Ford Focus ST 170

Ya era hora de que Focus trajera a nuestro mercado sus versiones deportivas, el ST (Sport Technologies) y el RS (Rally Sport). Hemos probado el primero de ellos y, la verdad, estamos locos por ver cómo va el segundo, ya que éste nos ha sabido a poco. En este caso, Ford ha apostado muy fuerte por mejorar lo inmejorable, la plataforma.

Queremos más
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No se puede decir que el Focus ST vaya mal en absoluto, pero, la verdad, nos ha resultado ligeramente decepcionante la falta de garra del motor. Las cifras que prometía no son tales (a la ficha técnica os remito) y el gancho que se espera de un modelo que se nos presenta bajo las siglas ST no se cumple en este Focus.

Es cierto que las prestaciones son brillantes, pero no lo excepcionales que sugieren los 173 CV de los que habla Ford, pero que se convierten en 158 CV en nuestro banco de potencia. La velocidad máxima, según la marca, son 215 kilómetros por hora y el resto de datos no van nada mal, pero el empujón que se espera de un modelo de estas características no hace acto de presencia en ningún momento. De hecho, la llegada de la potencia se siente muy progresiva, suave. Es en la zona más alta del cuentavueltas donde se obtienen las cifras más satisfactorias.

Sí que se puede calificar de excepcional la plataforma, pero, claro, no estamos descubriendo nada nuevo, ya que el Focus se caracteriza, precisamente, por la calidad de su estructura. En este caso, además, se han endurecido ligeramente las suspensiones, que son de una eficacia sobresaliente, pero sin pecar en absoluto de duras. Gracias a estos elementos, el Focus ST podría resultar completamente de impacto, si no fuera porque, como hemos mencionado, le falta algo de “garra".

En curvas, el Focus ST va de fábula y es justo en este terreno en el que más se agradece que la plataforma sea de lo mejor que hay en el mercado y que los asientos nos agarren muy, pero que muy bien.

En cuanto al cambio, este Focus lleva uno manual de seis marchas. El recorrido de la palanca es rápido y preciso, aunque el paso de 4ª a 5ª resulta algo duro y hay que hacer fuerza (no se trata de un movimiento fluido). En el caso de la 6ª, se trata de una marcha poco útil, salvo para contener el consumo en autovías o autopista, pues su desarrollo resulta bastante largo.

Otro elemento que tiene características deportivas son los frenos, que cuentan con un diámetro de 300 mm en el eje delantero y de 280 mm en el trasero. El pedal permite dosificar con facilidad y la frenada es progresiva.

Este Focus cuenta con control de tracción de serie y permite que se equipe el control de estabilidad (900 euros), una opción siempre muy interesante.

Al margen de esta posibilidad, el ST viene muy equipado de serie, con climatizador y reproductor de CDs de serie, y con un precio que no está nada mal: 22.640 euros.

Entre sus rivales naturales hay que destacar al Seat León 1.8T, que, por un precio muy interesante (21.255 euros), tiene lo que hay que tener para formar parte de este grupo de compactos con gancho. Los otros modelos que compiten cara a cara con el Focus ST son el Honda Civic Type-R (23.000 euros) y el Toyota Corolla T-Sport (23.320 euros).

En general, el Focus ST nos ha dejado con ganas de algo más, pero, la verdad, “nadie es perfecto". Esperamos impacientes al RS.