MG ZT CDTI

Llantas de 18 pulgadas, unos musculosos pasos de rueda, una calandra agresiva... El diseño del ZT destila deportividad y dinamismo y lo mismo ocurre cuando nos asomamos a su interior, donde los detalles “rácing" están por todas partes. Lástima que el motor Diesel que acaba de recibir, dotado de 131 CV, no acompañe del todo esta imagen de “tipo duro".

MG ZT CDTI
MG ZT CDTI

Cuando Rover decidió relanzar MG y dedicar ésta a las versiones “deportivas", no podía imaginar que incluso los menos interesados por los coches iban a volver la cabeza al verlos pasar. Y es que su imagen impresiona, especialmente si hablamos del modelo más alto de la gama, el ZT.El trabajo realizado en el exterior es un ejercicio de “tuning de marca". Así, no faltan unos marcados pasos de rueda, unas impresionantes llantas de 18 pulgadas, una parrilla de enrejillado metálico y varios detalles cromados -entre ellos, la chapa que, unida al paragolpes trasero, enmarca la doble salida del escape-. A pesar de que, por sus medidas (4,75 metros de largo, 1,97 de ancho y 1,14 de alto), se encuadra en el segmento de las berlinas más señoriales, lo cierto es que estos elementos no desentonan en un vehículo de apariencia dinámica y agresiva.Ésta es la percepción de la mayoría de los que lo ven. Comentarios en los pasos de cebra, miradas furtivas de los conductores que están a nuestro lado en el semáforo... es imposible pasar inadvertido con el ZT, aunque pocos reconocen el modelo. Eso sí, los comentarios son unánimes: “Eso debe de correr..." La verdad es que, siguiendo también las máximas del “tuning", las apariencias engañan. Aunque la mecánica Diesel que anima este coche está firmada por BMW, el motor 2.0 CDTI, con 131 CV, debería ser algo más poderoso para mover con soltura los 1.670 kilos que pesa el ZT. Aun así, no se comporta mal; tras realizar las habituales pruebas en nuestro Centro Técnico, resulta que contamos con 10 CV más de los que indica la marca, lo que explica la facilidad con la que mantiene altas velocidades de crucero en las autopistas. Sin embargo, las marchas son demasiado largas y le cuesta ofrecer la fuerza que suelen mostrar los propulsores de gasóleo en la zona baja del cuentarrevoluciones, lo que acaba por domesticar en exceso su fiera apariencia.

Sin embargo, este comportamiento noble es lo que agradecerán todos aquellos que busquen un vehículo bien acabado, amplio, con capacidad para llevar el equipaje de toda la familia (no en vano cuenta con un maletero de 420 litros) y con un gasto de combustible contenido. En autovías, a velocidades moderadas, el consumo apenas llega a los 5,5 litros cada 100 kilómetros.