteras viradas donde más divertido resulta de conducir y donde mejor muestra sus virtudes, aunque en este tipo de carreteras se acaba por ir con el motor muy alto de vueltas. En el caso del Saxo, más blando, tiende a cabecear ligeramente, debido a una amortiguación más suave. El modelo francés ha ganado mucho con respecto a su antecesor, ya que la introducción de la barra estabilizadora en el puente trasero mejora notablemente su comportamiento en curva. En autopista, el que resulta más cómodo de los dos es el Saxo, no sólo por ir más blando de suspensión, sino por una sonoridad inferior en el habitáculo. El Fiesta acusa tener una caja de cambios más corta que lleva el motor más alto de vueltas. Un responsable de la diferencia de comportamiento entre estos dos rivales es el generoso neumático que monta el Fiesta, en medida 185/55, que mejora el agarre en curva y el asentamiento del coche a velocidades altas. Las llantas que monta de serie el Ghia son de 14 pulgadas en aleación. La gran virtud de estos dos motores es el consumo, destacando el modelo francés. Tienen una buena relación precio/calidad y resultan sencillos de mantener, sobre todo en lo que a los repostajes se refiere. La media de consumo obtenida con el Saxo es de 6,3 litros frente a los 7 del Fiesta. Este consumo medio, con una capacidad del depósito de combustible de 45 litros en el Saxo y 40 litros en su oponente, permite una autonomía de 700 y de casi 600 km en uno y otro, respectivamente. Los dos son sensibles a la carga y, si aprovechamos todo el espacio interior que nos ofrecen, sufren una merma notable en las cualidades dinámicas, ya que sus motores son muy sensibles al peso, especialmente en el Fiesta que pesa 75 kilos más que el Saxo. Las dimensiones interiores de ambos vehículos no han variado con respecto a las anteriores generaciones. Ninguno resulta generoso en su espacio interior, aunque el Fiesta ofrece algo más de anchura en las plazas traseras. Ni el Fiesta ni el Saxo destacan por el espacio para las piernas. El maletero del Fiesta tiene una capacidad superior en 30 litros, lo que es una ventaja a la hora de inclinar la balanza a su favor. Por lo demás, las diferencias en habitabilidad son tan pequeñas que pasan inadvertidas. Los asientos de los dos han mejorado en comodidad, sobre todo los del Fiesta, que ahora son muy parecidos a los del Focus, confortables a la vez que firmes. El del conductor posee, además, regulación en altura, aunque personas de gran talla no se encontrarán cómodas, porque habrá parte del cuadro de la instrumentación escondido por el volante.En el Saxo, no hay regulación en altura del asiento del conductor. La calidad visual de los componentes empleados en el interior es mayor en el Fiesta, materiales de tonalidades claras y elegantes con encastrados en madera sólo para la terminación Ghia, que, además, dan mayor luminosidad y sensación de amplitud. Ambos tienen una dotación de serie que incluye el cierre centralizado con telemando, elevalunas eléctricos delanteros, dirección asistida y airbag frontal para el conductor. En el caso del Fiesta, se añaden los faros antiniebla delanteros y las llantas de aleación de 14 pulgadas. Por lo demás, ambos necesitan ABS, aire acondicionado, bolsa de aire frontal para pasajero de 30.000 pesetas en el Citroën, mientras que en el Fiesta es un pack de 50.000 pesetas que incluye los airbags laterales. En definitiva, se trata de dos buenas opciones de compra en las que pesan los descuentos y el equipamiento, con una relación calidad/precio muy buena y unas prestaciones sencillamente buenas para el consumo tan brillante que tienen.