Toyota Avensis 1.8 Sedán Sol

Es difícil escribir sobre un coche en lo que casi todo está bien. Es difícil hablar maravillas de un automóvil sin que vean, quizás, intereses ocultos. Es difícil, por tanto, hablar de un coche como el Avensis, un producto bien realizado, moderno y con un precio muy competitivo. Ya sería perfecto si montara un motor más animoso y el tacto de la dirección no fuera tan “especial". Pero, ya se sabe, ser perfecto es tan difícil…

Toyota Avensis 1.8 Sedán Sol
Toyota Avensis 1.8 Sedán Sol

Salimos, el Avensis y yo, del continuo atasco en el que se han convertido las grandes ciudades y empiezo a conocer el talante de la berlina japonesa. Sus maneras son tranquilas y pausadas. El motor que mueve este conjunto es un 1,8 litros de 129 CV que utiliza la ya conocida tecnología VVT-i (sistema inteligente de distribución variable)La tecnología VVT-i usa una sofisticada centralita para administrar la entrada de aire a las válvulas de acuerdo con el régimen de giro del motor. Ajusta el tiempo entre el cierre de la válvula de escape y la apertura de la válvula de admisión; las características del motor se pueden modificar para proveer al motor del par necesario a cualquier régimen. Con esto, Toyota asegura que se mejora la aceleración y los consumos. Y como la tecnología VVT-i ofrece constantemente la apertura variable, el motor trabaja de forma adecuada a todos los regímenes y en todas las situaciones. Además, al producirse la combustión a una mayor temperatura, se generan menos emisiones, con lo que es capaz de cumplir la normativa Euro-IV, que entra en vigor a partir de 2005. Esto que, en teoría, suena muy bien y promete potencia suficiente siempre, no es del todo así. A bajo régimen, el propulsor ofrece par suficiente, pero es el medio régimen, entre las 2.500 y las 3.000 vueltas donde “pincha" y no genera la potencia esperada. Por eso, hay que apurar el acelerador hasta subirlo bien de vueltas para lograr lo mejor del mismo. Aun con eso, ofrece unas prestaciones acordes con lo que se puede esperar de una versión básica: correctas (los cruceros de 160-170 km/h no son difíciles de lograr), pero no extraordinarias. El apartado donde peores resultados depara es el de las recuperaciones. No son cifras alarmantes; simplemente, a causa del peso del conjunto (unos 1.300 kilogramos) y a la pereza del motor en el medio régimen, no están entre las mejores de la categoría. El consumo, por su parte, está dentro de lo que se considera normal entre sus rivales: unos 8,2 litros a los 100 en el ciclo mixto. “El motor no es de una gran brillantez, pero hay que reconocer que cumple con garantías y mueve con soltura al Avensis.", reflexiono, “veamos qué tal se comporta". De la anterior generación, que yo no he tenido la oportunidad de conducir, decían que poseía un tren posterior “revoltosillo" (sobre todo al levantar el pie del acelerador en curvas) que hacía las delicias de los más avezados conductores, pero que le hacía algo complicado de conducir para el usuario medio.En la nueva generación, ni rastro de esta peculiaridad. Este Avensis ha sido aburguesado por los técnicos de Toyota y le han dotado de un comportamiento de gran nobleza y carente de reacciones inesperadas. Todo es nuevo. La plataforma, la anchura de vías, la distancia entre ejes y la concepción de las suspensiones. Las traseras merecen un poco más de nuestra atención. Esta, de doble horquilla, es una evolución de la que monta el Celica, aunque más suave y adecuada para una berlina de las condiciones del Avensis. Se incluye, además, una articulación adicional para la mejora de la convergencia de las ruedas, con lo que se gana en estabilidad en maniobras bruscas y zonas viradas. Al mismo tiempo, la trasera del coche no bascula ni al acelerar ni al frenar, transmitiendo una sensación de seguridad al puesto de conducción.La calidad de rodadura es significativa, con un gran aplomo sobre grandes vías y sin torpeza en curvas. Esto se lo tenemos que agradecer a unas suspensiones tirando a blandas pero efectivas y a la ya citada insonorización del habitáculo.Lástima que este pastel no se complete con la guinda de una dirección de mejor tacto. Es el elemento de este coche que, personalmente, peor impresión me ha ofrecido. Como decía antes, es demasiado asistida e imprecisa a baja velocidad y se muestra muy sensible cuando rodamos a alta velocidad, por lo que tenemos que estar realizando continuas correcciones. “De acuerdo, la dirección no tiene ni la precisión ni es lo comunicativa que cabría desear", concluyo, “pero al final terminas acostumbrándote." ¿Cuál es el truco entonces de este coche? Pues no lo tiene (o yo no he sabido encontrarlo). Para mí es una opción de compra muy buena, tanto por precio como por equipamiento e imagen. Si no buscas prestaciones de primera, la conducción deportiva no es tu estilo y necesitas espacio para llevar a la familia, éste puede ser tu coche.“Bueno, bueno, no nos demos por vencidos", pienso, “vamos a ver qué da de sí este motor". Giro la llave de contacto y me pongo en marcha acompañado de un leve rumor lejano (el motor) que me recuerda que no viajo sobre una alfombra mágica, aunque casi. El trabajo de los ingenieros de Toyota por aislar el habitáculo ha sido muy bueno. Utilizando el concepto “Ultra Light" han logrado reducir el ruido del exterior y ahorrar 30 kg de peso en el habitáculo, al usar materiales más ligeros. Circular por ciudad, así, es un placer. La operación de embragar, meter primera y segunda se hace sin dificultades y con total suavidad. La “super-asistida" dirección favorece las operaciones de aparcamiento, ya que la fuerza que hay que imprimir es mínima. No obstante, no estoy tan contento con la desmultiplicación de la misma en este ejercicio, ya que hay que girar mucho el volante para mover apenas unos centímetros las ruedas (la distancia entre bordillos es de 10,8 m)