Opel Zafira OPC

En estos tiempos de mestizaje que vive el mundo del automóvil, Opel propone un vehículo que traspasa las barreras de lo convencional. El Zafira OPC es una de las mejores mezclas que se han hecho hasta ahora de coche familiar, monovolumen y deportivo. Un cruce casi perfecto que, ahora, recibe un nuevo motor algo más potente: llega a los 200 CV nominales.

Opel Zafira OPC
Opel Zafira OPC

La familia en las carrerasHasta aquí, cualquiera podría pensar que estamos hablando de un deportivo de cierta entidad. Y tendría razón, pero, además, estamos dentro de un coche familiar. Y, además, no de uno cualquiera, sino de uno de los siete plazas mejor resueltos del mercado.
La configuración interior del Zafira es tan libre que casi se pasa a lo libertario. La banqueta de la segunda fila admite una serie de combinaciones tan larga que hay que recurrir a la calculadora para conocerlas todas. Además, con un esfuerzo relativo (más del que nos gustaría), se sacan del piso del coche dos plazas para una tercera fila que, invadiendo el maletero, permite viajar a dos personas con cierta comodidad. Desde luego, mucho mejor que en otros vehículos de siete plazas. Lo que no es tan bueno es el acceso a esa tercera fila, que exige cierta capacidad para la contorsión. Por lo demás, el habitáculo cumple. La estética, pese al barniz deportivo (aluminio, relojes de fondo blanco...), es un tanto conservadora, más bien sobria. Los asientos, de corte anatómico, son cómodos y eficaces cuando queremos divertirnos al volante. La posición del conductor es muy natural y sólo la mala situación del display del ordenador es criticable: queda tapado por la parte derecha del volante, con lo que es necesario ladear mucho la cabeza para consultar los datos que ofrece.Se remata con un maletero que, libre de la tercera fila de asientos, es simplemente enorme, con un plano de carga comodísimo, formas muy regulares y un portón de acceso que más parece la compuerta de un ferry.

Este Zafira OPC cuenta en su equipamiento con una opción de lo más llamativa, la consola de DVD AutoVision U56, que consta de pantalla TFT retráctil y unidad lectora y que va anclada al techo del vehículo. Contar con este dispositivo cuesta 2.081 euros, pero aporta a los viajes largos un aliciente único.
El equipo se complementa con mando a distancia y un juego de auriculares inalámbricos, de modo que los pasajeros puedan seguir las películas sin que el conductor se distraiga. Además, el sistema puede reproducir videojuegos como si fuera una consola normal de juegos. Por supuesto, también lee música en CD.

En cuanto al equipamiento de serie, no podemos hablar de grandes sorpresas. El apartado de seguridad cuenta con seis airbags, control de tracción y de estabilidad y control de velocidad de crucero.

El apartado funcional incluye elementos como las llantas de aleación específicas, el ordenador de viaje, el equipo de audio, el volante regulable en altura y profundidad y la ya mencionada tercera fila de asientos.
Junto con el DVD, el listado de confort contiene el climatizador, los mandos de la radio en el volante y poco más. Las opciones disponibles incluyen el techo solar, la tapicería de cuero, los asientos calefactables, el teléfono, la pintura metalizada... Con todo, este Zafira OPC sale de serie con un precio de 29.920 euros, casi cinco millones de las viejas pesetas. El precio es algo mayor que el que marcaba el OPC con motor de 192 CV. La mínima ganancia en prestaciones –sólo mejora realmente en consumos- no justifica tanta subida de precio, porque, en esencia, es el mismo coche. Sin embargo, si lo que andamos buscando es un familiar que nos permita conservar aquellos ratos de diversión que nos dieron coches menos burgueses, ésta es la opción necesaria: amplio, cómodo, versátil y, sí, deportivo.

No nos quedará más remedio que recurrir a este coche. El Honda Stream, que daba 156 CV, ya no se vende y lo más cercano es el Octavia RS familiar, que entrega algo más de 180 CV, pero, claro, no es un monovolumen. El Zafira OPC no tiene rivales.